La familia es primero.
La pérdida de Katie, una perrita de raza Border Collie de siete años, ocurrió en Kalispell, una ciudad de Montana, Estados Unidos. Mientras sus papás humanos Carole y Verne King estaban disfrutando de una romántica cena, ella se quedó en la habitación del hotel y a pesar de que es una peludita muy tranquila y obediente, algo esa noche la hizo huir desesperadamente.
Sola y con miedo decidió buscar un escondite para estar a salvo.
La familia King, estaba en medio de unos días de descanso cuando sucedió el incidente causado por una tormenta eléctrica, todo parecía indicar que Katie, la perrita, se asustó al escuchar un fuerte relámpago y como pudo se escapó de la habitación donde estaba a segura.
En medio de la lluvia y el lodo, la peludita corrió sin mirar atrás o sin tan siquiera dejar una huella en cualquier árbol para su regreso, por eso cuando todo estuvo más tranquilo ella no supo cómo estar de vuelta con su familia humana. Al llegar al hotel Carole y Verne se dieron cuenta de lo que había ocurrido y comenzaron la búsqueda, gritaban su nombre a todo pulmón, sin embargo, ya casi era de madrugada y seguían sin encontrarla.
A la búsqueda se unió toda la comunidad, pues los montaneses sabían que la familia venía de Washington y que la zona dónde estaban buscando a Katie, era totalmente desconocida para ellos. Durante varios días registraron los lugares cercanos y lejanos al hotel, pero no había ningún indicio de la presencia de la perrita y a esto se sumó, que tenían que regresar a casa a cuidar de sus otros hijos peluditos, sin embargo, entre los esposos acordaron que uno viajaría y el otro se quedaría buscando a la perrita.
El tiempo empezó a jugar en su contra.
Carole fue quien decidió quedarse para buscar a Katie, pero para eso, la mujer tuvo que renunciar a su trabajo ya que sus días de descanso habían finalizado. Ya eran varios días y la familia estaba realmente angustiada por el bienestar de la peludita, por suerte la mamá humana ya tenía mucho tiempo disponible para dedicarse de pie asiento a su búsqueda.
Puso letreros con la foto de Katie y la buscó hasta altas horas de la noche con elementos especializados, pero nada estaba dando resultado, cada nuevo día de búsqueda era realmente abrumador para la familia que tenía que irse a descansar sin tener noticias de la peludita.
Me iba a la cama por la noche preguntándome, ¿dónde está ella? ¿Ella durmió esta noche?,¿Está viva? – Contó Verne King a Nbc Montana.
Pero no todo era oscuridad y tristeza, por una parte los King estaban tranquilos porque algunos residentes de Kalispell, le dejaban comida a la perrita cuando la veían merodeando por sus casas para entretenerla, mientras llamaban a su madre y ella llegaba en su recate, sin embargo, todos estos estos intentos fueron fallidos.
Ella estaba en todas partes en la casa de todos, en la página de Facebook de todos. Todos sabían de ella y recibía llamadas todo el tiempo – Carole King a Montana Rigth Now.
Una última llamada encendió la posibilidad del reencuentro.
Carole King había completado largos 57 días en busca de Katie, pero esa mañana sin que la mujer iniciara su recorrido habitual, alguien llamó para decirle que la habían visto cerca a su casa. Como era costumbre, su madre corrió en su búsqueda, pero al llegar allí ella ya no estaba, confiando en que no podría estar muy lejos decidieron buscar en los alrededores, llamándola por su nombre… para alegría de todos Katie estaba a punto de escucharlos.
Quizás uno de los llamados fue lo suficientemente fuerte, como para que la perrita lo escuchara donde estaba y de inmediato, guiada por su oído y apoyada en su olfato, corrió a los brazos de su mamá humana que llevaba mes y medio buscándola. Entre abrazos, besos y llanto de felicidad, Carole se dio cuenta que la perrita estaba bastante delgada y deshidratada, pero eso no era mayor preocupación, ya estaba a su lado y de seguro la visita obligatoria al veterinario y los cuidados en casa, la pondrían mucho mejor.
Luego de que finalmente encontraron a la perrita, Carole volvió a casa para celebrar con el resto de la familia, en donde por supuesto su papá humano estaba feliz con su regreso. Tiempo después, los King volvieron a Kalispell para visitar a los amigos que habían sido de gran apoyo en la búsqueda de la perrita, eso sí, con más precauciones en el cuidado de Katie.
Gracias a que esta familia no se rindió en la búsqueda de su hija perruna, hoy la perrita está en casa y no deambulando por las calles como le sucede a otros peluditos. Aplaudimos este lindo acto de amor y deseamos que recuperen pronto el tiempo perdido.
Fuente: NBC Montana.