Ve almita, ve a buscar a ese hombre que tanto extrañaste, nosotros aquí siempre te recordaremos.
La historia de este perrito de raza mestiza llamado Capitán y su padre don Miguel Guzmán, inició en Argentina en el año 2005, luego de que el perrito fuera un regalo sorpresa para el hombre. Desde el día en que se conocieron tuvieron la relación padre e hijo más tierna y amorosa, pero tristemente no duró mucho tiempo.
Se amaron sinceramente hasta sus últimos días.
Durante alrededor de un año Capitán y don Miguel vivieron las más divertidas y lindas aventuras, sin embargo, en marzo del 2006, un aura triste rodeó la casa de la familia. El hombre falleció dejando un gran vacío en sus seres queridos, pero en especial, en su hijo peludito que pensó que el tiempo que habían pasado juntos había sido demasiado corto.
Con el corazón roto y sin nadie que pudiera consolarlo más que su propio padre, Capitán se alejó por un tiempo de su familia y del hogar que lo vio crecer. Quizás cuando sus sentimientos no inundaban sus recuerdos, el perrito decidió regresar a casa por unos días, no obstante algo pasó por su cabecita y desapareció nuevamente sin dejar rastro alguno.
Su familia creyó que había fallecido o que una familia lo había adoptado, sin embargo, cuando nadie pensó verlo de nuevo, el perrito hizo su aparición en un lugar donde nadie pensó encontrarlo.
Nada ni nadie los iba a separar.
Un día la familia del hombre fue a visitar su tumba al cementerio y allí tuvieron la emotiva sorpresa de encontrar al perrito acompañando fielmente a don Miguel. Capitán guiado por su intuición, su olfato y su amor hacía su dueño, el can llegó a aquel lugar para no salir de allí jamás, porque para el can el compromiso de estar juntos siempre, había sido para toda la vida.
Capitán apareció acá solo y dio vueltas por todo el cementerio, hasta que llegó también solo a la tumba de su dueño. No lo llevó nadie hasta ahí. Y eso no es todo: cada día, a las seis de la tarde, va y se acuesta frente a esa tumba – Dijo Héctor Baccega, quien ese tiempo era el director del cementerio municipal Villa Carlos Paz al medio La Voz.
Los años pasaron y Capitán se convirtió en un perrito viejito de 16 años, que en el día caminaba por el cementerio a paso lento mirando hacia el piso con sus ojitos tristes y su cabeza llena de recuerdos. Quizás los recorridos los hacía para distraerse un poco, pero cada vez que caía el sol, regresaba de manera puntual a la tumba de su dueño para pasar la noche a su lado, una acción que realizó por más de una década.
Fidelidad y amor de principio a fin.
Las complicaciones de salud fueron llegando, Capitán empezó a recibir una alimentación especial gracias a una fundación animalista, perdió gran parte de su vista y luchó valientemente durante cuatro años contra una insuficiencia renal, pero ni sus molestias de su salud, ni el clima, hicieron que el perrito dejara sola la tumba de su dueño un solo día… a excepción del día de su fallecimiento en el año 2018.
A pesar de que sus complicaciones de salud fueron tratadas con la rigurosidad del caso, Capitán ya era viejito y no tenía muchas fuerzas para seguir luchando y un día el perrito fue encontrado sin vida en un baño público del cementerio.
La noticia conmovió a quienes estuvieron involucrados con su historia y la idea de sepultarlo al lado de su dueño inicialmente fue una posibilidad, sin embargo, otras entidades propusieron construir un monumento resaltando su lealtad.
Pese a que no se tiene más información acerca del final de esta linda historia, nos sentimos complacidos de poder compartirla con ustedes y de mostrar una vez más lo asombrosos que son los animalitos.
Fuente: El Clarín.