Hay almas que están destinadas a compartir una vida juntas.
Nicole Renae era apenas una niña de 9 años, era hija única y sus papás pasaban los días trabajando, ella recibía todo lo que necesitaba para la etapa que vivía, no carecía de cosas materiales, ni sus papás dejaban de atender todas sus necesidades, no obstante, era una niña que se consideraba sola, ella pasaba los días inventándose juegos que no requirieran de más niños, hacia sus tareas de la escuela sin nadie que la ayudará y además, no solía contar con alguien con quién pudiera hablar de sus miedos, anhelos o simplemente de las aventuras que había vivido durante el día.
La única compañía con la que contaba de vez en cuando, era con la de su abuela, una viejesita que tenía una edad muy avanzada y que por más de que se esforzará, no era mucho lo que le podía proporcionar a su nieta, pues sus facultades no eran las mismas de las de hace años, por lo que ella le daba apenas unos minutos de diversión o compañía, pues esta, por más de que no lo quisiera, caía profundamente dormida instantes luego de que su nieta llegará en su búsqueda, así que la pequeña Nicole recibía de ella más ronquidos que cualquier otra cosa.
Su abuela apenada, buscó remediar la compañía que no le pudo ofrecer.
En el cumpleaños número diez de Nicole, su amorosa abuela quiso darle una sorpresa que ella no se hubiera esperado, que la alegrará y que sobretodo le ayudará a cambiar su situación de soledad, la abuela le quiso dar algo a Nicole que le diera una nueva percepción de la vida, de la amistad, del amor y de la felicidad, quería darle una amiga que la hiciera sonreír, que la quisiera, la acompañará, que la protegiera, que jugará con ella y que limpiará sus lágrimas, o mejor dicho, que lamiera sus lágrimas cuando ella estuviera triste, la abuela estaba decidida a darle a Nicole una perrita chiquita y peludita que se convirtiera en la mejor amiga que su nieta pudiera tener.
Así que el día del cumpleaños de Nicole, su abuela la recogió en el colegio en compañía de sus padres, esta, con su mayor esfuerzo, se bajó del auto, le dio un fraternal abrazo y le indicó que debía subir al carro para ir a casa, la niña sin sospechar nada abrió la puerta y dirigió la mirada hacia la silla, una silla que ella creía vería vacía, sin embargo, su sorpresa fue mucha cuando a cambio de eso vio una cachorrita de pelaje gris, con un moño rosado que la esperaba sentada juiciosa pero ansiosa de conocer a quién sería su compañera de travesuras pero sobretodo de momentos felices.
La niña no pudo hacer otra cosa que atacarse a llorar de la felicidad y la ternura durante varios minutos, luego, limpio sus lágrimas, abrazó a su abuela en símbolo de agradecimiento. Posteriormente, se dirigió apresuradamente hacia aquella cachorrita, la apretujo con todas sus fuerzas sabiendo que ella iba a significar mucho en su vida y mientras lo hacía, suavemente le susurro al oído: Bienvenida Chloe.
Chloe y Nicole conocían el mundo juntas pero llegó un momento en el que tomaron caminos distintos.
Durante los siguientes cuatro años juntas, el vínculo entre Nicole y Chloe solo se fortaleció. Cada gramo de amor que Nicole daba, la perrita lo devolvería diez veces. La niña se sentía al fin acompañada, querida como nunca y con la mejor amiga que hubiera podido desear, todo marchaba bien, pues gracias al apoyo que se daban la una a la otra, comenzaron a crecer conociendo el mundo de una manera más segura, pues ninguna de ellas permitía que a la otra le pasará nada, se protegían y aunque muchos no entendieran la relación que tenían, Nicole se sentía satisfecha con ella entenderla y saber que no quería nada más que pasar toda la vida junta a su amada Chloe.
Simplemente siento que la amaré hasta la muerte, ella era mi mejor amiga. Es una perra tan dulce, te lame la cara para siempre si no la detienes. – Comentó Nicole al medio de comunicación The Dodo.
