Una fuerza de valentía, bondad y sacrificio emanada de su corazón… ese es el corazón de un héroe.
En el 2011 cuando estalló la guerra en Kafr Naya, un territorio ubicado en Alepo al noroeste de Siria, un hombre llamado Mohammad Alaa Aljaleel, de 43 años, conocido popularmente como el hombre gato, por su amor a los felinos, decidió regresar para ayudar a los gatitos que fueron abandonados por sus familias en medio de la carrera por salvaguardar sus propias vidas.
Rescatados del abandono.
La escena de helicópteros sobrevolando y los gritos de las personas abandonando apresuradamente sus casas con algunas pertenencias en medio del enfrentamiento armado, se confundía con los torbellinos de tierra causados por las aeronaves. Luego de unos horas de intenso ruido el panorama se esclareció, dejando cientos de casas destruidas y con ellas cientos de patitas que habían sido olvidadas en el afán de la huida.
Aquel momento de tristeza y desolación fue evidenciado por Mohammad, mientras conducía una ambulancia que prestaba los primeros auxilios a los heridos que habían quedado en la zona, simultáneamente ayudaba a esos seres que tanto amaba, los gatitos. Empezó alimentando a los felinos que deambulaban por las calles y con el pasar de los días fueron llegando más y más en busca de un platito de comida, era como si la voz se hubiera corrido entre ellos solidariamente.
Los gaticos que anteriormente habían sido parte de una familia estaban temerosos, pero Mohammad y su grupo de amigos, esperaron pacientemente hasta ganar su confianza y así poder llevarlos consigo. Con pequeñas trampas de comida dentro de las jaulas, uno a uno fueron rescatados los gatitos que urgidos necesitaban otra oportunidad, pese a que sus rescatistas corrían peligro.
Nunca los gatos salvados fueron suficientes, por lo que diariamente regresaban a ayudar a más peluditos.
Un gran sueño estaba a punto de cumplirse.
Ellos siguieron alimentando y ayudando a los que más podían, pero Mohammad tenían entre sus proyectos ayudarlos aún más, por lo que pensó en construir un refugio para los gatitos callejeros y así poder cuidarlos con todas las de la ley.
Las zonas de enfrentamientos armados por lo general están llenos de medios de comunicación y él aprovechó eso para difundir su iniciativa, esa misma que llegó a oídos de Alessandría Abidin, una mujer que por medio de un periódico conoció su labor y decidió ponerse en contacto con él para ayudarlo. Lo primero que hicieron fue crear una página en Facebook llamada II Gattaro d’Aleppo, en la que publicaron fotos de todo lo que estaba viendo el hombre que salvaba los gatitos en medio de la guerra y por medio de ella, pidieron la colaboración de almas generosas que quisieran apoyar la causa.
Poco a poco las cosas fueron mejorando y Mohammad, destinó una parte del lugar en el que vivía para construir el tan soñado refugio. El santuario que tenía por nombre Ernesto, en homenaje a un gatito que había hecho parte de la vida de Alessandría, alimentaba alrededor de 100 mininos que eran autónomos de ir y venir cuantas veces quisieran, pero que luego del amor y los cuidados, muchos de ellos, decidían quedarse.
La guerra tocó las puertas del refugio.
El lugar era tan acogedor para niños como para animalitos, había un parque en donde podían jugar tranquilamente y olvidarse por unos minutos de aquellas pasadas situaciones, sin embargo, en el 2016 las cosas tristemente volvieron al pasado. Hubo nuevamente enfrentamientos, escasez de agua, de servicios públicos, cientos de edificios fueron destruidos y lo más grave las vías principales estaban cerradas. Por suerte Mohammad y su equipo tenían comida de sobra para los 170 gatitos que cuidaban en ese momento, pero el día más duro estaba a punto de comenzar.
Frente al conflicto los residentes de Alepo tenían que evacuar nuevamente el territorio, pero antes de que pudieran hacerlo, tristemente, el santuario fue bombardeado y muchos gatitos perdieron la vida. Mohammad se percató que sus peluditos corrían peligro, por lo que como pudo, los repartió entre sus amigos y por medio de un vídeo se despidió de sus amigos y colaboradores, pues la orden era abandonar la ciudad y el que no lo hiciera perdería la vida.
La ambulancia que conducía Mohammad salió del país con algunos enfermos, discapacitados y ancianos que abandonaron sus hogares para siempre, durante varios días el hombre transportó personas a las zonas de refugio en su vehículo y con ayuda de ellas mismas, vio la posibilidad de crear nuevamente un refugio.
La perseverancia está enmarcada en el corazón de este hombre.
En una zona de Alepo Mohammad construyó nuevamente ladrillo tras ladrillo, el nuevo santuario de animales Ernesto’s Paradise, el cual actualmente tiene alrededor de 200 gatitos que han sido rescatados, cuatro simios, un caballo y algunas palomas, conejos y perritos. También hicieron un parque infantil y una clínica veterinaria en la que atienden gratuitamente a los animalitos.
La odisea de este hombre por salvar los animalitos merece ser aplaudida y conocida por todo el mundo, sin lugar a duda, tiene un corazón tan grande que solo merece recibir muestras de cariño por parte de sus peluditos y por parte de nosotros, un millón de gracias por tan desinteresadas, pero valiosísimas acciones.
Fuente: Ernesto’s Sanctuary.