Cada vez más personas están adoptando perritos muy viejitos para darles unos maravillosos últimos días.
Steve Frost, un capitán de bomberos retirado en el norte de California, ha pasado los últimos meses descubriendo cosas de la sociedad y de si mismo que no conocía, lo primero que lo llevó a darse una gran sorpresa, fue el hecho de que su corazón fuera tan amable y compasivo, tanto, que lo haría adoptar un perrito viejo, enfermo, triste y cercano al fallecimiento.
No obstante, eso no sería lo más increíble, lo más raro pero bonito que conocería después, era que su perrito Elmo, no era el único que tenía tan buena suerte de pasar sus últimos días rodeado de amor, pues a medida de que se relacionaba con el mundo animalista, conocía más y más personas que estaban haciendo la misma labor que él.
Elmo le demostró a Steve que los viejitos son quienes más necesitan de un hogar.
Todo comenzó una tarde en la que Steve se dijo a si mismo que quería tener un perrito, no obstante, él sabía que no tenía el tiempo y la energía de tener un cachorro, por lo que pensó que lo mejor sería un perrito de avanzada edad, sin embargo, eso fue sólo un pensamiento, no iba a ir a adoptar ese mismo día a un perro, o bueno, eso era lo que él creía.
El hombre después de tener esos repentinos pensamientos, se dispuso a ver las últimas noticias en Internet para distraerse un rato, lo maravilloso del asunto es que la primera publicación que le apareció en la red social, fue la de un perrito pastor alemán de 11 años, el cual tenía una mirada de profunda tristeza, un cuerpo herido y hongos en sus patitas, tenía un cono en su cabeza para evitar que se hiciera más daño en las cicatrices de su cuerpo.
El primer pensamiento del hombre fue “este perro está viviendo un infierno“
La publicación fue realizada por un programa que se llama Thulani , una organización de animales que se enfocan en promover la adopción de perros mayores, los cuales tienen al menos 7 años.
Después de unos segundos, Steve sabía que en definitiva ese perrito lo necesitaba y que si quería darle la oportunidad a un peludito, él la valoraría más que ningún otro, por lo que sin pensarlo mucho más, se comunicó con la organización para comenzar el proceso de adopción.
A partir de este momento Steve ha tenido que cuidar a Elmo como se cuida a cualquier otro viejito enfermo, le da pastillas durante el día, constantemente tiene que acompañar al pastor a cirugías y controles veterinarios, lo tiene que bañar porque se ensucia mucho y lo alimenta de su propia mano.
Sin embargo Steve no se siente insatisfecho con todo el trabajo que requiere cuidar a un ancianito, él se siente feliz porque siente que le está dando una vida más digna, una mucho mejor de la que podría vivir en un refugio, pues allí pasaría sus días solitos y no recibiría todo el amor y atención que merece.
No es mucho lo que sabe el hombre de su perrito, excepto que la persona que lo abandono en el refugio no lo quería, pues lo tenía muy descuidado y enfermo, no obstante, Steve dice que es un perro muy agradecido, pues le paga todos los esfuerzos que él hace con toneladas de amor.
Steve quiere que el mundo entero sepa que los ancianitos también merecen una oportunidad.
Lamentablemente la sociedad a la hora de adquirir un animalito de compañía, se fija en el más lindo y en el más joven, sin pensar que los viejitos también necesitan de una familia.
No obstante, Steve se mantiene optimista al pensar que la sociedad está teniendo un cambio de pensamiento y que gracias a los movimientos animalistas, las personas están entendiendo no sólo que los viejitos también pueden amar, sino también que al adoptarlos, se adquieren ventajas, pues ellos son más independientes, educados y tranquilos, mucho más que lo que puede llegar a ser un cachorro.
El hombre quiere enfatizar que la mayoría de los perros mayores no requieren el tipo de cuidado que requiere Elmo, pues él asegura que la mayoría sólo necesita un buen hogar y que muchos, recuperan su vitalidad y recompensan a sus familias con años de amor y devoción infinitas.
Él sólo quiere pensar que es posible un mundo donde ningún perro viejito fallezca solo y asustado.
Debido al estado de salud de Elmo, Steve ha tenido que encaminarse en el mundo de los veterinarios y los animalistas, por lo que en dicho camino, ha conocido a muchas personas que piensan y sienten al igual que él, lo que le ha permitido pensar que su ideal es posible.
Una de las primeras personas a las que conoció, fue a David Writz, un hombre de 34 años que al igual que él, no tenía tiempo para un cachorro, por lo que decidió buscar en Internet a un perrito viejito que necesitará de un hogar. Por suerte, rápidamente encontró un perrito de nombre Dante que tenía sobrepeso y requería de una cirugía en uno de sus ojitos, pues temía un glaucoma.
David sin pensarlo mucho, decidió que el le daría un hogar y se encargaría de todos los cuidados médicos que requiriera Dante.
Fue así como David se hizo amigo de Steve, pues ambos asistieron a un evento organizado por Bob’s House for Dogs, una organización que se dedica a rescatar perritos mayores y buscarles una nueva oportunidad, allí conversaron y se dieron cuenta que ellos no eran los únicos, habían muchas más personas que eran sensibles con los ancianitos.
Russell Ulrey, también se encontraba en el evento, evento que buscaba conscientizar a las personas acera de la importancia de adoptar perritos de avanzada edad.
Rusell comentó que era voluntario de un refugio que daba en adopción animales, pero que gracias a él, hace poco el refugio inauguro un programa para perritos con cuidados paliativos.
Gracias al nuevo programa, Rusell se sentía orgulloso y satisfecho de compartir con el evento, que habían dado en adopción en los últimos meses, a 85 perritos de hospicio.
El hombre, además del nuevo proyecto que está liderando, también ha adoptado ha varios animalitos con condiciones especiales, él asegura que es una experiencia muy bonita y que cada ser humano debía vivir, pues le dan la oportunidad a un ser vivo de ser amado, quizás, siendo la primera vez que ellos tiene la oportunidad de recibir un poco de atención.
Cuidar a un perro con una enfermedad terminal es una experiencia que cambia la vida. – Comentó Russell a The Washington Post.
Steve se siente feliz con haber conocido a tantas personas maravillosas y saber que es posible que sean cada día más las que estén dispuestas a darle la oportunidad a un viejito. Él piensa que las personas que adopten no se deben preocupar pensando en como va a ser el final de estos seres, sino que hay que centrarse en darles sus mejores últimos días.
Lo mejor que puedes hacer es hacer que tenga una gran vida, porque su vida hasta este momento ha sido un infierno. ¿En cuanto al final? No me enfoco en eso, me enfoco en el amor que está involucrado, el que yo doy y el que yo recibo. – Finalizó Steve a The Washington Post.
Fuente: The Washington Post.