Sin embargo, a veces la vida nos da golpes que no esperamos y que muchísimo menos queremos, son golpes que pegan sin piedad, golpes que nos hacen recordarlos toda la vida pero que sin duda, nos dejan una enseñanza.
El papá de Nicole, cuando ella tenía 14 años, consiguió un trabajo nuevo, mejor pago y con más oportunidades de crecer laboralmente, sin embargo, el problema era que él debía trabajar desde casa y siempre pegado a un teléfono atendiendo llamas, algo que no era beneficiosa para las dos pequeñas, no sólo porque juntas hacían mucho ruido, sino sobretodo porque Chloe era muy hiperactiva y por ende muy ruidosa, algo que con el tiempo, al papá de Nicole le comenzó a molestar.
Un día el papá de la pequeña llegó inesperadamente al colegio para recogerla, ella un poco inquieta, se subió al auto esperando que eso no significará nada malo, no obstante, se dio cuenta que la situación no era para nada bonita cuando se percató de que su perrita la estaba esperando en el sillón de atrás, exactamente igual a como cuando la vio por primera vez, sólo que en esta ocasión la peludita no estaba feliz ni ansiosa de tanta emoción, estaba acostada, con una mirada triste y con la intención de no moverse a ningún lado, pues sabía que algo malo estaba por ocurrir.
Una vez Nicole se subió al auto, su padre le explicó que no podían seguir manteniendo a la perrita en casa, pues esta tenía espacios muy reducidos y por más de que él intentaba aislarse de los ruidos de la casa, no podía hacerlo con la presencia de Chloe, su trabajo requería de total silencio y concentración, pero la perrita siempre estaba haciendo ruido.
La niña en ese instante sintió que su corazón se rompía, que una parte de ella fallecía dentro de su alma, ella no quería, no estaba de acuerdo con tener que regalar a su perrita, pero era una niña, no sabía bien que decir, como expresar sus sentimientos y sobretodo como desobedecer las decisiones de sus padres, así que sólo se limitó a asentir con la cabeza mientras las lágrimas escurrían de sus mejillas.
No teníamos otra opción. Yo era sólo una niña, así que obviamente no tenía otra opción en el asunto. Fue desgarrador. No quería deshacerme de mi perra. Me sentí muy enferma y triste por eso, pensé que nunca volvería a verla ni volver a saber de ella. – Explicó Nicole al medio de comunicación The Dodo.
Entre llantos y una que otra sigilosa suplica inútil de la pequeña Nicole, llegaron ella, su padre y Chloe a un refugio local para animales abandonados, la niña ya sintiéndose agotada y frustrada no hizo mucha más fuerza por evitar lo inevitable, cargó a su perrita y con mirada triste la entregó a uno de los voluntarios del refugio, no podía explicarle las razones, no podía decirle que la amaba, que era algo temporal y que la iba a seguir protegiendo, porque ella sabía que no iba a ser así, le dio un beso en la frente y un fuerte abrazo, así como el que le dio cuando la conoció.
Así fue como sin decir nada, Nicole se dio media vuelta creyendo que nunca más podría volver a disfrutar de la compañía más fiel que había tenido en sus escasos catorce años, pero con la esperanza de que haciendo lo que hacia la pequeña peluda iba a tener la oportunidad de conseguir un nuevo hogar.
Chloe ya no hacía parte de la vida de Nicole, pero si de su corazón.
A partir de ese triste momento pasaron ocho años, Nicole ya era una mujer hecha y derecha, tenía su propio hogar conformado, un esposo amoroso y una hija que a penas estaba dando sus primeros pasos, ella estaba bien, había conseguido lo que quería conseguir, pero dentro de ella, desde aquel día en que tuvo que despedirse de una parte de su alma, siente ese vacío que no la hace sentir completa ni tranquila.
