La abuelita falleció cuatro horas después de que su querida gatita se hubiera ido.
Esta abuela y su gatita eran tan unidas que ni siquiera sus almas pudieron separarse después de que les llegó la hora de marcharse de este mundo, pues pese a que sus cuerpos se quedaron sin vida, sus almitas decidieron volar a otro mundo juntas.
Gabby, la gata, falleció a los 15 años de edad y desde que era muy pequeña, más específicamente desde los dos años de vida, se había unido en un vínculo muy fuerte con la abuela, pues a esa edad había llegado a ser parte de la familia de esta adorable ancianita.
Jill Layton, una de las nietas de la abuelita, asegura que desde que era una niña pudo observar todo el amor que existía entre su abuela y su gatita, así como podía apreciar el fuerte vínculo que habían creado, pues la compañía y amistad que se generaba entre ambas era evidente.
Cuando era niña, yo estaba enamorada de la relación de amor entre mi abuela y Gabby, sabía que en cuanto pudiera conseguir mi propia mascota, lo haría. Yo quería la misma compañía y amor incondicional que la abuela y Gabby se ofrecían entre sí. – Comentó Jill a The Dodo.
Las dos empezaron a envejecer al mismo tiempo, se conocieron siendo un poco más jóvenes y activas, pero cuando entraron a la edad avanzada, seguían siendo las mismas adorables amigas, así sus actividades se hayan reducido a principalmente dormir y descansar.
El día que ambas partiendo del mundo que conocemos, comenzó con una difícil decisión, la abuela había notado como la salud de Gabby había empeorado y como aparentemente parecía que su gatita estaba sufriendo, pues le costa comer y tenía mucha dificultad para realizar actividades rutinarias, por lo que la abuelita decidió que lo mejor que podía hacer por su amiguita era dormirla para que pudiera descansar al fin.
Así que comenzando el día, la ancianita se dirigió al veterinario con su gatita y allí se llevo a cabo el triste proceso, con mucho amor la abuela le dio besos y abrazos a Gabby despidiéndose de ella, abrazándola y agradeciéndole por todo su amor y compañía.
Una vez la gatita cerró sus ojitos por última vez, la ancianita con mucha tristeza regresó a casa para tomar una siesta y olvidarse un poco de lo que había ocurrido, sin embargo, lo que nadie se esperaba, era que de dicha siesta la abuelita nunca se despertaría.
Exactamente a las cuatro horas, la abuelita había fallecido al igual que su gatita Gaby, tal vez había llegado el momento de cada una al mismo tiempo y todo era una extraña coincidencia, pero también podía ser que la abuelita falleció con el corazón roto y eso hizo que sus almas se encontraran nuevamente para no volverse a separar.
Jill por su parte agradece haber vivido esta hermosa experiencia, asegura que su abuela le inculcó un profundo amor hacia los animales, además de que se siente tranquila con el fallecimiento de ambas, pues cree que se están acompañando y están felices de no haber tenido que separarse.
Hoy en día, mi perro y yo estamos tan obsesionados el uno del otro como la abuela y Gabby. Y tengo que agradecer a la abuela por inculcarme la importancia de tener mascotas y amarlos. Me gusta pensar que Gabby estaba allí en espíritu al lado de la abuela cuando tomó su último aliento, al igual que la abuela hizo con Gabby unas horas antes. Están enterradas juntas, y estoy segura de que su vínculo sigue siendo igual de fuerte. – Finalizó Jill a The Dodo.
Fuente: TheDodo.