El Zoológico de Seneca Park está haciendo turnos dobles y trabajando 24 horas para no dejar ir de este mundo a un cachorro y a la esperanza de toda una especie.
Hijo de Timila y Kaba, dos ejemplares de la especie Leopardo de las nieves, la cual se encuentra en este momento en peligro de extinción por la caza furtiva, la deforestación, la falta de alimentos y la indebida apropiación de su hábitat por empresas hidroeléctricas, mineras, entre otras, algunos de los descendientes de estos felinos han tenido que nacer en zoológicos y santuarios para sobrevivir en este mundo.
Acorralados por la ¨humanidad¨.
Estos hermosos felinos de pelaje gris y manchas oscuras tienen su lugar de origen en Asia Central, pero hace más de 30 años han sido llevados a diferentes partes del mundo para salvar su especie. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) actualmente solo nos acompañan 3.890 ejemplares de Leopardos de las nieves en libertad, mientras que otra pequeña cifra se esconde en zoológicos y organizaciones animalistas.
Entre estas entidades protectoras se encuentra el Seneca Park Zoo ubicado en New York, quienes en sus instalaciones tienen algunos de estos ejemplares de leopardos de las nieves, todo con el fin de cuidar de ellos y ayudarlos a aumentar su población.
Tristemente muchos de ellos han tenido que pasar allí su niñez, adolescencia y adultez, pero aunque suene un poco egoísta es necesario para preservar su especie. Pero no todo es malo, porque aunque esta no sea su hábitat natural, en los diferentes zoológicos se han encargado de adecuarla correctamente para que todos se sientan muy cómodos, incluso allí han creado amistades duraderas y lazos familiares como es el caso de Timila y Kaba, los dos recientes padres.
La esperanza tiene pequeñas garritas y ganas de conocer el mundo.
Recientemente Timila y Kaba, quienes llevan en el Seneca Park Zoo cerca de 10 años, tuvieron la fortuna de traer un cachorrito al mundo, pero aunque todos estaban realmente felices por el nuevo miembro, pronto las malas noticias llegarían a sus oídos. A pesar de que la nueva madre estaba al tanto de su pequeño hijo, este estaba atravesando una infección pulmonar, esa misma que también estaba causando hipotermia, deshidratación y ritmo cardiaco bajo, fue en ese instante que los trabajadores tuvieron que intervenir.
Aunque Timila dio a luz en su caja nido y parecía estar cuidando al cachorro por la mañana, quedó claro que el personal de cuidado de animales tenía que intervenir al final del día. Cuando se examinó al cachorro, estaba hipotérmico y deshidratado, por lo que se tomó la difícil decisión de criarlo a mano – Contó Steve Lacy, director del zoológico.
El bebé fue llevado a un lugar especial para recién nacidos y tuvieron que alimentarlo con tetero, pero aunque los cuidados eran 24/7 nada parecía estar dando resultados, el cachorro de Leopardo de las nieves no abría los ojos y todos temían lo peor.
Fue una verdadera carrera contra el tiempo en la que todos quisieron dar un empujoncito más guardando la esperanza, algo que quizás sintió el pequeño y se aferró a la vida con sus pequeños sueños e ilusiones. Al día decimo octavo abrió sus ojos y conoció a sus salvadores, posteriormente se pegó a su tetero con fuerza y empezó a subir de peso, sin dejar de mencionar que respiró de mejor manera, fue un avance que todos celebraron.
El pequeño aún tiene mucho que mejorar, pero su avance es una prueba de que es un valiente guerrero. Esperamos que todo siga saliendo favorablemente y esta especie se beneficie con la llegada de un preciosos ejemplar.
Digamos NO a la caza furtiva, al trafico de animales salvajes y al aprovechamiento de los lugares que no nos corresponde, pensemos que este mundo es de todos y es nuestro deber respetar el lugar donde viven quienes nos acompañan.