La inocencia de un perrito no tiene limites, no sé si reír o llorar.
Wendy Walden tenía su corazón roto luego de haber perdido a su adorado perrito Golden Retriever tras una larga y difícil enfermedad. Pasaron años juntos pero el momento de decir adiós llegó y tras un largo periodo de aceptación y superación la mujer se sintió lista para abrirle las puertas de su vida y de su casa a un nuevo angelito de cuatro patas.
Ella era consciente de que comprar un perro era un acto inhumano, sabía que había cientos de animalitos en los refugios esperando un hogar, por lo que estaba decidida a adoptar.
Dos caminos destinados a encontrarse.
Simultáneamente en el refugio Big Bear ubicado en California – Estados Unidos, un perrito Golden Retriever de dos meses y medio de edad buscaba hogar con urgencia ya que el lugar estaba muy lleno y no lo podían tener en sus instalaciones por mucho más tiempo.
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Su inicio tuvo varios traspiés pues llegó muy, muy pequeño al refugio y como por su edad necesitaba de cuidados especiales fue llevado a un hogar temporal para que cuidaran de él mientras crecía lo suficiente y podía ser puesto en adopción. Al tratarse de un animal de raza, los directivos de la organización animalista sabían que no tardaría en encontrar una familia dispuesta a llevarlo a casa.
Con lo que no contaban es que tras un par de semanas de tener al perrito, las personas del hogar temporal sufrieron un contratiempo y tuvieron que devolverlo al refugio, como ya lo mencioné allí no podían tenerlo pues los cupos estaban llenos y el cachorro necesitaba cuidados especiales debido a su edad, por lo que urgía encontrarle una familia definitiva cuanto antes.
Justo en ese momento, como dos caminos que se unen inevitablemente, Wendy llegó al refugio interesada en un Golden Retriever cachorro, la misma raza de su perrito fallecido, para adoptar.
El perrito más consentido del mundo.
Cuando presentaron al pequeño perrito y a Wendy, fue amor a primera vista.
Ella de inmediato comenzó los trámites para adoptarlo, lo llamó Riley y lo llevó a casa.
El adorable perrito creció muy consentido y desarrolló un carácter extremadamente sociable y amistoso. En sus paseos matutinos hizo amigos por donde pasaba, todos los vecinos lo querían y él era feliz recibiendo mimos de todos los que se topaba en su camino.
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Hasta en el Starbucks cercano a su casa tiene amigos y tan pronto Riley entra al establecimiento le alistan su postre favorito para llevar, el cual él mismo carga en su boquita hasta llegar a su hogar, donde lo devora en un par de mordiscos.
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Su madre humana caminaba orgullosa junto a él, pues parecía una celebridad con todos dispuestos a acercarse y tener el privilegio de acariciarlo. Incluso algunos vecinos se tomaban selfies con Riley y las compartían en sus redes sociales.
Este perrito ama la atención de las personas.
Un día, cuando el perrito aún era pequeño, Wendy notó que el tiempo que pasaba en casa Riley extrañaba ser el centro de atención de las personas y aunque ella le proporcionaba todos los cariños del mundo, parecía que él quería aún más y en el patio de su hogar en Los Ángeles, él se paraba en dos patitas como intentando asomarse a la calle por encima de un muro, por supuesto no alcanzaba por lo que su mamá le puso un banquito para ayudarlo a llegar hasta el tope y que así pudiera ver lo que pasaba en el exterior.
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Su sorpresa fue máxima cuando descubrió que Riley hacía todo tipo de trucos para hacer que las personas que pasaban por allí se acercaran y lo consintieran. Con los años refinó sus practicas y descubrió que si dejaba caer su pelotita, justo cuando alguien iba pasando por su calle, las personas infaliblemente se iban a acercar a él y se la devolverían, consintiéndolo de paso.
Durante años el peludito se paraba a diario sobre el muro y ejecutaba su perfecta técnica para conseguir la atención que deseaba. Wendy feliz lo miraba desde la ventana y le permitía hacer de las suyas todo el día.
Riley salta a la fama.
En cierto momento una productora de televisión alquiló una casa cercana para rodar una serie que se transmitiría en un canal local y como era de esperarse, personajes famosos de la industria del entretenimiento llegaron al lugar, no tardaron mucho en descubrir a Riley.
De hecho muchos de los actores principales quedaron fascinados con el inteligente comportamiento del perrito y tocaban constantemente la puerta de Wendy para saber si es que el perrito no tenía con quien jugar o si necesitaba afecto, ella complacida les contaba la historia y todos reían al enterarse que lo que pasaba era que el perrito amaba la atención.
Todos los días se acercaban a alcanzarle la pelotita que él dejaba caer con tanta exactitud.
Un día Johnny Berchtold, un conocido actor, le tomó el siguiente vídeo haciendo su numerito y lo compartió en Twitter.
This good wall-doggo dropped his ballo but fear not I returned it to him and thanked him for his service pic.twitter.com/ybsVME5xCp
— Johnny Berchtold 🎃🔪 (@JohnnyBerchtold) 1 de septiembre de 2018
Internet conoció su historia y todo el mundo se enamoró de este perrito. Ya tiene más de 13.000 seguidores en Instagram.
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Que felicidad nos da ver a un perrito tan amado que tiene el tiempo y la alegría para incluso idear planes para que lo consientan aún más, así deben vivir todos los peluditos del mundo!
Fuente: TheDodo.