Él cree que ese es su trabajo y se lo toma muy en serio.
En Georgia, país ubicado estratégicamente entre Europa y Asia, se encuentra Kupata, un perrito de aproximadamente cuatro años, que vive en las calles aledañas a la gran autopista donde fue protagonista de esta historia, que nos pone el corazón contento y nos hace ver como las hermosas almas de los peluditos sienten una conexión y un sentido de protección enorme por los humanos más pequeños. Él es un ejemplo en esta labor que se toma muy en serio.
El mejor amigo del hombre y de los niños.
El 23 de enero, en el transcurso de una mañana normal, un transeúnte de la zona, en la ciudad costera de Batumi, vio algo que le sorprendió de manera positiva: un grupo de pequeños estudiantes trataba de cruzar una calle con destino hacia uno de los parques de la zona, cuando, este lindo perrito, se interpuso con determinación entre los carros y estos peatones para impedir que los vehículos cruzaran, usando su mejor recurso: sus ladridos.
En este video se ve perfectamente la preocupación de Kupata para que los pequeños llegaran a salvo al otro lado de la calle.
Sin pensarlo mucho, el ciudadano empezó a grabar la escena que fue totalmente coordinada: mientras Kupata ladraba y detenía a los vehículos antes del paso de cebra, los pequeños alumnos junto con su maestra empezaron a cruzarla.
Mientras tanto y como quien cuida de los suyos, el peludito volteaba a mirar a los niños para vigilar si todo estaba bien, rogando desde sus ladridos para que nadie les hiciera daño, mientras les seguía dando paso para continuar el camino. Cuando todos terminaron de pasar, él hizo lo mismo y se retiró hacia la otra acera con un paso elegante y discreto.
Sin embargo, esto no fue algo de una sola vez, el adorable perrito es un constante agente de servicios de tránsito en la zona pero solo hasta que lograron grabarlo su acción fue reconocida.
Dar todo sin esperar nada a cambio.
Amamos a los animales y sabemos que de ellos podemos esperar este tipo de acciones por su corazón bondadoso y desinteresado. A pesar de eso, los actos de Kupata pusieron en evidencia sus carencias y necesidades como animalito que reside en las calles. Este pequeñito de manchitas negras vive cerca a la recepción de uno de los edificios de la zona y ya es conocido por quienes transitan el lugar frecuentemente y por vecinos que afirman que siempre tiene la misma práctica, en especial con los niños.
Aún a pesar de su conmovedor gesto y de las muchas visualizaciones que ha obtenido a través de las redes sociales, Kupata aún no ha podido encontrar un hogar permanente.
Sin embargo, por su gran corazón y entrega a la seguridad de esta ciudad, que es un gran foco turístico, recibió un premio bastante esperado por parte del Departamento de Turismo de la región como galardón: una casita de madera y un comedero, ubicados en el que era su rincón de descanso, además de una placa que reza “La elección del pueblo” en señal de su valiente labor.
Tal vez Kupata siga viviendo una vida modesta en la calle, sin embargo, las imágenes que fueron difundidas lo han ayudado a obtener cariñitos, comida, amor y tal vez, en los siguientes meses, una nueva familia. A pesar de todo esto, él seguirá haciendo su labor habitual porque para los peluditos la vida no se trata de recompensas, sino de hacer lo que les sale del alma.