El cuerpo y el espíritu de este elefante tenían profundas cicatrices, pero gracias a su amigo pianista, la paz volvió a su vida.
ElephantsWorld es una organización ubicada a las afueras de Kanchanaburi, Tailandia. Su principal objetivo es promover la conservación del medio ambiente, rescatando elefantes de situaciones extremas y dándoles un espacio libre donde puedan volver a ser como especie. En la actualidad, el lugar sostiene a más de 30 de ellos bajo la modalidad de turismo ecológico, donde los visitantes trabajan para alimentarlos y brindarles los cuidados necesarios.
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Cada uno de los elefantes del lugar tienen pasados difíciles e historias muy tristes de los tratos otorgados por sus cuidadores anteriores, sin embargo, cuando llegan a este paraíso pueden volver a ser libres y disfrutar de esas pequeñas cosas que alejan el estrés y los hacen acercarse a la felicidad nuevamente, ese es el caso de Monkgol, uno de los más veteranos del lugar que se ha refugiado placidamente en las melodías de música clásica que ha descubierto y se han vuelto su mayor alegría.
Una melodía en el largo recorrido a la libertad.
Mongkol tiene 61 años y es uno de los elefantes más longevos de ElephantsWorld y, sin duda, uno de los más maltratados en su pasado también. Antes de llegar al lugar, el animalito vivía en cautiverio y era usado para trabajos pesados entre los que se incluían destruir su propio hábitat: era sometido a transportar pesados troncos de los bosques de su país.
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Con la tristeza que el trabajo forzado le daba y el trato desconsiderado de sus muchos cuidadores, al momento de ser rescatado las cicatrices en su cuerpo y su alma eran notorias: su columna se había no tenía la misma fisonomía de antes, su ojo derecho ya no estaba y tampoco su colmillo de ese mismo lado de la cara, además, su estrés no le permitía relacionarse con los humanos, les temía demasiado.
A pesar de todas esas cosas malas que debía dejar atrás, Mongkol encontró un método perfecto de relajación cuando se cruzó en su camino con Paul Burton, un contemporáneo músico de Inglaterra que, hace una década, por su cumpleaños cincuenta, decidió cambiar su atareada vida en Londres por la libertad de cuidar elefantes en Tailandia.
En ese momento, el hombre se mudó con toda su familia al lugar para ayudar a alimentar y brindarles atención y cariño a los elefantes del santuario, sin embargo, su vocación como músico lo llevó a buscar maneras de tocarles algunas sonatas clásicas para aliviar sus pesares.
Aunque al principio el director de ElephantsWorld no estuvo de acuerdo y pensaba que era un riesgo para Paul, la primera prueba demostró que el hombre tenía razón: las melodías de grandes compositores como Schumann eran un método terapéutico para los afectados animalitos.
A continuación puedes ver el video de Mongkol disfrutando de las melodías del piano:
A pesar de empezar a tocar para todos los animalitos de la organización, él y Mongkol crearon un vínculo único que les ha permitido conectarse desde la profundidad de sus almas. Paul suele tocar para él de día y de noche, llevándolo a una extrema relajación que se puede notar en la postura del elefante.
Es un elefante extremadamente suave y sensible que disfruta de la música, especialmente este movimiento lento de Beethoven que ocasionalmente toco con él durante el día y la noche. – Dijo Paul a The Dodo.
Más allá de la tranquilidad que generan los armoniosos y hermosos sonetos que interpreta Paul en el piano, la dupla se ha mantenido unida debido a algo que tienen en común, aparte de la edad: la decisión de volver a vivir la libertad. Esperamos sean compañeros de espacios musicales por mucho más tiempo.
Fuentes: Paul Burton, ElephantsWorld.