Este pingüino nada 8.000 Km todos los años para reencontrase con su salvador


Ni el inmenso mar pudo detener esta hermosa amistad.

En el año 2011, a las afueras de Río de Janeiro, Brasil, un pescador encontró un pequeño pingüino tumbado en las rocas de la playa local, todo cubierto de petróleo, sin poder moverse y apunto de fallecer.

Joao Pereira de Souza, un pescador de 71 años y el pingüino de magallanes, comenzaron una gran amistad a partir de ese momento, pues Joao corrió a auxiliarlo, limpió el aceite de sus plumas y lo puso a salvo en su casa mientras el pequeño terminaba de recuperarse.

Al verlo aún muy pequeño e indefenso decidió tenerlo por un tiempo más, le proporcionó una dieta a base de pescado que le concedió la fuerza suficiente para recuperarse y le dio un nombre que lo identificara, aquel nombre que recibió fue Dimdim.

Youtube/WallStreetJournal

El pescador empezó a notar como entre él y el pingüino se generaba un gran vínculo emocional, aunque tenía claro que lo correcto y lo mejor para su amigo era ser liberado, así que a la semana de estar juntos, ya considerando que el animal estaban en condiciones aptas para valerse por si solo, lo liberó.

Lo que nunca se esperó es que el fiel amigo estaba tan agradecido y encariñado con el hombre que le había salvado la vida que no quiso irse, quiso quedarse a su lado. El hombre relató que Dimdim se quedó por muchos meses más a su lado, compartiendo más que como amigos, como familia, el pingüino sabía que el pescador lo cuidaba y lo protegía, era como un padre para él, así que más que quedarse como un animal doméstico, era libre y le gustaba salir a estar en contacto con la naturaleza, eso si, siempre acompañado de su gran salvador.

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A los 11 meses de estar juntos, cuando el pingüino cambio de abrigo de plumas, se marchó. Indudablemente, fue una sorpresa que dejara atrás a su amigo, pero lo que fue más increíble es que el pingüino realmente nunca olvidó a Joao y volvió después de unos meses a visitarlo. El pescador lo recibió con mucha alegría pero no estaba seguro de que fuese él, solo lo estuvo hasta que el pingüino lo saludó y lo persiguió hasta su casa.

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Desde ese momento y durante los siguientes 8 años hasta el día de hoy, el pingüino lo visita cada año, llega siempre en junio y se queda hasta febrero, cuando llega la hora de atender el llamado de la naturaleza, pues es cuando llega la época de calor y ahí se da cuenta que es hora de marcharse.

Los biólogos que conocen la historia creen que el pingüino se va a las costas de Argentina y Chile a criar. También calculan que el pingüino se desplaza aproximadamente 8.000 kilómetros para reencontrarse con Joao.

Él añade que Dimdim se muestra cada año más cariñoso y contento de verlo.

Youtube/WallStreetJournal

Amo al pingüino como si fuera mi propio hijo y creo que el pingüino me ama. – Afirmó Joao al equipo de televisión de Globo Tv, quiénes se cautivaron con la historia de estos dos amigos.

La televisión después de conocer en persona el caso, se conmovió y quiso poner en contacto a Joao con un  reconocido biólogo, Paulo Krajewski, para que le diera su opinión y esta fue:

Nunca había visto algo como esto antes. Pienso que el ave cree que Joao es parte de su familia y probablemente también un pingüino.

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Los pingüinos se caracterizan por ser animales muy leales y entregados a los seres que consideran su familia, suelen tener una pareja para toda su vida y se mantienen siempre en manada. Dimdim no es la excepción, incluso es la representación de lo que son los pingüinos, fieles compañeros para toda la vida.

Aquí adjuntamos un vídeo donde se puede apreciar un poco más de la maravillosa amistad que llevan estos dos grandes personajes.

Fuente: WallStreetJournal, Independent.