“Ese día el buzón tenía una carta y el perrito no estaba por ningún lado”.
Una perrita llamada Gretchen, fue adoptada de un refugio en Texas por parte de la familia Cimino. Cuando ellos la conocieron la peludita tenía un semblante triste y era extremadamente prevenida, lo que fácilmente denotaba que antes de ser rescatada por el refugio había tenido una vida sin el amor y los cuidados que merecía.
Afortunadamente, su nueva familia la llenó de cariño y con el pasar de los días lograron ganarse su confianza, ella los recompensó siendo la perrita más dulce del mundo.
Siempre fue muy juguetona y amable con los demás animales, pero nunca dejó de mostrarse precavida con las personas que no fueran de su familia, excepto con Fernando Barboza, el cartero, a quién le encantan los perros y es una gran persona en general con todos los animales.
El comienzo de una gran amistad.
Una de las cosas que él más disfruta de su trabajo es que todo el día se topa con perritos a quienes ha conquistado llevándoles siempre galletitas y tomándose algunos minutos para consentirlos antes de regresar a su camión repartidor.
Tengo una bolsa de golosinas en mi camión de correo, – Le dijo Barboza a The Dodo. Cuando traigo un paquete a la puerta de alguien y hay un perro allí, les doy un regalo. Como si traigo algo para el dueño, también podría traer algo para los perros, ya que son parte de la familia.
La rutina de entregar galleticas a los perritos junto a la correspondencia de sus dueños, lleva ya mucho tiempo y en todos los años que lo ha hecho ha conocido muchos perritos muy especiales, pero tal vez ninguno como su mejor amiga Gretchen.
La perrita siempre lo quiso muchísimo, al principio le costó un poco acercarse a él, pero cuando se dio cuenta que no la iba a lastimar, sino que quería darle una golosina, se volvieron grandes amigos.
Ella lograba escuchar antes que nadie el sonido del motor del camión repartidor, por lo que anticipándose a que si quiera Fernando hubiese llegado, ella salía de la casa a saltar y correr como muestra de la felicidad de ver a su buen amigo el cartero.
La carta más triste del mundo.
Por más de cinco años mantuvieron esta rutina semanal, pero un día Fernando vio que al llegar a la casa, Gretchen no lo estaba esperando, notó también que la banderilla del buzón marcaba que había correspondencia de salida, se acercó lo abrió y allí encontró la carta más triste que hasta el día de hoy ha recibido.
Era de parte de su amiga peludita, decía lo siguiente:
Gretchen falleció ayer. Me pidió que te preguntara si podrías compartir sus golosinas que ya nunca terminará, con los otros perros de tu ruta. Siempre disfrutó verte llegar a la puerta y siempre estuvo feliz de obtener un bocadillo de parte tuya.
Su último deseo se hace realidad.
Al cartero se le aguaron los ojos al enterarse de lo sucedido y al imaginarse que ya nunca más volvería a ver la sonrisa con que Gretchen lo recibía todas las semanas cuando pasaba por allí. Se acercó a tocar la puerta de la casa para ofrecer su condolencias y le prometió a la familia Cimino, cumplir con el deseo de su perrita.
Con el papá humano de Gretchen recordaron por algunos minutos lo feliz que era la peludita al ver a su amigo Fernando, coincidieron en lo mucho que la extrañaría y por último le pidió que por favor cumpliera con el último deseo de su perrita.
Sé que ella hubiera querido que sus cosas favoritas que no podrá terminar vayan para sus amigos. Puede que no le hayan gustado muchas personas, pero le encantaban los otros perros. – Le dijo Chris Cimino a TheDodo.
A partir de ese momento siempre que Fernando se encuentra un perrito en su ruta, le dice: “Gretchen te envía esta galletita”.
Todavía espero ver a mi vieja amiga Gretchen, pero por supuesto que ya no está, – le dijo a TheDodo y agregó que, – a pesar de su fallecimiento, en algunos aspectos siempre estará cerca porque Para mí, los perros se convierten en parte de nosotros.
Fuente: TheDodo.