Son miles los perritos abandonados diariamente, pero cada uno es un alma necesitada de amor, cada uno es una triste historia.
El perrito de color mostaza fue encontrado en Coyoacán – México y responde al nombre de Max, según aclara una nota que dejaron junto a él. En cuanto algunos residentes vieron al peludito atado a una silla, decidieron ponerse en contacto con una organización animalista para ayudarlo y mientras ellos llegaron le brindaron un poco de agua y alimento, que por supuesto él ni siquiera intentó saborear por temor.
Su corazoncito se cerró para no pasar más dolores.
En cuanto el refugio Macotas Coyoacán fue informado sobre la situación, Marcela Goldberg y Azul Galindo, dos trabajadores de la institución, se acercaron al lugar para ayudar al peludito.
En cuando llegaron pudieron observar que Max estaba atado a una silla con una cadena, además estaba muy nervioso y un poco agresivo, emociones normales debido a la abrumadora situación que estaba atravesando. De inmediato intentaron acercarse y empezar a ganar su confianza, pero el perrito no parecía tener la intención de dejarse ayudar, sien embargo, ellos no se dieron por vencidos.
En medio de la situación, sus rescatistas lograron observar un pequeña nota que estaba junto a él explicando el por qué estaba allí.
Hola, por favor adopteme: Max. Por favor, te pido que adoptes a este lindo perro y lo cuides bien. Me duele mucho dejar a mi perro aquí pero tomé la decisión de dejarlo porque mi familia lo maltrataba y siempre me dolía verlo en esa condición. Si estás leyendo esto y tu corazón vacila, por favor adóptalo y cuídalo bien. Si no es así, deje esta nota en su lugar. De esa manera otros pueden leerlo y adoptarlo. Gracias
Claramente para Marcela, Azul y la comunidad esa era una razón de peso apartarlo de su familia y aunque hubieran preferido que la entrega de Max se hubiera dado de mejor manera, agradecieron el acto de valentía de la persona que pensó en su bienestar.
Una dolorosa decisión le dio la oportunidad de ser feliz.
Utilizando todas las técnicas de persuasión para acercarse a Max, Marcela guiada por un experto en animales agresivos, logró soltar su cadena y liberarlo de aquella situación a la que fue sometido.
Contactamos a un adiestrador con experiencia en perros agresivos que observó la situación por videollamada y me dio instrucciones hasta que logramos pasar el lazo [por encima de su cabeza] y cortamos la otra cadena – Dijo Marcela Goldberg, a The Dodo.
Luego de un arduo trabajo, Max finalmente estuvo libre y aunque aún estaba temeroso, pudo caminar al lado de su rescatista rumbo a la felicidad.
Ahora el perrito que tiene entre seis y ocho meses y fue renombrado como Boston, está pasando sus días en un hogar temporal donde le están ayudando a resolver sus inseguridades y por supuesto a buscar rigurosamente un amorosa familia.
Si vives en México y quieres adoptar a Boston, puedes ponerte en contacto con Macotas Coyoacán y quizás seas el afortunado.