Ovejita nació en un horrible lugar que la dañó, ella la rescató pero su cuerpo no resistió

Ovejita nació en un horrible lugar que la dañó, ella la rescató pero su cuerpo no resistió

Luchó con todas sus fuerzas, pero el daño ya estaba hecho. Murió en los brazos del único ser humano que la amó.

Para entender la historia de esta ovejita tenemos que retroceder un poco en el tiempo, al momento donde todo comenzó.

Alexis Fleming es una mujer escocesa que se enfrentó a una feroz lucha por combatir una enfermedad crónica que la arrinconó a los lugares más oscuros de la existencia, con su valentía ganó palmo a palmo las cruentas batallas que tuvo que librar, pero no lo hizo sola, su perrita Maggie fue su fuente de fortaleza durante cada minuto de su doloroso proceso. Maggie, a través de su dulzura, de su inagotable lealtad y de su incondicional amor, le ayudó a vencer a Alexis la enfermedad, pero las afiladas garras de la muerte no quisieron abandonar la vida de esta fuerte mujer sin llevarse nada, Alexis logró salvar su vida, pero la gélida muerte le arrebató a su ser más amado.

Un angelito de camino al cielo.

La tierna Maggie se enfermó, un cáncer en su pulmón creció rápidamente y la fuerza vital se fugó de su cuerpito drenada a grandes cantidades por la inexorable enfermedad. Alexis no pudo estar con ella en el final, la enfermedad de las dos las obligó a separarse y Maggie finalmente murió solita en la mesa de una clínica veterinaria.

Esto le rompió el corazón a Alexis, ella no podía aceptar una situación tan triste, cómo era posible que su perrita la hubiese acompañado siempre y ella no hubiera podido estar presente en su último suspiro para darle las gracias, decirle una vez más cuanto la amaba, prometerle que nunca la olvidaría y sobre todo, desearle un buen viaje para que su almita partiera tranquila y optimista hacía un lugar mejor. Era una injusticia, pero la vida es así, está llena de felicidad y dolor por igual, de tal manera, que no hubo otro camino más que el de la aceptación.

Los días siguientes fueron tristes, vacíos y solitarios, pero los rayos de sol de cada nuevo día son capaces de curar hasta el alma más adolorida y poco a poco, esta mujer fue saliendo de las sombras hacia la luz; sus piernas se incorporaron una vez más y la sostuvieron con más solidez que nunca, como cuando un guerrero sale fortalecido de su batalla más difícil.

Cuando se sintió lo suficientemente recuperada para poder volver a reflexionar con tranquilidad, los recuerdos del fallecimiento de su perrita la envistieron sin cesar, no podía dejar de pensar en los animalitos que les tocaba irse del mundo estando solitos, sin nadie que les diera afecto, aliviara sus dolores y los mirara a los ojos para decirles que estuvieran tranquilos, que todo iba a estar bien. Pensaba, pensaba y no dejaba de pensar…

Una vida se acabó pero un nuevo camino comenzó.

Decidió entonces que no podía seguir sin hacer algo al respecto y un nuevo sendero se dibujo en su futuro más próximo. Motivada por las ganas de ayudar a los animales y como camino de superación de la muerte de la preciosa Maggie, nació The Maggie Fleming Animal Hospice, un refugio especializado en recibir a los animales más necesitados de la población callejera, pero también a los de granja y a los silvestres, cualquiera es bienvenido a su refugio; todos los que lo necesiten pueden llegar a sus locaciones para vivir con amor y protección los días que aún les quede por vivir.

Muchas son las historias que han pasado dentro de las paredes de este refugio, muchas almitas que han aportado con generosidad su presencia, que han enseñado a los miembros del equipo a entender los valores de la vida, el significado más puro y profundo de la existencia. Entre todos han construido un lugar hermoso donde se hace por los seres más inocentes un acto de humanidad para que sus vidas finalicen como debieron haber vivido siempre: con amor y dignidad.

Una ovejita: un destello de vida fugaz pero absolutamente precioso.

Muchas, todas, las historias que han llegado a las puertas de The Maggie Fleming Animal Hospice, merecen ser contadas, por supuesto, pero hoy escogimos la de una pequeña ovejita para rendir homenaje a su vida, pero también al amoroso trabajo que hace Alexis por los animales desde ese día difícil pero esperanzador en el que decidió dedicar su tiempo y esfuerzo a acompañar a los animalitos que a sus generosos brazos acuden.

La ovejita nació en un lugar horrible de explotación animal, allí nunca la vieron como un ser sintiente merecedor de toda la compasión humana, sino como un instrumento para generar ganancias económicas para las personas. Su madre, enferma por las condiciones deplorables en las que vivía, le transmitió a ella y a sus hermanitos una enfermedad incurable, y aunque Alexis los rescató a todos, su destino ya había sido escrito con la tinta de la crueldad de los hombres.

Alexis se esforzó con todos los miembros de la familia de ovejitas, a todos les dedicó tiempo y no ahorró recursos para cuidarlos e intentar salvarlos, sin embargo, formó un vínculo fortísimo con la más pequeña, una valiente, tierna, decidida ovejita que también lo dio todo para intentar extender lo más que pudo su vida, pues había aprendido a disfrutar de la existencia, de los cálidos abrazos de esa mujer que con tanto amor la alimentaba, que le hablaba con las palabras más dulces, que la hacía sentir segura y feliz. Pero una vez más la muerte triunfó y la pequeña no logró reponerse a la dureza y rigor de la enfermedad… y un día su cuerpito ya no soportó más.

Abrazada por Alexis partió del mundo y aunque escribirlo me rompe el corazón, también agradezco a esta loable mujer porque ese pequeño ser se fue conociendo lo que el amor es, lo que la bondad entrega y su recuerdo perdurará en todos los que tengamos la oportunidad de conocer su historia, para que un pedacito de nuestros pensamientos se eleve y llegue hasta donde ella ahora esté, con el ánimo de que su almita chiquitita acepte nuestro perdón por no haber logrado construirle un mundo libre de la crueldad que durante nuestros 20 siglos de existencia como humanos ha marcado transversalmente el planeta. A ella y a todas las víctimas animales que han fallecido por nuestros actos o por la omisión de ellos, les dedicamos estas palabras.

Alexis escribió lo siguiente a un año de la muerte de esta dulce ovejita:

Hoy hace un año
Entonces no lo sabía, pero solo nos quedaban 10 semanas. Luchó con todas sus fuerzas, pero el daño ya estaba hecho en el sistema, en el lugar infernal donde nació, en esos preciosos y vitales días antes de que nos conociéramos. La extraño a ella y a sus hermanos y hermana con un dolor en cada latido del corazón y lo haré hasta que mi corazón deje de latir, pero qué honor absoluto es ser su mami. Ella murió en los brazos de su mami más amada de lo que crees posible, cuánto deseo que así fuera para cada una de las personas hermosas con las que compartimos este mundo. Te amo tanto, mi niña, la fuerza de la naturaleza más preciosa, atrevida, exigente y determinada que jamás haya existido. Por favor, quédate cerca, cariño

Gracias Alexis por darnos esperanza, gracias por permitirnos seguir un día más creyendo que este mundo aún puede ser un lugar mejor.

Si quieres apoyar el trabajo que hace Alexis puedes comprar su libro en el siguiente enlace: The Maggie Fleming Animal Hospice.

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