La mujer sabía lo que le faltaba, sabía lo que había perdido y lo mucho que lo extrañaba, por lo que en repetidas ocasiones intento dar con el paradero de su inolvidable amiga Chloe, pero lamentablemente todos sus intentos fueron en vano.
A medida que pasaron los años siempre pensé en ella. Una vez llamé a la sociedad humanitaria para tratar de averiguar qué le sucedió, pero no sabían, no lograban acordarse de la perrita ni de mi. Entonces, nunca lo supe. – Añadió Nicole en la entrevista con el medio de comunicación The Dodo.
La vida no las quería separar, sólo quería enseñarles a amar.
Nicole conociendo la alegría y la compañía que da un peludito, quiso proporcionarle a su hija esa misma felicidad, por lo que decidió buscar un perrito para adoptar, entre sus planes estaba darle la oportunidad a un cachorro, pues quería que su hija Violeta, al igual que ella, creciera con un bebé perro, sin embargo, sus planes cambiaron cuando vio una publicación en Facebook acerca de una perrita vieja que requería de un hogar, dicha publicación le generó un extraño sentimiento.
Vi la foto de la perra y pensé: ‘Esa perra me parece un poco familiar’. Luego leí el nombre: Chloe. El nombre se escribía igual que el de mi viejita perra. Pensé que era una coincidencia. – Recordó Nicole durante la entrevista con el medio de comunicación The Dodo.
La mujer inquieta por tantas coincidencias juntas, pues la foto era muy parecida a su antigua perrita y el nombre se escribía exactamente como ella lo hacía, decidió que debía ir al refugio que la estaba dando en adopción para conocerla y así tratar de explicar ese sentimiento que sentía que la devoraba por dentro, no era precisamente un sentimiento malo, era una mezcla entre felicidad y deseo, deseo de que fuera ella aquella perrita a la que le entregó por primera vez su corazón.
Una vez llegó Nicole al instituto de protección animal, las dudas se despejaron por completo, Chloe sabía que por la puerta estaba entrando la que siempre había sido su amiga, a la que por tantos años esperó, así que sin caer en rodeos, la perrita le demostró a Nicole que era ella la autentica Chloe.
Ella sólo corrió hacia mí y comenzó a lamerme la cara. A medida que avanzó el tiempo, ciertas características me recordaron a mi vieja perra. – Dijo Nicole al medio de comunicación The Dodo.
Conmovida por la situación que estaba viviendo, la mujer convenció al refugio de que le entregaran la perrita en adopción, Nicole racionalmente aún no estaba segura de que ella era su perrita, pero en su corazón sentía que si lo era, por lo que quería ir a su casa y conocer o reconocer a la peludita, para así entender la razón del por qué vio la publicación de su adopción y saber si esta tenía relación con la necesidad de volver a sentirse completa.
Chloe por su lado entendía claramente la misión que tenía una vez llegarán a la casa; convencer a Nicole a como diera lugar de que ella era esa parte del alma que Nicole estuvo buscando durante tantos años, algo, que aunque parecía difícil de creer, la perrita amorosa lograría demostrar en poco tiempo.
Ella seguía abrazándome. Estaba llorando, me recordaba mucho a mi Chloe. Nunca pensé que volvería a ver a mi perra, pero en ese momento supe en mi corazón que era ella. – Contó Nicole al medio de comunicación The Dodo.
Algo que parecía una ilusión, demostró ser real una vez más.
Nicole no podía parar de darle besos y abrazos a su antigua amiga, ella se sentía feliz, estaba ahora si completamente segura de que era su perrita, no había forma de que Chloe se lo dijera en palabras, pero ella se sentía nuevamente completa, aliviada y feliz, una felicidad que sólo Chloe le podía proporcionar. No obstante, su esposo, sus padres y en general toda su familia, no creían lo que ella les estaba contando, habían pasado a penas unas pocas horas del reencuentro y la familia creía que sólo se trataba de una ilusión, de un deseo frustrado de Nicole de reencontrarse con su perrita, pues algo así era casi imposible que sucediera.
