Las autoridades multaron fuertemente al indolente dueño del caballo.
Los vecinos de una finca ubicada en Rosana, un municipio de Brasil, llamaron a la policía ambiental local para denunciar que un hombre había abandonado dentro de su propiedad a un caballo que no podía moverse, la situación llevaba así al menos tres días y era más que evidente que si alguien no hacía algo rápidamente, el caballo fallecería. Además, se trataba de una situación inhumana mantener al caballo sin atención médica ni ningún tipo de asistencia para cubrir sus necesidades básicas.
Afortunadamente, el servicio de la policía ambiental acudió a la brevedad al lugar y efectivamente hallaron al caballo tal cual había sido descrito en la denuncia que recibieron.
Algo le había sucedido y no podía incorporarse, además, estaba visiblemente deshidratado y hambriento lo que demostraba que no había comido ni bebido en varios días y su estado era realmente crítico. El equipo de la policía ambiental, le dio agua y contactó a un veterinario especializado para que acudiera al lugar y pudiera hacer un diagnóstico más preciso de la condición del caballito.
El veterinario confirmó lo que el equipo de la policía ambiental había visto, el animal requería ayuda inmediata y debía ser trasladado a una clínica veterinaria cuanto antes, el problema es que por cuestiones legales les era imposible hacer dicha tarea sin contar con el permiso del dueño del animal, por lo que a través de vecinos lograron contactar con él y pedirle que se hiciera presente en el lugar.
Versiones que no cuadran.
Al cabo de un tiempo, el infame hombre se presentó y argumentó que no había sido él quien había dejado allí al caballo sino que había sido uno de sus empleados quien después de dejar al animal exhausto lo había abandonado, también dijo que el caballo se había caído pero no fue preciso en la versión sobre lo ocurrido para así lograr consolidar las dos hipótesis que él mismo proponía. Además, los vecinos sostuvieron en sus versiones que el hombre sí había dejado allí al caballo y era consciente de su precaria situación, aún así lo había abandonado a su suerte en un acto extremo de crueldad.
A pesar de la presencia del hombre en el lugar, no fue posible trasladar ese mismo día al caballo a la clínica veterinaria por no tener un medio de transporte adecuado para tal fin, sobre todo porque el pobre animal no se podía parar, entonces por sugerencia del médico veterinario, decidieron, junto al equipo de la policía ambiental, improvisar una estructura que le diera soporte al caballito, manteniéndolo de pie para que de esta forma pudiera comer, también lo medicaron para que no sintiera tanto dolor y se aseguraron de que estuviera tomando agua constantemente y por si mismo.
Aunque para nada el ideal de manejo de la situación era dejar al caballo en manos del nefasto propietario una noche más, no hallaron otra solución, eso sí, le advirtieron que su situación era ya delicada y que las autoridades comenzarían una investigación en su contra por maltrato animal, así que no le convenía empeorar su estado dejando una vez más sin vigilancia y asistencia al caballo.
También fue notificado de que había sido multado por dos infracciones que sumaban seis mil reales, el equivalente a unos mil cien dólares, por haber actuado de forma indolente e irresponsable con el animal que estaba bajo su cuidado.
Esperamos que el caballito haya sido traslado al otro día a una clínica veterinaria y que se esté recuperando satisfactoriamente, pobrecillo. También, que el sujeto ese reciba el máximo castigo posible por su indolencia.