El refugio apostaba que su dueño no regresaría pero el perrito sabía que sí


El perrito sabía que su papá no lo iba a dejar.

Los animales nos han mostrado de muchas formas que ellos no conocen la palabra traición por eso siempre conservan la esperanza de que aquello que anhelan, sea la persona a la que aman, un platico de comida, un hogar, la hora de juego o lo que sea, tarde o temprano va a llegar.

Para algunos se hace realidad pero otros parten del mundo sin haber tenido nunca esa alegría. Para el perrito de esta historia afortunadamente no fue así.

SarahJurgensenThroop

Su nombre es Titus y es el consentido de su papá humano, Lewis Jimenez, quien lo adoptó en el año 2013 del refugio Austin Animal Center en Texas cuando tenía apenas dos añitos de edad, aún era un cachorro, pero con la fuerza y energía arrasadora característica de todos los Pit Bull, ya ponía en aprietos a los voluntarios que lo sacaban a pasear.

Amor a primera vista.

Fue en uno de esos paseos cuando Lewis lo vio por primera vez y cayo rendido de amor, de alguna forma sentía que sus caminos estaban destinados a cruzarse y permanecer juntos, al verlo supo que ese perrito debía ser parte de su familia.

Por ello, sin pensarlo dos veces, se acercó a los voluntarios que lo estaban paseando y les preguntó si el perrito estaba en adopción, la respuesta fue: sí!

Como si Titus supiera lo que estaba a punto de pasar, se acercó al hombre y comenzó a juguetear con él, tal cual fueran viejos amigos. La conexión fue inmediata y evidente para todos los miembros del refugio, por lo que la adopción fue otorgada rápidamente.

De esta manera Titus y Lewis comenzaron su vida juntos y por cinco años fueron los mejores amigos. Lewis cuidó con esmero de su perrito, se aseguró de que nada le hiciera falta y a cambio recibió toneladas de amor de parte de su peludito.

Es como mi niño grande, – dijo Lewis a The Dodo.- Él es parte de mí.

Pero como nada en la vida es para siempre, casi cinco años más tarde su vínculo se puso a prueba como nunca imaginaron.

El comienzo de los problemas.

Resulta que Lewis y su familia vivían en un departamento que no era de su propiedad y debido a un cambio reciente en las políticas de la administración del lugar, habían determinado que los residentes ya no podían tener mascotas por el deterioro que estas suponían a los inmuebles, además de las incomodidades que les generaban a ciertos vecinos.

Como sabían que algunos no se iban a tomar de buena manera esta decisión, advirtieron de ante mano que quién no reubicara a sus mascotas dentro de un plazo de tiempo determinado, sería desalojado junto con ellas del lugar.

Para Lewis la noticia fue como recibir un balde de agua fría, pues por nada del mundo quería separarse de su adorado perrito, pero también era consciente del riesgo en que ponía a su familia ante la posibilidad de perder su vivienda.

Fueron noches en las que ni siquiera pudo dormir, realmente no sabía qué hacer.

En cierto momento comprendió que solo había una salida: debía mudarse a un lugar donde aceptaran perros.

Sin embargo, el problema era el dinero, él era un trabajador humilde y no tenía ahorros ni oportunidades de crédito, por lo que pagar un deposito y asumir la mudanza era algo que en ese momento no estaba dentro de sus posibilidades.

La decisión más difícil.

El tiempo corría y el plazo para reubicar a los animales se acabaría pronto por lo que Lewis no tuvo otra opción que sentarse frente a su perrito, mirarlo a los ojos y explicarle que necesitaba tiempo, con lágrimas corriendo por sus mejillas le dijo que tuviera la certeza que él nunca lo iba a abandonar pero que estaba entre la espada y la pared, por lo que debían acudir a medidas desesperadas.

Le dijo las palabras más difíciles de pronunciar: te voy a dejar temporalmente en el refugio de donde te adopté. Le prometió que regresaría por él, le contó que había escogido ese lugar porque sabía que allí lo cuidarían con amor y le pidió perdón por tener que tomar esa decisión.

Titus lo miraba con su cabecita ladeada, señal de que está prestando atención, el perrito estaba visiblemente preocupado por el estado de ánimo de su papá humano, quien lloraba mientras le hablaba.

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Al día siguiente Lewis y Titus partieron hacia el refugio.

