La canción fue interpretada en medio de la selva para aliviar un poco el pasado triste de estos gigantes 🐘 ♫♬♪♩𝄞.
El famoso pianista Paul Barton, podría estar tocando frente a cientos de personas reconocidas y recibiendo aplausos, sin embargo, él prefiere recibir sinceros y fuertes barritos por parte de los elefantes como símbolo de agradecimiento, en un santuario de Tailandia, lugar que a veces se convierte en una completa fiesta cuando los mamíferos lo acompañan con sus lindos sonidos.
Música para el alma.
El lindo gesto de Paul inició en el año 2011, cuando se encontraba grabando un vídeo musical y por casualidad descubrió la organización Elephants World, un santuario que ayuda a elefantes que han sido explotados o que están cieguitos. Su amor por esta especie y la tranquilidad que hay en aquel lugar, lo llevaron sin querer a conocer el que sería el amor de su vida, Khwan, la dueña de la organización y una mujer que desde el inició lo apoyó con la idea de llevar su piano, para tocarle a los mamíferos.
Su escenario era la inmensa selva y su público estaba compuesto en su mayoría por elefantes y una que otra persona observando la conmovedora escena. La primera en escuchar e interactuar con sus interpretaciones, fue una elefante con problemas de visión llamada Plara, que llegó al santuario sin colmillos debido a que su anterior dueño se los había quitado para venderlos, aquella situación causaba dolor en el animal, pero aún con eso ella trataba de llevar una vida normal. Un día se encontraba dando su paseo diario y comiendo unas hierbas que eran de sus agrado, cuando escuchó los primeros sonidos emitidos por el piano y sin pensarlo se acercó, en ese momento Paul se enamoró aún más de ellos y de cómo actuaban cuando lo escuchaban tocar sus melodías.
La primera vez que toqué el piano ahí, fue para un elefante ciego llamado Plara, que era el más cercano al piano, escuchó por casualidad a Beethoven por primera vez y dejó de comer; se detuvo y escuchó la música con la hierba saliendo de su boca. Así que volví a Elephants World después de ese día y me quedé por largos períodos – Dijo Paul Barton, a Coconuts de Bangkok
Desde aquel momento se hicieron muy amigos y sin duda a Plara le gustaba escuchar música, pues cada vez que Paul interpretaba una canción con su piano o su flauta, ella se quedaba inmóvil escuchando con su trompita enrollada, las melodías que iban desde Beethoven hasta canciones tailandesas. Quizás la hacían sentirse muy tranquila y olvidarse un poco del dolor, que le causaba una infección por la pérdida de sus colmillos, esa misma que le quitó la vida a pesar de haber batallado fuertemente con sus veterinarios por erradicarla, pero que fue imposible de vencer. Paul lloró la partida de su primer amiga elefante y solo le quedó empezar a ayudar a lo demás paquidermos, que habían en el santuario.
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Cientos de almitas que alegrar diariamente.
Junto con su esposa Khwan, empezaron a trabajar por hacer felices a los elefantes pues conociendo que son animales muy emocionales, decidieron ayudarlos por medio de la música haciéndoles olvidar sus tristes pasados. A diario Paul se sienta en frente de su piano y durante horas deja que las melodías recorran la selva, llegando a las orejitas de todos los elefantes y motivándolos a llegar hasta él, con ayuda de su oído ya que muchos de ellos han perdido la vista como Amphan, una elefante de 80 años que tiene una visión muy minina por uno de sus ojitos.
A pesar de la falta de su sentido de visión, Amphan ha desarrollado muy bien sus oídos, esos mismos que pone a trabajar cada vez que Paul la llama, cuanto está a punto de iniciar el concierto diario. Con ayuda de Barton la elefante llega al frente del piano y se dispone a escuchar las melodías que el artista va interpretar para ellos, sin pensar que uno de esos acordes causó una particular emoción en Amphan.
Los sentimientos estaban a flor de piel.
La emotiva escena ocurrió en el 2018, aquel día Amphan llegó como de costumbre y se detuvo al escuchar las primeras notas musicales, sus orejitas empezaron a moverse de alegría como siempre lo había hecho, sus gigantes patitas sostuvieron el balanceo de su cuerpo, ese mismo que empezó a relajarse con cada partitura de una pieza clásica de Debussy, Clair de Lune, que era interpretada por Paul en el piano. Su felicidad era inminente, al punto que fue imposible de ocultarla y una lágrima bajó por sus mejillas, sus ojitos delataron lo que su corazoncito estaba sintiendo en esos momentos.
Una cámara logró captar la emotiva escena, sin duda Amphan estaba muy emocionada y se hizo saber a Paul, quién agradeció el lindo gesto interpretando más canciones y haciéndole una venia mientras acariciaba tiernamente su trompita. Sin lugar a duda esta elefante ha demostrado todo el amor que hay en los animalitos y lo que la música puede causar positivamente en ellos.
La música calma a la bestia salvaje – Aseguró Paul Barton.
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Paul y su familia, llevan alrededor de nueve años tocando melodías para los elefantes y sus crias que actualmente alberga Elephants World y cada vez se sorprende más con la forma en que se emocionan. Adicionalmente tiene un canal en YouTube, en el que comparte todas sus interpretaciones musicales y algunos conciertos rodeado de elefantes.
Acá te dejamos el vídeo para que veas la hermosa escena.