Esperamos que quién haya grabado el vídeo le diera refugio a esta tierna familia.
Este vídeo es una de las tantas muestras del inconmensurable, infinito amor de las madres de toda la naturaleza; el sentir un gran afecto y una imperante necesidad de proteger no es, para nada, exclusivo de las mamás humanas. Por el contrario, en la naturaleza vemos unos ejemplos de amor animal, realmente increíbles y aleccionadores para nosotros, las personas.
Aunque desconocemos la procedencia exacta del vídeo, celebramos su publicación por el mensaje de empatía que contiene respecto al esfuerzo que hacen las madres animales por cuidar bien de sus hijitos. Esperamos así mismo, que la gallinita haya recibido ayuda y la hayan trasladado a un lugar seguro y acogedor donde pueda estar a gusto y segura con sus pollitos.
En la grabación vemos a una gallinita con todas sus plumas empapadas debido a que estaba cayendo un torrencial aguacero en el lugar que se encontraba y cuando nos fijamos con más detalle vemos como de su pecho salen un montón de patitas chiquitas que delatan a los pollitos quienes se refugian en el cuerpo de su adorada madre del frío y el agua.
Mira a continuación el vídeo de la gallinita protegiendo a sus pollitos de la fuerte lluvia.
Conciencia animal.
Así como el vídeo resulta emocionante por el amor de esta madre, también sirve para recalcar la importancia de ser consientes de que TODOS, TODOS los animales, son seres sintientes y que merecen toda la consideración y protección de quienes gobernamos, para bien o para mal, este mundo; pues sólo nosotros podemos hacer de este lugar compartido, un infierno o un paraíso para ellos.
Los animales en el campo o inclusive en la vida salvaje, sufren muchas dificultades, más, porque los humanos hemos colonizado todos los espacios habitables del planeta y muchas especies no encuentran, ni siquiera, un lugar idóneo donde refugiarse.
Lo anterior, sin hablar de la desdeñable tradición humana de tener a los animales como se tiene un producto cualquiera, sin velar, de ninguna manera, por su bienestar, pues estos sólo suplen una función de crianza para consumo por lo que la empatía natural que deberíamos sentir por ellos es anulada y la sustituye una visión mercantilista que los despoja de su condición de seres vivos sintientes.
Nunca es tarde para intentar cambiar nuestras costumbres y siempre, siempre va a ser una buena idea tomar acciones para evitar que el sufrimiento animal acompañe nuestros hábitos existenciales.
Gracias por leernos.
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