Él nunca dejó de buscarla y ella de esperarlo.
El hermoso momento en que una perrita se reencuentra con la persona que más ama en la vida.
Los animales que nos acompañan en nuestro hogar, que conviven y comparten con nosotros el día a día, se terminan convirtiendo en compañeros de vida. Ellos entregándonos siempre todo su amor, su ternura y compañía hacen que los queramos más que a nada en el mundo.
Ariel Neveira y su perrita Pakita nos cuentan una maravillosa historia de esperanza y amor. Durante dos años estuvieron separados pero un milagro hizo que se reencontraran para nunca más volverse a separar y así poder vivir los años más felices, llenos de todo el amor que tenían para darse.
Una familia feliz.
Pakita hacia parte de una familia muy amorosa, ella era cuidada, querida y considerada la hija menor y la más consentida de la casa. Pakita vivía la vida que todo perro merece, además, cumplía su misión: el hacer a una familia feliz con todo su amor, nobleza, fidelidad y compañía. La peludita era feliz y su familia también.
Una persona con malos sentimientos los separó.
Una vecina de Pakita era muy odiosa y despectiva con los animales, no le gustaban y los consideraba un estorbo para el barrio donde vivían, así que un día la agarró, la montó en su bicicleta y se la llevó a un refugio, una vez allí argumentó que era una perra que estaba todo el tiempo en la calle y a la cual maltrataban.
La protectora de animales llamada Arca Animal, ubicada en Argentina, recibió a la perrita y la acogió en su hogar de paso, claramente desconocían la verdad y solo querían hacer lo que consideraban mejor para Pakita. Sin embargo, el hecho trascendió de una forma nefasta, la familia de Pakita desconocía lo ocurrido y se encontraban llenos de dolor y desesperación por la pérdida.
El corazón de esta perrita nunca pudo olvidar a su familia.
Aunque indudablemente la más afectada fue Pakita, pues el hecho de ser separada de su familia, lo que ella consideraba su mundo, la llevó a sufrir una depresión. En el refugio se comportaba de una forma muy retraída, casi no comía, no jugaba, no se dejaba acariciar y todo el tiempo en su cara reflejaba tristeza.
Pakita vivió dos años separada de su familia y aunque en la fundación tenía una madrina que le compraba todas sus cosas, la consentía y la quería, lo único que la perrita anhelaba y realmente quería, era estar con su familia, así son los animales, fieles y nobles sin importar las circunstancias.
La perrita durante esos dos años no fue adoptada por otra familia, pues la gente prefería adoptar perros cachorros y más alegres, además Pakita estaba tan triste que ni fotos se le podía sacar, pues su mirada era la de una perrita que había perdido su espíritu perruno.
Una serie de eventos se encausaron para que pakita encontrara su camino de regreso a casa.
Un día su madrina logró tomarle una foto donde no se veía tan triste, la fundación quiso aprovechar la oportunidad y publicarla en las redes sociales para ver si alguien se enamoraba de ella y decidía adoptarla. Lo que no sabían era que esa foto sería el boleto a la felicidad de Pakita, pues ella no conseguiría una nueva casita, no, ella volvería a reencontrarse con su familia.
La mamá de Ariel por casualidad vio la foto y se comunicó con Arca Animal, contándole su historia. La fundación la invitó a ella y a su hijo a que fueran a ver a la perrita y así poder corroborar la versión de la familia, también poder conocer la reacción de Pakita, pues en esos dos años pocas personas se habían interesado en conocerla.
Cuando la familia llegó a Arca Animal, no hubo dudas, era ella. Mira a continuación el vídeo del emotivo encuentro entre esta preciosa peludita y su padre humano.
Pakita está más feliz que nunca.
Después del conmovedor reencuentro, Pakita recobró su espíritu de alegría y amor. Su familia se sintió de nuevo completa y feliz.
Lo que parecía imposible para esta familia, ocurrió, vivieron sin duda dos tristes y largos años, pero lo que vendría de ahí en adelante sería amor del más cálido y sincero que se puede construir, el de un animal y un humano que está dispuesto a quererlo, comprenderlo y cuidarlo.
Los ojitos tristes que Pakita tuvo durante los dos años que vivió en el refugio quedaron para siempre atrás, ahora su expresión es de completa felicidad junto a sus padres humanos.
Silvia y Susana, las dueñas del refugio Arca Animal, reciben seguido las visitas de Pakita y sus padres y les cuesta reconocer que se trate de la misma perrita, ha cambiado mucho. Ellos también les envían fotografías en donde la ven abrazada a su papá y durmiendo patas arriba algo que jamás hizo en su tiempo junto a ellas.
Los padres de Pakita no han parado de agradecerle a las dueñas de Arca Animal por haber cuidado de su bebé durante todo el tiempo que fueron separados y actualmente apoyan de forma activa al refugio, donando dinero, comida, collares, compartiendo sus publicaciones en redes sociales y ayudando en todo lo que les es posible.
Los refugios necesitan apoyo para seguir haciendo su trabajo, no los dejes solos, ayúdales!
Las personas que se dedican a rescatar animales de la calle o que reciben a todos aquellos que son abandonados, hacen su trabajo valiéndose de sus propios recursos económicos por lo que muchas veces se ven en apuros para ayudar más animales o incluso sostener a los que tienen en ese momento, por ello las ayudas de las personas son fundamentales.
Ni las grandes corporaciones ni los gobiernos los apoyan de ninguna manera, sólo algunas personas de buen corazón a veces les donan dinero, comida, medicamentos o tiempo para ayudarles a mejorar sus instalaciones o a cuidar a los animalitos que están bajo su tutela.
Si tu quieres ayudar al refugio que acogió durante dos años a Pakita y que hizo posible que la dulce peludita se reencontrara con su familia, puedes ponerte en contacto con Silvia Ferreyra o con Susana Gutierrez. Si lo prefieres también puedes escribirle un mensaje de contacto a Arca Animal directamente.
Fuente: ArcaAnimal.