Dijeron que era agresivo y lo enjaularon, esta carita nos dice que es todo lo contrario


«Lo de él no es agresividad, es temor… sólo necesitaba a alguien que le ofreciera amor»

Las cicatrices de su cuerpo, solo son una muestra de lo valiente que ha tenido que ser a lo largo de su vida.

El carnet de presentación de Cruz, un perrito de raza Pit bull entrenado para peleas, decía potencialmente agresivo, sin tan siquiera darle una oportunidad de demostrar que lo que había hecho en su pasado  era motivado por un humano y en defensa propia.

Un angelito merecedor de una segunda oportunidad.

Cruz fue encontrado por unos trabajadores de un refugio ubicado en San Bernardino, en California. Por su estado de salud dedujeron que había estado durante un tiempo en la calle y además estaba muy temeroso y reacio a dejarse ayudar, lo que indicaba que había vivido malas experiencias anteriormente.

María Sánchez

Al llegar al refugio, fue ubicado en una pequeña jaula y como identificación le pusieron su nombre, su raza y una característica tristemente infaltable en la vida de los perritos Pit bull: agresivo, fue la palabra que siguió a su nombre.

Quizás por esa terrible etiqueta nadie se atrevía a adoptarlo o tan siquiera a visitarlo en su jaula, pero una mujer llamada María, dejó sus prejuicios atrás y se acercó a él segura de que detrás de esos temerosos ojitos había un ser maravilloso por descubrir.

María Sánchez

Los ojos del corazón pueden de ver lo que hay detrás de un alma triste.

La escena fue grabada por Maria, quizás porque dentro de ella estaba la esperanza de que el perrito no era como lo describían y que por el contrario, solo necesitaba una oportunidad para demostrar el gran peludito que es. Al acercarse a la jaula de Cruz, la mujer le habló con dulzura y aunque él claramente sabía lo que estaba sucediendo, la miró un poco confundido e incluso la evadió en un par de ocasiones.

María Sánchez

Haber llamado su atención, fue un paso agigantado que María logró dar, por lo que siguió ganándose su confianza hasta que finalmente él movió su colita y la miró fijamente a los ojos. De inmediato la cercanía se hizo inminente, ella trataba de tocarlo y Cruz simplemente se dejaba, porque estaba feliz de que alguien se fijara en él de una manera distinta.

María Sánchez

Al cabo de unos minutos y con los ojos cerrados de vez en cuando, Cruz disfrutó plácidamente de una manito que lo acariciaba, mientras las personas del refugio no podían creer lo que estaba pasando. Por supuesto María salió en su defensa y aseguró que lo de él no era agresividad, sino temor.

Se puede ver en su video que no es agresivo, solo estaba asustado. Estaba tan feliz de salir de su perrera y entrar al patio de juegos. Él tiene un gran amor por la vida – Dijo María Sánchez, a Little Things.

María Sánchez

La historia de Cruz se dio a conocer por todos lados y alguien decidió darle una nueva oportunidad de vida. Fue adoptado por una mujer que se encuentra dándole todo el amor y la atención que nunca tuvo. 

Está es una invitación para que no juzguemos a los perritos, muchos han pasado dificultades en la vida, pero a diferencia de nosotros, los seres humanos, ellos no tienen ninguna maldad en su ser.

Fuente: Maria Sánchez, Little Things.