Se quedó, sin saber qué hacer, al lado de su arenero y lo que alguna vez fue su camita, sus únicas pertenencias.
En Brooklyn, New York, un gatito joven, de aproximadamente un año de edad, fue abandonado en una esquina cualquiera, fue dejado con gran indiferencia. Fue botado allí como basura, con todas sus cosas, su cama, su arenero, sus platos. Se encontraba refundido entre la suciedad de la ciudad y el desinterés de la mayoría de la gente.
Ese pequeño animalito, esa diminuta vida, no entendía por qué estaba allí solito y desamparado, por qué sus cosas se encontraban botadas ahí con desprecio y por qué simplemente no podía regresar a lo que conocía como su hogar.
El pobre peludito no paraba de llorar.
Unas personas que se apiadaron del pequeño, acudieron con su fotografía a la página de Facebook de una fundación llamada Fat Cats, suplicando por su ayuda. Afortunadamente la fundación quiso de inmediato acudir al rescate, pero lamentablemente y como era de esperarse, el gatito había huido hacia a algún lugar, con temor y necesidad de refugio.
Por fortuna, muchas personas se conmovieron del caso y quisieron participar en su búsqueda, las personas se unieron por la indignación y no pararían hasta localizarlo.
Después de varios días de búsqueda y mucha angustia, el felino al fin apareció. Fue visto en el patio trasero de una de las personas que estaban interesadas en ayudar, ella inmediatamente lo comunicó a la fundación y a los pocos minutos el gatito por fin había sido rescatado.
Inmediatamente fue llevado a la veterinaria para una revisión y así descartar que no tuviera nada que perjudicara su bienestar, dichosamente el gatito estaba muy sano, se confirmó que era un gato adulto y que era un macho.
El gatito recibió el nombre de Nostrand, por lo que allí fue encontrado. Karen, una de las fundadoras del refugió, aseguro que era un gatito muy adorable, consentido, amigable, amoroso y agradecido. Pese al trauma que recibió era un gatito noble que tenía todo el amor para entregar.
Nostrand vivió un mes en el refugio, Karen y sus compañeras querían buscarle el mejor hogar del mundo, no querían que algo tan terrible le volviese a pasar, querían que encontrará un hogar de verdad, un hogar que lo amará y le hiciese olvidar que la crueldad tristemente es común en el mundo.
Felizmente ese hogar soñado llegó, Nostrand fue adoptado y recibido en su nuevo hogar con todo el amor y compromiso que merece un animalito. Nostrand no estaría solo, iba a tener un hermanito negrito que lo acompañaría y querría para siempre. Desde que se vieron se hicieron amigos, ellos entendieron que serían hermanos y que de ahora en adelante compartirían la calidez de un verdadero hogar.
Fuente: FatCats.