Qué ser miserable y con el corazón más frío que un tempano de hielo fue capaz de hacerle algo así al perrito 😡
Eros es un viejo conocido de la casa, hace algunos años escribimos su historia, en la que contamos que ayuda a su familia humana, quienes tienen una tienda de barrio ubicada en Medellín – Colombia, a repartir los domicilios que los vecinos hacen al establecimiento.
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Viejo amigo.
En dicha ocasión informamos que el precioso perrito hace muy bien su trabajo y se divierte de paso, entrega intactos los víveres que solicitan a la tienda, saluda a los transeúntes que se encuentra a su paso, juega un poquito con los perritos del sector y con tan solo una señal de dirección que le hacen sus humanos, él encuentra el camino para entregar el domicilio y luego volver a su casa.
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Sus humanos nunca lo mandan muy lejos ni tampoco con mercancía muy pesada, apenas lo que le quepa en su canastica, pues realmente nunca han abusado de él, simplemente para todos los residentes del vecindario es lindo tener a Eros como su repartidor estrella y para su familia un recurso de marketing muy positivo. Eros es un perrito sin lugar a dudas feliz, muy activo y saludable también, a pesar de sus ya ocho años de vida.
Ni los perritos se salvan de la delincuencia.
Sin embargo, y aunque Eros lleva años repartiendo los domicilios de la tienda familiar, recientemente fue asaltado. Era ya de noche y llevaba una cajetilla de cigarrillos en su canasta, seguramente, uno de los últimos domicilios del día, él iba tranquilo y sonriente, como siempre, cuando alguien lo interceptó y le quito su canastica 😢 El perrito regresó a la tienda sin nada en su boquita y fue cuando sus humanos comprendieron lo que había sucedido, el perrito había sido víctima de un robo.
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Afortunadamente el animalito se encuentra en perfectas condiciones, que en realidad es lo único importante. El malhechor no le hizo ningún daño, porque de otra forma habría sido imperdonable, simplemente se llevó la mercancía que un vecino había solicitado.
Al parecer Eros no ofreció ninguna resistencia, seguramente porque no entendía qué estaba sucediendo pues en la cabecita de los perritos no existe la maldad y como a él todo el mundo suele consentirlo, tal vez pensó que el sujeto quería jugar con él o frotar su cabecita y por eso se dejó quitar la canasta, pura inocencia.
La vida continúa.
Su familia ya le compró otra canasta y el precioso Eros continuará llevando a cabo su labor de domiciliario, todo el vecindario seguirá cuidando de él en sus recorridos, ahora más todavía, pues el incidente los alertó, pero saben que prohibirle al perrito continuar haciendo sus entregas sería peor para él, de alguna forma se constituiría más como un castigo que una precaución y por eso lo mejor es que todo regrese a su curso natural.
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Esperamos nunca más se presente un incidente como este y el dulce perrito pueda continuar siendo feliz mientras reparte sus domicilios.