Lo quieren mucho.
El sargento Tony Montesinos vio cruzar el umbral de la estación de policía en la que trabaja a un precioso perrito que claramente no se hallaba bien. El peludito estaba solito, se veía hambriento, deshidratado y tenía señales de haber sufrido maltrato recientemente… la historia típica de los callejeritos.
Los oficiales de la estación convinieron entre todos ayudarle al animalito, le dieron comidita y mucha agua para que se sintiera mejor. Gorgi, como comenzaron a llamar al perrito, pasó todo la noche en la estación, comió todo lo que pudo y bebió hasta saciarse.

Tal vez, acostumbrado a no ser bienvenido en ninguna parte, tal vez atado a la idea de tener que vivir en la calle, el perrito abandonó la estación. Nadie se dio cuenta de en qué momento se había ido, pero todos, sin duda, lo lamentaron.
Estaba en mal estado, desnutrido y con signos aparentes de maltrato. Se acercó asustado y vino en busca de afecto y protección. Le dimos comida y agua esa noche y después de comer se quedó con nosotros un rato y se fue.
Le comentó el Sgt. Montesinos al medio animalista The Dodo.
El corazón sabe como volver con la familia.
Sin embargo, y aunque nadie se lo esperaba, al otro día, Gorgi volvió. Supongo que habría sentido hambre de nuevo y su instinto lo llevó al lugar donde, tal vez, por primera vez en su vida, habían sido gentiles con él.
Cuando los oficiales lo vieron, celebraron su regreso y una vez más le ofrecieron agua y comida. Esta vez el tierno perrito se quedó para siempre, comprendió que allí había encontrado una familia.
Al entender todos que ahora el perrito hacía parte de la familia, lo primero que hicieron fue darle un buen baño, pues la suciedad de la calle se había aferrado a su pelito, como se aferra un mal al alma.

Luego, entre todo el equipo juntaron dinero para llevarlo al veterinario, pues querían cerciorarse de que su salud estaba bien, afortunadamente los exámenes concluyeron que que Gorgi estaba perfecto.

También le compraron una cómoda y calientita camita y con el paso de los días, le mandaron a hacer su propio uniforme, con placa y todo incluida.

Con esto, el ciclo de vida en la calle para el perrito se cerró y una nueva vida en compañía de los policías estaba ante sí.

El mejor trabajo para un perrito.
El trabajo de Gorgi es muy bueno, pues en ningún momento lo pone en peligro, distinto a lo que les toca a los peluditos que trabajan como agentes en equipos antiexplosivos o de seguridad. No, por el contrario, la única función de este lindo es ayudar a los oficiales a reducir sus niveles de estrés para que las tensiones propias del trabajo que realizan se disipen y exista en el entorno un mejor ánimo y disposición.

Incluso, el sargento Montesinos, inició un estudio para establecer si los animales ayudaban con esta función y los resultados fueron totalmente concluyentes: por supuesto! los animales reducen el estrés del trabajo y hacen que todos se sientan mejor.
Todo el mundo lo ama. Él tendrá todo lo que necesita durante el tiempo que viva.
Concluyó el gentil oficial.

Te deseamos la mejor de las suertes, precioso perrito policía ❤️