Tenía comida, abrigo y cuidados, pero su hermanito aún pasaba frío en la calle.
La fisioterapeuta Glauciene Borrett se había recién mudado de la ciudad de São Paulo a Cuparaque, una ciudad más pequeña, junto a su hermano, quien en un día cualquiera, poco tiempo después de haberse instalado, le envió un vídeo de una perrita cachorra muy flaquita que se le había acercado en una gasolinera mientras él cargaba combustible para su auto. La perrita parecía vivir en la calle, no estaba en buena condición y a estos hermanos animalistas les rompió el corazón la idea de dejarla allí, luego de que ella parecía estar pidiéndoles ayuda.

A pesar que Glauciene se había prometido a sí misma no adoptar más perritos, porque ya tenía cuatro, todos rescataditos de la calle, no pudo ser indiferente a esta perrita y le pidió a su hermano que la llevara consigo a casa. La llamaron Cisquinha.

Escapando de la vida perfecta.
Todo iba muy bien, la perrita estaba preciosa, había subido de peso y se veía feliz con su nueva familia, sin embargo, un día en que solo estaba la señora que trabajaba en el servicio doméstico de la casa, Cisquinha vio que la puerta se abrió un poco y sin dudarlo, escapó. Todos estaban muy consternados, no entendían porqué la perrita había huido si tenía todo lo que cualquier animalito sueña, tenía la vida perfecta. Lo que ellos no sabían es que ella había dejado a alguien especial atrás, cuando fue rescatada, pero nunca lo había olvidado.
Los hermanos Borrett iniciaron una búsqueda implacable, aunque no entendían porqué Cisquinha se había ido, no estaban dispuestos a abandonarla, la amaban y no querían que le sucediera nada malo estando perdida en la calle.
Buscaron por todo lado y al fin la vieron, no muy lejos de aquella gasolinera en que la encontraron por primera vez… pero no estaba sola.
Un gemelo!
El hermano de Glauciene fue quién la halló y no podía creer lo que veía, incluso le toco frotarse los ojos porque pensó que su vista le fallaba, pues Cisquinha estaba con un perrito igualito a ella, por un momento pensó que estaba viendo doble.

Pero no, su visión estaba perfecta. Efectivamente la perrita estaba con un peludito identico a ella… y eso explicaba muchas cosas. Al parecer la perrita pudo haber escapado porque recordaba a su hermano y de alguna forma sabía que él no había tenido la suerte de encontrar una familia amorosa como la de ella y quería llevarlo a ese paraíso que ahora llamaba hogar.
La cara de la perrita es como si estuviera diciendo: mira lo que encontré! sin dudas, está feliz de ver a su humano, pero su expresión es tan amplía que pareciera como si hubiera algo más, como si ahora su felicidad sí estuviera completa, tal vez porque ese perrito efectivamente es su hermanito y ella quiere que él tenga la dicha de ser adoptado.

Por el momento la familia se encuentra averiguando si el perrito no le pertenece a alguien, pues no pueden estar seguros de que sea callejerito o si, tal vez, igual que Cisquinha, escapó de su casa.
Ojalá que si descubren que el perrito no tiene familia lo adopten o lo ayuden a encontrar un hogar donde lo amen tanto como a la afortunada perrita Cisquinha.