Sin embargo, la madre de la mujer, un poco más abierta a creer lo que estaba pasando, decidió llevar a Chloe al veterinario para que este verificará si ella tenía un microchip de identificación y si este contenía el número de registro que ellos le habían puesto recién la adoptaron, una vez el médico le hizo el chequeo a la perrita y obtuvo los resultados, las dudas no tenían lugar dentro de ninguna de las personas presentes, pues en efecto se trataba de la misma Chloe y eso era algo que Nicole no podía agradecer ni siquiera con palabras, este acontecimiento sólo le demostraba lo que significaba realmente amar a alguien, pues por más de que hubo años de separación entre ellas, el cariño entre ambas no se había disminuido, tampoco había cambiado la forma en que se relacionaban, era como si de alguna manera la una hubiese siempre esperado a la otra.
Los números coincidían exactamente. ¡Era ella! Literalmente sentí que había ganado la lotería. Fue la mejor sensación. Pensé que nunca la volvería a ver. – Exclamó Nicole durante la entrevista con el medio de comunicación The Dodo.
Finalmente juntas.
Chloe ahora tiene 11 años, pero sigue siendo tan saludable y enérgica como Nicole recordaba que era. De alguna manera, la reunión de estas dos amigas perdidas las convirtió en niñas nuevamente.
Estoy tan feliz de tenerla de regreso. Es un poco más pequeña, pues yo crecí, además no tiene dientes, pero todavía le encanta correr. Todos los días me emocionó tanto de volver a casa del trabajo sólo porque sé que la voy a ver, esto es lo mejor. – Dijo Nicole al medio de comunicación The Dodo.
Debido a la conmoción que le generó esta experiencia a Nicole, decidió investigar que fue de la vida de Chloe durante estos años, por lo que programó una nueva visita al refugio, pues primero quería agradecerles a los trabajadores del refugio por haber cuidado de la peluda durante tanto tiempo y segundo, quería pedirles que le contarán todo acerca de su pequeña, pues realmente quería asegurarse de que ella había estado bien.
Aunque las situaciones por las que pasó Chloe no eran tan dramáticas como la de muchos otros perritos, Nicole después de salir del refugio supo que no había mejor lugar para ella que dentro de su corazón y dentro de su hogar, pues lamentablemente después de que la familia de Nicole abandonó a la perrita, esta consiguió un muy buen hogar, pero sus papás adoptivos eran mayores, por lo que fallecieron al poco tiempo, situación que la llevo a verse nuevamente en el refugio. Luego, otra familia le quiso dar la oportunidad pero no la tuvieron mucho tiempo, reconociendo que no tenían el tiempo y la paciencia necesaria, así que la devolvieron nuevamente al refugio.
Chloe fue devuelta al refugio en tres ocasiones, nunca tuvo un hogar lo suficientemente comprometido, pero Nicole siempre la quiso y nunca se olvido de ella, algo que Chloe también demostró, una unión que hizo que después de casi una década, la perrita pueda vivir su última etapa de vida rodeada de la persona que la quiso y la cuidó durante su primera etapa, algo que sin duda, compensa los momentos difíciles que ella vivió.
Nicole no hay día que pase agradecida porque la vida le devolvió lo más importante para ella, por lo que ahora responde a esa generosidad de la vida demostrandole a su vieja amiga cuanto la quiere, todo lo que va a hacer para recuperar los años de separación y sobretodo, quiere mostrarle que esta vez si le puede prometer que nada las va a separar y que ahora pase lo que pase, ella va a esta ahí para protegerla.
Mi hogar está completo, Chloe está feliz, creo que sabe que ahora si estará conmigo para siempre. – Finalizó Nicole la entrevista con el medio de comunicación The Dodo.
Con información de: The Dodo, BBC News.