Encontró un hogar pero va todos los días a una gasolinera a esperar al humano que la amó

Encontró un hogar pero va todos los días a una gasolinera a esperar al humano que la amó

Hachikō nos enseñó que un perrito nunca olvida…

Después de vivir la mayoría de su vida en las calles de Chapala, ciudad ubicada en el estado de Jalisco en México, Vaca o Vaquita, como la llaman las personas cercanas a su caso, por fin pudo encontrar un techo en el cual vivir después de cruzarse por el camino de la familia Zamudio. 

La peludita, que pasaba sus días de lugar en lugar, buscando la ayuda de las personas que le daban algo de comida y cariño, tuvo buenas nuevas hace varios meses cuando una mujer la encontró en la calle y, al verla sin esterilizar, pensó que lo mejor sería acogerla para llevar a cabo el procedimiento y librarla de problemas futuros. Sin saber, ella y su familia la harían parte de su hogar, no obstante, Vaquita tenía un plan distinto de vida.

No es rebeldía, es amor.

La hija de la mujer que recogió a Vaca, Zayda Zamudio, de inmediato, formó un vínculo muy importante con la peludita a la que terminaron acogiendo indefinidamente en su casa donde tenían a muchos más rescates producto de su pasión por ayudar a los perritos que las necesitaban.

A pesar de ese amor entregado que le daban a Vaquita, desde los primeros días la perrita mostró un comportamiento extraño y muy diferente al del resto de sus hermanos peludos: siempre quería salir de la casa a como diera lugar, incluso en medio de llanto y desespero por abrir la puerta. Tan pronto como iniciaba un nuevo día, parecía que tenía un motivo de fuerza mayor para querer abandonar el hogar.

En ese momento, Zayda y su madre pensaron que se trataba de su vida en la calle y lo acostumbrada que estaba a su libertad, ya que la veían volver todas las noches a comer y dormir. Por un tiempo se quedaron con esa versión, sin embargo, un día común y corriente en la vida de los Zamudio, una de las mujeres pasó por una gasolinera muy cerca a su hogar y se encontraron con Vaquita feliz y cómoda.

No, no era un grito de libertad por volver a tener parte de su vida en la calle, el motivo jamás se lo hubieran imaginado. Vaquita salía todos los días a la misma hora a esperar al mejor de sus amigos, el hombre responsable de cuidarle la vida muchas veces mientras trabajaba en esa misma gasolinera.

Pasan todo el día juntos y al volver, ella duerme feliz esperando al siguiente día para su reencuentro.

En ese momento, Zayda supo la verdadera historia: José Luis Medina, más conocido como Don Coco, era un trabajador de una gasolinera, que conocía desde tiempo atrás a Vaquita, al ser una de las personas que la alimentaba y pasaba tiempo de calidad con ella, sin embargo, le era imposible adoptarla al vivir en Guadalajara, capital del estado, a 50 minutos de Chapala.

A pesar de no poder vivir juntos, Vaquita siempre permaneció fiel a su amistad y continuaba yendo a diario al lugar, hasta el momento en el que fue adoptada por la familia Zamudio. Por eso, aunque las mujeres no podían entenderlo en ese momento, la peludita abandonaba la casa sagradamente todos los días a las 7:30 de la mañana y, de inmediato, iba a buscar a su amigo en la terminal de transporte a la que llegaba. 

Con mucha lealtad y compromiso, ella lo recibe cada vez que lo ve bajar del autobús y ambos caminan y desayunaban antes de llegar al trabajo de Don Coco. Ya en el lugar, pasan todo el día juntos y solo a las 5:30 de la tarde, cuando el hombre ya va a tomar el bus hacia su casa, la pequeña vuelve feliz a su nuevo hogar.

La historia, publicada por Zayda en sus redes sociales, le valió muchos halagos a Vaquita y apodos como ‘La Hachiko Mexicana’, todo por el acto valioso de amor que lleva a cabo todos los días, excepto los domingos cuando Don Coco descansa en Guadalajara y ella permanece con su familia.

Aquí puedes ver un video de la historia de Vaca:

Zayda afirma que Vaca es medio adoptada por ellas y que en Don Coco también tiene a una parte muy importante de su familia, además, todas las personas en la ciudad la conocen y saben que si anda suelta por las calles es en búsqueda de ese hombre que tanto la ha amado.

Los peluditos siempre son un ejemplo de lealtad inmensa, gracias Vaquita.

Fuentes: Zayda Zamudio.

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