Fue abandonado dos veces y se aferra llorando a su mantita, lo único que le queda de la última familia que lo dejó atrás.
Yo tampoco lo puedo entender. Para mi todos, todos los animales son hermosos y dignos de ser amados y cuidados, es más, lejos de ser una carga, siento que es un privilegio, un regalo de la vida, tener la oportunidad de querer a un animalito y recibir su amor, el cual es infinito e incondicional.
Según el refugió en dónde se encuentra este precioso perrito Pit Bull cruzado con Terrier, ha sido abandonado dos veces por dos familias diferentes.
Si bien ya la idea de que un animalito sea abandonado, rompe el corazón, en el caso de este perrito es todavía más triste pues él es extremadamente cariñoso y pareciera necesitar afecto más de lo que otros perritos similares requieren.
Por ello, ha sufrido muchísimo, lo indecible, las dos veces que ha sido abandonado.
La primera familia que lo decepcionó.
La primera vez, una familia que lo había comprado cuando él era aún un cachorro, pagando una alta suma económica debido a que su raza es muy solicitada, lo dejó en el refugió argumentando que era un perro agresivo y que los niños estaban corriendo peligro al estar a su lado.
El perrito los adoraba. Sufrió y lloró por días de manera inconsolable hasta que poco a poco se fue acostumbrando a la idea de que no los volvería a ver. A pesar del amor que le daban en el refugio, el perrito no volvió a ser el mismo, parte de su alegría se había ido para siempre.
Las personas del refugio que estuvieron en contacto con él, aseguraron que para nada era un perro agresivo, al contrario, era muy amoroso.
Pensó que ahora tendría quien lo volviera a amar, pero le rompieron nuevamente el corazón.
Al fin consiguió una nueva familia que aseguraba que lo iba a cuidar para toda la vida, se fue con ellos y pasó algún tiempo. El perrito les había tomado mucho cariño, pues ellos eran buenos con él. Lamentablemente una nueva tristeza y decepción le aguardaban.
Su segunda familia también lo abandonó, lo dejaron en el refugio donde lo habían adoptado, asegurando que no podían conservarlo porque era muy grande y ya no contaban con el espacio para tenerlo. Nuevamente el perrito lloraba y se lamentaba, metidito en una jaula de la que ni siquiera quería salir para tomar paseos al aire libre.
Mira en el vídeo a continuación, el momento posterior a ser abandonado por segunda vez:
La vida no volvió a ser la misma.
Su depresión fue muy fuerte y esta vez le costó mucho recuperarse.
Al fin poco a poco fue encontrando de nuevo pequeñas alegrías. Hoy vive en el refugio y aguarda una nueva oportunidad, aunque las personas a su cargo también analizan la opción de que el perrito se quede allí, pues saben que su corazón no soportaría un nuevo abandono.
Fuente: Roberta Sá Griner.