Colombia lanza ambicioso plan para intentar salvar al oso andino


Esta puede ser nuestra última oportunidad para salvar al único oso de América del sur.

La especie es amenazada de extinción debido a la perdida de su hábitat natural, ocasionada por las actividades productivas del hombre, se estima que en el 2048 dejará de existir.

Además, los osos andinos o también llamados osos de anteojos, son atractivos para los cazadores y productores de mercancía hechas a partir de la piel de estos animales, pues su pelaje es muy abundante y muy bonito, es de color negro intenso con manchas cafés.

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También su piel es utilizada para cumplir el mito de que si las personas nos ponemos su piel, nos ayuda a sanar alguna enfermedad.

Juan Camilo Chacón, especialista en genética, colombiano y miembro del Museo de Historia Natural de Londres, explica que, además, el oso se enfrenta a cambios y perdidas en su genética.

Los individuos se ven en la necesidad de cruzarse con sus parientes cercanos por la escasez de ejemplares, lo que genera un retroceso en la variabilidad genética. – Comenta Juan Camilo a El Espectador.

El oso andino cumple importantes funciones para el ecosistema, pues es considerado el guardián de los páramos, debido a que este animal, hace un efecto sombrilla sobre otras especies más pequeñas silvestres y ecosistemas que proveen agua.  También, el oso andino, ayuda a la dispersión de semillas en la naturaleza.

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¿Cómo se va a realizar el proyecto?

A partir de la firma del Acuerdo de Paz entre Inglaterra y Colombia, surgió Grow Colombia, un proyecto que tiene como propósito estudiar la diversidad genética,  ecológica y evolutiva de varias especies de animales o plantas que tengan un rol importante para la economía de dichos países.

El proyecto está liderado por el instituto Earlham del Reino Unido, en compañía del Instituto Humboldt, la Universidad de los Andes, Colciencias, el Museo de Historia Natural de Londres y Bridge Colombia.

A raíz de la firma del Acuerdo de Paz, se abre una colaboración internacional científica. Había interés en realizar un desarrollo basado en bioeconomía. Desde esa época Inglaterra viene trabajando de la mano con nosotros en temas científicos. – Expresa Mailyn González, directora de genética de la biodiversidad de la conservación en Colombia a El Espectador.

Entre los principales objetivos del proyecto, está el conocer el estado de la especie, su estado genético, averiguar y precisar hasta qué punto la fragmentación que tiene el ecosistema en el que vive el oso, ha afectado su población.

Aunque Parques Nacionales Naturales venía trabajando hace muchos años en una estrategia de conservación, nosotros propusimos hacer un estudio genómico como complemento. La idea es enfocarse en el conjunto de la información genética de la especie. Y la manera de hacerlo es con muestras no invasivas. Solo vamos a tener en cuenta una prueba de sangre de un zoológico, con el fin de establecer el genoma del oso. Saber cuál es toda su información genética. – Añade Maylin a El Espectador.

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La idea es tomar muestras genéticas de osos de diferentes épocas,  la de los actuales ositos, serán tomadas de sus excrementos y la de osos antiguos, serán tomados de huesos o piel descompuesta.

Para el hueso hacemos unas perforaciones en los dientes o en alguna parte del cráneo, con estos taladros que usan los dentistas para hacer las calzas, y extraemos el polvo del hueso. Esas muestras las tenemos almacenadas, sacamos los permisos que se necesitan y las enviamos al Reino Unido. Allá se hacen los procedimientos de laboratorio y los análisis de datos. – Explica Juan Camilo a El Espectador.

Estos estudios les permiten dar un estimado del tamaño de la población y saber si esta es genéticamente diversa.

Miramos la información más importante, que es la fecha, cuándo y dónde fue colectada. La idea es tener muestras de diferentes períodos en el tiempo. Por ejemplo, tomé la muestra de un oso que fue cazado en 1913. Un oso, en promedio, se reproduce cada diez años, podríamos decir que estamos cubriendo como diez generaciones. – Dice Juan Camilo a El Espectador.

Los investigadores trabajarán hasta final de este año haciendo la recolección de tejidos y estarían publicando los primeros resultados a comienzos del 2020.

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¿Qué proporcionará el estudio?

A partir del estudio se podrá comprender la diversidad natural de los distintos organismos y utilizar esa información para la conservación.
Grow además, trabaja en la agrodiversidad y la agricultura sostenible, con la que se busca generar prácticas más sostenibles y menos perjudiciales para el ecosistema del oso andino y de otras especies.

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Fuente: ElEspectador.