¿Qué hizo que el barquero fuera en esa dirección? ni el mismo lo sabe, esos cachorritos estaban condenados.
Canadá es un paraíso de islas remotas y costas desoladas cuando llega el verano lo que hace que sea el destino perfecto para navegar si se tiene un bote. Es precisamente lo que hacía Junior Cook en agosto del año 2018 cuando, sin planearlo, fue protagonista de un asombroso rescate en las aguas de una pequeña isla con nombre desconocido cerca de Cross Keys, Manitoba.
Las sospechas fueron ciertas.
Aunque el clima en el mes de agosto empieza a traer vientos, el cielo azul se mantiene despejado y fue precisamente esa la razón por la cual Junior y un par de sus amigos junto con sus hijos, decidieron salir a navegar y pasear por las islas cercanas al puerto.
Mientras estaban dando un tranquilo paseo oyeron ruidos extraños provenientes de una isla que todos sabían que estaba totalmente deshabitada. En ese momento decidieron no prestarle mucha atención al asunto y su tarde de exploración terminó un rato después cuando todos volvieron a sus casas, sin embargo, Junior no quedó tranquilo con la decisión de no resolver el misterio de los sonidos por lo cual volvió al día siguiente con la misma tripulación.
Al principio, el hombre pensó en encontrarse con lo peor, había imaginado que los gritos provenían de humanos que necesitaban ayuda, sin embargo, los extraños ruidos eran de siete cachorritos muy pequeños que habían sido abandonados en la isla y que corrían de un lado al otro desesperados.
La ayuda viene en camino.
El hombre que sintió la obligación y el deseo de ayudarlos, juntó fuerzas con sus amigos para darles algo de comida e inmediatamente llamó a Manitoba Animal Alliance, una organización local de animalitos que conocía y que, sabía muy bien, que se dedicaban a rescatar a los peluditos y ubicarlos en distintos refugios y hogares de adopción donde les dieran una gran vida.
Los siete cachorritos negros y hermosos estaban en un muy mal estado y su situación de desnutrición y problemas de parásitos fue conocida por la organización que inmediatamente acogió el caso y empezó a hacer los trámites correspondientes para iniciar su traslado a la ciudad que fue bastante dispendioso, costoso y difícil de ejecutar.
Mientras la organización pudo encontrar los medios para el traslado, Junior fue el encargado de llevar a diario la comida a los pequeños que, cuando lo veían llegar se escondían para, unos minutos después, empezar a salir con algo de timidez a devorar el alimento del día. El hombre no solo estuvo presente en cuerpo y corazón en encontrarlos, también en todo el proceso de rescate.
Nuevos y emocionantes hogares por descubrir.
Después de algunos días con el proceso de alimentarlos y mantenerlos en la misma isla donde habían sido encontrados, la organización pudo hacer una alianza con el refugio Winnipeg Pet Rescue Shelter a donde viajaron los perritos que fueron acogidos en su totalidad para ser tratados y amados desde el inicio.
Con tratamientos, cuidado y mucho amor los perritos fueron mejorando progresivamente e incluso fueron bautizados en honor a los personajes de La Isla de Gilligan, la famosa comedia de los sesenta donde, precisamente, siete viajeros quedan atrapados en uno de estos terrenos.
Skipper, Gilligan, Mary-Anne, The Professor, Ginger, Lovey y Mr. Howell fueron un hermoso descubrimiento que atrajo a muchas personas que deseaban adoptar a los hermanitos, por lo cual, después de completar su tratamiento y estar en perfecto estado de salud, estaban listos para ir a explorar sus nuevos hogares, no sin antes despedirse de su fiel amigos y rescatador, el gran Junior que viajó hasta el lugar para darle una última consentida de despedida.
Hoy en día cuando ya son unos perritos grandes y fuertes Junior tiene perfectamente claro que tomó la decisión correcta de volver por aquellos ruidos extraños.
Fuentes: Manitoba Animal Alliance, CBC Canadá.