Cuando llegaron allí, a los directivos del lugar no les gustó para nada la situación que Lewis planteaba, pues todos los días recibían casos como este. Muchas personas tocaban sus puertas diciendo: «no lo puedo tener, me duele dejarlo, pero tengo que viajar o me van a desalojar, luego regreso por él…» y la verdad es que jamás volvían.

Desde nuestro punto de vista, no podemos mantener a los perros, porque escuchamos a los dueños decir esto todo el tiempo, que van a volver, pero luego no lo hacen.-Dijo  Jennifer Olohan, gerente de comunicaciones del refugio a The Dodo.

También le manifestaron al hombre que cada espacio ocupado en el refugio era uno menos para un animal de la calle por lo que no era justo que los que ya tenían hogar ocuparan esos cupos.

Las palabras fueron y vinieron, pero al final ninguno tuvo más opción que afrontar la realidad. Lewis debía dejar a Titus allá y el refugio no tuvo el corazón para rechazarlo, por supuesto él les aseguró que regresaría.

La vida separados comienza.

Para Titus adaptarse al refugio fue una pesadilla, él se sentía muy bien cuando los voluntarios lo sacaban a pasear y jugaban con él, pero el tiempo dentro de las jaulas era lo peor, se ponía muy triste, ladraba, se mostraba ansioso o a veces por el contrario, deprimido.

Cuando lo sacabas de su perrera, era genial, súper juguetón y muy dulce. Pero en otra vez dentro mantenía triste, muy triste.- Contó Olohan.

Titus no paraba de mirar hacía la puerta como esperando el momento en que su padre humano regresara por él, a pesar de los malos momentos él nunca dejó de esperarlo.

Por su parte Lewis pasaba los días trabajando de sol a sol, más consagrado que nunca, hacía turnos extras, ideaba pequeños negocios que pudiera realizar en los tiempos libres y no paraba de buscar recursos económicos para poder mudarse cuanto antes y así recuperar a su perrito.

Por supuesto, en medio de su agotadora rutina siempre sacó tiempo para visitar a Titus. Estos eran momentos muy conmovedores y con emociones encontradas, porque al principio perrito y papá, se ponían felices de verse, Titus no paraba de saltar y jugar con él, pero las horas se consumían como minutos y pronto llegaba el momento de despedirse. Esta era la peor parte, los dos lloraban y de pasó hacían llorar a todos los voluntarios del refugio.

El personal los veía llorando cuando se iban. Así que toda la situación fue traumática.-Dijo Olohan.

Lewis siempre le decía a Titus que ya estaban cerca, que faltaba poco, que por favor resistiera y lo esperara un poco más.

Tras varias visitas, el personal del refugio comenzó a ver que el caso de ellos dos no era como el de otros, realmente el hombre estaba dispuesto a regresar en algún momento por su perrito, por lo que nunca pusieron a Titus en adopción, les dieron el tiempo que necesitaban y mientras tanto cuidaron muy bien del peludito.

Juntos otra vez!

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Pasaron cuatro largos meses, pero al fin el día llegó.

Lewis logró reunir todo el dinero que necesitaba y sin tardanza corrió al refugio para llevarse a su perrito con él. Ambos estaban felices y todos en el lugar se abrazaban y festejaban que al fin hombre y peludo podían estar juntos otra vez.

Todos estaban muy emocionados, sobretodo Titus y Lewis. Allí teníamos personal y voluntarios y todos lloraban. Algunas personas ya sabían de su historia y sabían que Lewis estaba esperando a Titus.-Finalizó Olohan.

El momento fue muy conmovedor y emotivo.

Lo mejor de todo es que Lewis consiguió una casa mucho mejor que en la que vivían, esta tenía un bonito y amplio jardín en el que Titus podría correr todo el día y por supuesto, no tenía restricción sobre tenencia de mascotas, por lo que no volverían a tener problemas con ese tema.

Lewis, con lágrimas en sus ojos agradeció profundamente al refugio por haber cuidado de su perrito y les prometió que nunca más se volverían a separar.

Historias como estas son las que nos hacen volver a recuperar la esperanza en las personas, Lewis nos mostró a todos que las difíciles circunstancias a veces nos pueden poner en la más lamentable situación, pero que con compromiso y amor todo se puede solucionar.

Gracias Lewis por nunca haber abandonado a Titus!

Fuente: AustinAnimalCenter, TheDodo.