Hay personas que están dispuestas a hacer lo que sea necesario por los callejeritos, a esas personas mi total admiración y agradecimiento.
En medio de la difícil situación que están viviendo las personas en las islas de las Bahamas debido al implacable y destructor paso del huracán Dorian que tocó tierra el pasado 1 de septiembre, las historias de solidaridad y heroísmo hacen su aparición como un pequeño faro de luz que guía el camino de aquellos que se encuentran perdidos en el desolador paisaje que dejó tras de si la fuerza y poder de una naturaleza herida por las acciones humanas.
Los peluditos, las víctimas más olvidadas.
Uno de esos héroes sin capa que extienden su mano para ayudar en medio de la emergencia es Chella Phillips, pero ella en su labor rescatista no busca una mano humana, busca una patita de algún animalito que indefenso y confundido, aguarda con esperanza, escondido en cualquier callejón o matorral, a ser rescatado por alguien de buen corazón.
Muy consciente de que los animales no están contemplados dentro de los planes de rescate y atención de emergencias de los gobiernos, esta mujer no dudó ni un sólo segundo en reforzar las puertas y ventanas de su casa, acomodar unas cajitas que sirvieran como camas, colocar decenas de recipientes y agua esparcidos por todo el lugar y llevarse al interior de su vivienda a cuanto perrito ha encontrado en las calles para protegerlos del huracán Dorian que con aniquiladora fuerza se acercaba presuroso hacia Nassau, su ciudad y capital de Bahamas.
El puño de la naturaleza golpea su hogar.
Cuando el huracán Dorian llegó, como pudieron ella y sus 97 perritos se acomodaron y mientras el viento soplaba imitando el sonido de un tren que se acerca a toda velocidad, ella tocaba música para que los peluditos se tranquilizaran o jugaba con pelotitas y muñecos en un intento de distraerlos cuando el agua se comenzaba a filtrar por debajo de las puertas, incluso por los vértices de las bisagras.
Aunque por momentos la situación parecía sobrepasarlos y el miedo se apoderaba de la gigantesca manada, entre todos finalmente lograron soportar las horas más oscuras y hoy que la tempestad a disminuido tan solo un poco, se sienten más seguros.
Con el aire acondicionado a tope esperan que las aguas bajen y puedan salir de la casa pues la comida está prevista apenas para una semana, no obstante Chella, sabe que ni su refugio de perros en el jardín, ni su ciudad, ni Bahamas misma, volverán a ser iguales, no en al menos un buen tiempo. Los signos de la masiva destrucción ya son visibles y comienzan a cernirse como una pesada sombra sobre la vida de todos los habitantes de las paradisíacas islas.
La solidaridad de las personas enciende la esperanza en el corazón de Chella.
Todos en la casa se han comportado de maravilla y aunque secretamente las dudas y preocupación ante el futuro invaden la mente de esta valiosa mujer, todos los perritos han sido amistosos entre si, le han dado la bienvenida a cada nuevo integrante que llega, moviendo sus colitas, no ha habido peleas y todos parecen darse apoyo mutuamente.
Chella con la intención de compartir el difícil momento por el que pasaban, pero sobre todo con el objetivo de resaltar el buen comportamiento de sus perritos, tomó unas cuantas fotografías y las subió a su cuenta de Facebook; inesperadamente la publicación obtuvo, primero cientos, luego miles de likes y fue compartida tantas veces que al día siguiente ya era viral.
Muchas personas conmovidas por la situación, se acercaron a su historia y descubrieron que más allá de los hechos recientes, esta mujer llevaba años ayudando, en soledad y únicamente con sus recursos, a los miles de perritos de las calles de su ciudad. Como muestra de su solidaridad quienes se involucraron con la publicación, han hecho donaciones a su refugio y Chella sorprendida por tales acciones ha encendido la luz de la esperanza de nuevo en su corazón, sabe que el futuro será difícil pero hoy sus fuerzas están renovadas para continuar su valiosísima labor, una que todos los que amamos a los animales le agradecemos sinceramente.
La actividad animalista de Chella no sólo se limitó a responder a la emergencia del huracán, lleva años ayudando a los animales.
Su historia comenzó cuatro años atrás cuando apenada por la situación de los perritos de la calle improvisó un pequeño refugio en su casa. A partir de allí no ha parado ni un sólo segundo de salvar las inocentes vidas de todos los animalitos que se han cruzado en su camino, según sus cuentas, ya son más de mil los perritos que ha sacado de la calle y a los cuales les ha conseguido maravillosos hogares en Estados Unidos.
Sin embargo, la tarea no ha sido fácil, pues esta mujer tiene que enfrentar día tras día el reto de cuidar, sanar y alimentar a aproximadamente 100 perritos que llegan mes tras mes a su refugio.
Con el tiempo y mucho esfuerzo, Chella, logró adecuar en su jardín unas instalaciones para albergar más perritos pues cada vez eran más los que tocaban a su puerta esperando ser recibidos en uno de los pocos lugares que está dispuesto a tenderles una mano amiga.
Así nació The Voiceless Dogs of Nassau, su refugió oficial.
Si quieres apoyar su trabajo, haz una donación a su refugio en el siguiente enlace: FundRazr.
A pesar de todos los esfuerzos de personas maravillosas, la ayuda a los animales aún es poca.
Lo que está sucediendo en Bahamas pone de nuevo el tema de las necesidades de los peluditos sobre la mesa, pues la misma Chella en su publicación mencionó que ella pudo salvar a casi cien perritos de la furia del huracán, pero que tristemente miles de otros peluditos quedaron abandonados a su suerte, nadie estuvo allí para ayudarlos.
Urge más conciencia por parte de las personas, no al abandono, no a la compra, sí a la esterilización y la tenencia responsable.
También, aquellos que deseamos un mundo mejor para los animalitos, debemos unir nuestras voces para pedirle a los gobiernos que incluyan a los animales en las estrategias de rescate y atención de emergencia, pues en muchos de ellos ni siquiera se menciona a los peluditos, eso sin mencionar la necesidad de leyes de protección reconocimiento.
Recordemos que los animales no tienen voz por lo que no pueden pedir ayuda, convirtámonos, al lado de las personas que llevan años luchando por su bienestar, en sus voceros y así cambiemos su lamentable realidad actual.
Con información de: Chella Phillips.