Con lágrimas en los ojos le dijo a la perrita cuánto la amaba y ella a su vez respondió con efusivo afecto a sus palabras.
Los hechos ocurrieron en un pueblo de Carolina del Norte, donde un veterano de la marina llamado Rudy Armstrong, sufrió una complicación de salud. Por suerte el abuelito, se encontraba en compañía de su perrita Boo-Boo, una linda chihuahua de color café, que al verlo en peligro, corrió en busca de ayuda para salvarle la vida.
Un ángel guardián en el lugar y momento exacto.
Rudy y Boo-Boo, viven en una casa flotante donde pasan días llenos de juegos, descanso y mucho amor, sin embargo, recientemente una mañana pasó de la tranquilidad de tomar una taza de café a un angustioso momento para estos dos amigos.
Resulta que el abuelito empezó a sentir algunas molestias de salud, relacionadas con el impedimento en la movilidad en un brazo y una pierna, pero ante la imposibilidad de alcanzar un teléfono para pedir ayuda a un amigo, decidió darle la misión más importante de su vida a la perritaque lo acompaña desde años.
Él estaba sufriendo un derrame cerebral y necesita atención médica lo más pronto posible, por lo que le dijo a su hija perruna que fuera a buscar ayuda con Kim, el jefe del muelle donde está ubicada la casa flotante.
Ok Boo-Boo, ve a buscarme ayuda – Dijo Rudy Armstrong para el medio WCTI12.
Una ayuda extra como caída del cielo.
De inmediato Boo-Boo, corrió hasta donde se encontraba el hombre y le ladró con tanta fuerza e insistencia, que él supo que algo estaba ocurriendo. Ambos corrieron de regreso a la casa y Kim, luego de percatarse del estado de salud del abuelito, llamó al número de emergencias para que vinieran a auxiliarlo.
Al cabo de un rato Rudy fue trasladado al Carolina East Health System, donde controlaron la emergencia médica y empezaron su proceso de rehabilitación, pero luego de unos días internado en el hospital, el abuelito hizo saber al personal médico cuánto extrañaba a su hija perruna.
Entre los trabajadores, cuadraron un emotivo reencuentro que tuvo lugar en el jardín del hospital. Al verlo Boo-Boo, la perrita, saltó sobre las piernas de su papá humano y con tiernos besos y movimientos de colita, le hizo saber lo feliz que estaba de que estuviera bien. Por su parte Rudy entre lágrimas de felicidad, no dejó de abrazarla y decirle cuánto la extrañaba.
Se me salían las lágrimas de los ojos. La extrañaba mucho – Aseguró Rudy Armstrong al medio de comunicación.
Por el momento el abuelito seguirá internado en el hospital, hasta que se recupere completamente, mientras que su perrita estará al cuidado de sus amigos cercanos.
Nunca sabremos cuando nuestros peluditos puedan hacer algo por nosotros, pero siempre debemos confiar en su inteligencia y en el amor que nos tienen, pues cuando sea el momento, ellos nos demostraran todo lo que están dispuestos a hacer por quienes aman.
Fuente: CarolinaEast Health System, WCTI12.