La naturaleza nuevamente vuelve a sorprendernos con su particular belleza.
Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, llega la madre naturaleza para sorprendernos con seres tan bellos y únicos como esta pequeña ave, a la que a pesar de intentar describir con cientos de adjetivos calificativos, nos quedamos cortos, es tan linda e indescriptible que solo logramos compararla con un colorido arcoíris.
Detengámonos un ratito para conocer esta especie.
Esta ave conocida como Carbonito de Sophie (Leptopoecile sophiae) o popularmente como Silvicincia, vive en el Himalaya, Tian Shan y el centro de China, pero su hábitat natural son los bosques boreales, en donde prefiere pasar sus días sobre un frondoso árbol armonizando el ambiente.
Las personas que han tenido el placer de estar cerca estas hermosas aves, aseguran que a parte de ser muy bellas son muy educadas, ya que en su cantar se escuchan suaves sonidos de ¨sirrrrr¨. Solo dejan de cantar para buscar su alimento, pues tienen una dieta rica en insectos que se complementa con una que otra semilla.
Las Silvicincia son pajaritos con tamaño muy pequeño que oscila entre los ocho y diez centímetros, por eso no las habíamos visto y quizás eso las ha ayudado a pasar desapercibidas y a continuar volando tranquilamente por el cielo.
Se cruzaron por la mitad de un salón de pinturas, de ahí sus bellos colores.
Los pajaritos que adornan el cielo con su vuelo, tienen en su pelaje tonalidades poco vistos en animales como el azul, el rosado tirando a fucsia y el morado, se mezclan perfectamente con otros tonos primarios y secundarios, como si su coloración hubiera sido sacada de una paleta de un pintor, llena de óleos.
Cabe resaltar que las hembras carecen de tantos colores. Adicionalmente, podemos contarles que son aves que pasan la temporada de reproducción con su pareja, pero que al final de la época vuelan lejos para formar bandadas de alrededor de 25 pajarillos ¡Se imaginan tanta belleza junta! 😍
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Fuente: Bright Side.