Los dueños de la granja no se habían dado cuenta de que la vaquita se había lastimado su nariz, menos mal, el hombre dio oportuno aviso.
Dave, un residente de Millbrook – Ontario estaba haciendo un vuelo de rutina con su dron, por su profesión como fotógrafo, él suele llevar a cabo esta actividad varias veces a la semana en distintas locaciones, cuando un grupo de vacas que pastaban libremente por el prado de una gran propiedad, llamó su atención.
Él se ha declarado amante de los animales por lo que confiesa que al ver a las vaquitas no resistió las ganas de sacarles unas fotos más cercanas. Según la ley, un dron no puede invadir una propiedad privada, por lo que él sabía que tomar fotos de cerca no era del todo una buena idea.
Afortunadamente lo hizo porque gracias a esto, vio que una de las vaquitas, una mamá que tenía al lado a su pequeña ternerita, estaba en apuros.
La vaquita tenía incrustadas en su nariz un montón de espinas de puercoespín, seguramente producto de un desafortunado encuentro con dicho animalito.
Muy preocupado por el dolor que la vaquita podía estar sintiendo a causa de las espinas y el peligro de que alguna de ellas se infectara y le causará un problema grave de salud, se preguntó cómo podía ayudarla.
Su posición no era fácil, pues no estaba físicamente cerca y los únicos que podrían acceder a la vaquita eran los dueños de la propiedad.
Aún sabiendo que contactar a los dueños de la residencia le podría ocasionar problemas, pues cómo explicaría que su dron andaba fisgoneando sus terrenos, se decidió a hacerlo, para él, era más importante ayudar a la vaca que aceptar sus faltas.
Cuando tocó la puerta de la propiedad, se llevó una gran sorpresa pues los dueños eran personas muy amables querían mucho a sus animales y lejos de reprocharle que el dron hubiera sobrevolado sus terrenos, le agradecieron mucho haberles avisado que su vaca estaba en apuros pues desconocían la situación por completo.
Le contaron que la vaquita se llamaba Linda.
Finalmente al animalito le dieron un sedante para poder quitarle las espinas de su nariz sin que sintiera dolor y le aplicaron un antibiótico como precaución para que no fuera a presentar una infección.
Linda volvió sana, salva y completamente aliviada al lado de su bebé.