Lo dejaron en la peluquería para perros y nunca vinieron a recogerlo

No piensan en los sentimientos de su propio perrito, mucho menos en las dificultades en las que ponen a los demás.

Un hombre cruzó las puertas de una peluquería para perritos, con su peludito en brazos. No actuaba extraño y parecía ser un cliente más del lugar; como todos, llenó el formulario que exige el establecimiento antes de recibir a un animal y pidió que lo bañaran y le cortan el pelo a Rulo, el nombre de su perrito.

El peludito no estaba triste ni angustiado, por lo que en ningún momento prendió las alarmas de los trabajadores de la peluquería. Por el contrario, el perrito era muy tranquilo y obediente.

Una vez finalizado el servicio, Rulo fue llevado a la zona de espera, mientras pasaban a recogerlo. El problema fue que transcurrieron varias horas y la jornada laboral finalizó sin que nadie apareciera a reclamar al dulce perrito.

Qué irresponsabilidad 😡

Los encargados de la peluquería, llamaron al número telefónico entregado por el cliente, pero nadie contestó, también intentaron localizarlo por sus redes sociales sin que hubiera éxito. Finalmente, decidieron ir a entregarlo a la dirección que el hombre había dejado en el formulario, no era la costumbre y el servicio puerta a puerta tendría un costo adicional, pero el incumplimiento del cliente los había dejado ya sin opciones.

Grande fue la preocupación de los trabajadores cuando en la casa no encontraron al dueño del perrito, ya no sabían que hacer y que una de las trabajadoras se llevara a Rulo a pasar la noche a su casa, fue la única solución viable que hallaron.

TLN

Al otro día difundieron lo sucedido en redes sociales y pegaron cartelitos por todo el vecindario, con la esperanza de que el dueño apareciera y se llevara al pobre perrito. El hombre que lo entregó nunca más apareció pero sí en su reemplazo una mujer que aseguraba ser la legítima propietaria de Rulo.

Por fin alguien reclamó al perrito.

El perrito al verla se puso muy feliz, lo que indicaba claramente que sí la conocía, adicionalmente, la mujer le mostró a los trabajadores de la peluquería varias fotos con Rulo y les explicó que el hombre que había llevado al perrito era su exesposo, del cual se estaba divorciando y tal vez como medida de constreñimiento contra ella, había dejado al perrito abandonado en la peluquería.

El asunto, aunque extraño y muy decepcionante respecto a la forma en que las personas asumen la responsabilidad que tienen con sus animalitos, finalmente se solucionó, la mujer se llevó al perrito y poco más se volvió saber.

Esperamos que el precioso Rulo esté bien y que de aquí en adelante sea muy, pero muy cuidadito, para que nunca más se vea en la situación de abandono que vivió.