El perrito ama su pelotita y no se la presta a nadie, pero cuando se tratar de ayudar a calmar a su hermanito está dispuesto a compartir su adorado juguete.
Brutus es un enorme perrito que tiene como misión y hobby favorito, destruir todos los juguetes que sus papás con tanto amor le han dado, el peludito fue el primer hijo en llegar a la casa, por lo que más consentido no puede ser, está gordito, tiene muchos juguetes y una casa enorme para él solo, sus papás básicamente le permiten hacer lo que él quiera.
El animalito de raza bullmastiff, ha decidido que más que jugar, le gusta destruir, aunque hay un juguete en especial que quiere mucho y que lo trata con cuidado para no hacerle daño, es una pelota peluda de color amarilla, que la verdad, no tiene gran gracia. Su mamá adoptiva Bonnie Michalek, asegura que no sabe la razón del por qué ese es su juguete favorito, pero que si puede garantizar, que no hay lugar a donde Brutus no vaya si no es con el amado juguete.
Brutus, además de un hijo, un compañero leal.
Brutus llegó a la casa de Bonnie y su esposo, ubicada en California, cuando era a penas un cachorro, había recientemente dejado de tomar la leche de su mamá, era un cachorro curioso que ya se creía muy grande y que sólo quería dedicarse a explorar el mundo. Él pertenecía a una camada de bebés que había dado a luz la perrita de una amiga de Bonnie, ella por razones de economía y espacio, no podía quedarse con todos los pequeños, por lo que empezó a buscarles papás adoptivos, algo que Bonnie no pudo resistir, así que decidió adoptar a uno de ellos y ese fue Brutus.
Una vez el cachorro llegó a la casa de los Michalek, este se sintió en familia, corría por toda la casa, se subía a todos los muebles, daba cuantos besos pudiera a sus nuevos papás y lloraba en caso de sentirse solo, Brutus sabía que había llegado a un cálido hogar y lo único que quería era aprovecharlo y al mismo tiempo, demostrar que él iba a entregar mucho más amor que el que recibía, el cual ya era bastante.
El perrito con el tiempo entendió que su misión iba más allá que darle amor permanente a sus padres, sino que también debía cuidarlos y protegerlos, por lo que a penas creció un poco y cogió algo de fuerza, se volvió el más leal protector de sus padres, especialmente de Bonni, la cual consideraba su mayor tesoro, incluso más que su pelotita amarilla.
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El comienzo de una nueva etapa.
Bonnie y su esposo comenzaron a sentir un cambio en el comportamiento de Brutus cuando él tenía a penas dos años, no se trataba de algo alarmante, tampoco de algo negativo, se trataba de que el perrito comenzaba a portarse más intenso y protector que nunca, algo que de cierta manera ellos sintieron que debían ponerle atención.
Primero llevaron al animalito al veterinario para descartar que estuviera enfermo, algo que afortunadamente quedo descartado después de algunos exámenes médicos, luego comenzaron a dedicarle más tiempo, salían más horas a pasear, le daban más juguetes y trataban de no dejarlo solo, no obstante, Brutus no se satisfacía, quería permanecer siempre junto a Bonnie, lloraba y ladraba si ella se alejaba de su lado, algo que los hizo pensar que tal vez sería buena idea si era ella la que ahora se hacia un chequeo médico.
Por fin los papás de Brutus entendieron el mensaje, Bonnie estaba presentando cambios dentro de su cuerpo, pero no era algo malo, se trataba únicamente que dentro de ella estaba creciendo una nueva vida.
Brutus sabía que estaba embarazada antes que yo; definitivamente lo sintió antes de que yo lo supiera. En las noches que mi esposo trabajaba, Brutus se negaba a quedarse en su cama, quería dormir junto a mi, sólo quería estar cerca mío, al principio pensé que solo estaba siendo un caprichoso, pero realmente lo que pasaba era que estaba tratando de protegerme. – Comentó Bonnie al medio de comunicación The Dodo.
Un nuevo hermano y un mejor amigo.
A partir del momento en el que se supo oficialmente del embarazo de Bonnie, esta permitió que su hijito peludo cuidara de ella y la acompañará a cada instante, pues como todos sabemos, la etapa de embarazo no es nada fácil, pero para eso estaba Brutus, para hacerla lo más llevadera posible.
Una vez nació el bebé, al cual llamaron Kayden, Bonnie y su esposo se preocuparon un poco de como iban a hacer para presentarselo al hijo mayor, pues temían más de que él fuera brusco con el bebé, que quizás se pusiera celoso y se deprimiera, no obstante, dentro de la nueva mamá, habitaba el sentimiento de que su fiel compañero era una almita noble y que su buen corazón y su gusto por los niños, haría que se llevarán bien.
Siempre amó a los niños. Cada vez que escucha a los niños fuera riéndose se emociona, como queriendo salir a jugar con ellos, algo que realmente me aliviaba. – Explicó Bonnie al medio de comunicación The Dodo.
Y efectivamente el amor que esta mujer y su esposo sembraron en el perrito, se vio reflejado el día en que nació su nuevo hermano y su nuevo compañero de aventuras, pues una vez ellos decidieron presentarselo, él no pudo resistirse a darle cuantos besos pudiera y si sus papás lo trataban de alejar del bebé, él se las ingeniaba para seguir demotrandole cuanto desde ya, lo quería.
Mira a continuación un vídeo donde pueden observar el emotivo momento.
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Brutus ahora tiene un nuevo roll.
Desde aquel día de los besos intensos, Brutus ha permanecido junto a su nuevo hermanito, no ha descuidado a sus papás, los acompaña y cuida, pero entiende que ahora el más frágil es el bebé y que por eso es al que más debe ponerle atención.
A medida de que el peludito iba conociendo a Kayden, este se iba adaptando a sus necesidades, entiende cuando él necesita de abrigo, así que se acuesta a su lado para darle calor y compañía.
También entiende cuando debe hacer guardia; es cuando el bebé esta despierto y necesita de alguien que vigile que no se vaya a hacer daño.
Y por supuesto que sabe cuando debe servir de cama.
Aunque él sabe cuando es el momento en el que su hermanito más lo necesita y es cuando este está triste, con miedo o angustiado de algo, cuando no siente a sus papás cerca y requiere de atención, es ahí cuando Brutus muestra su parte más noble y generosa, es cuando el gordo peludo sacrifica su juguete más preciado y se lo lleva a su hermanito, pensando que si para él eso significa bienestar, seguramente a Kayden también le debe ayudar a sentirse mejor.
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Lo bueno es que Brutus no es el único que está aprendiendo a como ser un hermano mayor, sus papás también están aprendiendo a cuidar, criar y proteger a un ser humano tan chiquito y frágil, el mismo Kayden está aprendiendo quien es él, el mundo en el que vive y a conocer a las personas que lo aman y cuidan tanto.
Todos están viviendo una etapa nueva y Brutus la celebra advirtiendo con juguetes que no son para perro, pero que está fascinado con conocerlos, pues él cree que su hermanito también está dispuesto a compartir sus juguetes con él.
Con información de: The Dodo.