Según la ley son de su “propiedad” así que la única forma de quitárselos es comprándolos. Dinamarca se mete la mano al bolsillo por los elefantes.
Los circos como hace unas décadas se conocían han dejado de funcionar alrededor del mundo debido al reconocimiento de los derechos de los animales y los avances que el planeta ha tenido en reconocer la explotación y los malos tratos generados en estos lugares con el fin de entretener al ser humano.
Dinamarca es uno de los países nórdicos del continente europeo y uno de los ejemplos en desarrollo tecnológico y social, sin embargo, hasta el año pasado, dos de los circos más grandes de su territorio seguían abiertos trabajando con animales: Cirkus Arena y Cirkus Trapez.
Atraso en leyes de protección animal.
Mogens Jensen es el actual ministro de medio ambiente y alimentación, quien tomó la determinación de salvar a estos cuatro elefantes debido a las pocas leyes que existen en el país para brindar protección a los animales usados con estos fines, fue él mismo quien se encargó de expresar mediante un comunicado que dentro de su gestión está impulsar una ley de bienestar animal que permita acabar con animales en los circos pues, hasta el momento, no la hay.
Debido a la edad de estos cuatro animales, el ministerio en cabeza de Jensen lanzó una propuesta para usar fondos del gobierno y poder adquirirlos como parte de un proceso de intervención y cuidado hacia ellos, pensando en que puedan retirarse a vivir sus días de vejez de manera tranquila a un lugar indicado y apropiado.
Inversión retribuida.
La medida fue criticada por algunos miembros opositores del parlamente que creen que es una inversión muy alta que no saben si el gobierno podrá recuperar, en total el ministerio pagó 11 millones de coronas danesas, más de un millón y medio de dólares para asegurarse de adquirirlos para que, a su vez, pudieran estar bajo los servicios de protección animal mientras encuentran a un comprador que busque su bienestar.
El ministerio busca recuperar su inversión pero sobretodo, dejar en buenas manos a estos pequeños que tanto han tenido que trabajar a lo largo de su vida y merecen un espacio donde puedan sentirse libres y llenos de vida.
Fuentes: Ministerio de Medio Ambiente y Alimentación, Politiken.