El Koala se encontraba solito, sentado en la base de un árbol mirando como a su alrededor todo se había quemado.
“Si encuentras un koala en la base de un árbol significa que necesita ayuda”.
En septiembre de 2019, Australia empezó a arder. El país que es cuna de especies animales endémicas como el koala y el canguro, se sumergió en el fuego con millones de hectáreas de tierra quemadas por completo, afectando gravemente al planeta, a muchas familias pero sobretodo, a los animales. El hermoso protagonista de esta historia perdió su hogar, los miles de árboles que eran su refugio quedaron destruidos, pero un ángel se cruzó en su camino y le dio una nueva oportunidad.
Un peludito que perdió todo menos la esperanza.
El australiano Bill Blair estaba en la región conocida como Isla Canguro, una de las más afectadas por el fuego, mientras grababa y tomaba fotos con su dron de todo el desastre que se había producido debido a la sequía y el calor que batieron récords durante el tiempo que la emergencia estuvo activa, vio que en la base de un árbol estaba un pequeño bebé koala, se veía asustado y demacrado y, sin dudarlo, Bill supo que tenía que hacer algo por ayudarlo y por mantenerlo con vida.
El pequeño que normalmente vivía en las copas de los árboles no pudo volver a subir después de que se le quemaran sus garritas en los incendios. Sin poder escalar, no contaba con alimento ni con lugares seguros alejados del fuego para refugiarse. Viendo esto, Bill Blair se quitó su playera y se la puso encima como medida para poder atraparlo y subirlo a su auto en busca de un lugar donde le pudieran ayudar.
El pequeñito tomó a este hombre por sorpresa cuando no se resistió a ser cargado y al entrar en el auto quiso explorarlo sin ningún tipo de prevención o reacción negativa hacia el hombre que lo había salvado. Las sorpresas no se hicieron esperar y después de unos minutos, el koala bebé se acercó a la ventana y como un pequeño cahorrito, observó el recorrido hacia el hospital improvisado para animales al que estaba a punto de ser llevado por Bill.
Un tierno abrazo de agradecimiento.
A pesar del acto de absoluta ternura que ya había conmovido al hombre, el pequeño marsupial todavía tenía mucho que mostrar cuando, sin aviso previo, se acercó al asiento de Bill y se abrazó a él. Un momento que quedó inmortalizado en una foto y que dejó a este australiano conmovido.
Llamativo también fue que la preciosa muestra de agradecimiento duró el resto del viaje hasta el hospital. Cuando llegaron allí para dar los cuidados necesarios a este pequeñito, parecía que algo lo unía fuertemente con Bill, a quien se rehusaba a soltar para ser entregado a las autoridades.
La intuición del koalita, probablemente le había indicado que este era un buen hombre y luego de haber pasado, quién sabe cuanto tiempo solito en la base de aquel árbol sin saber qué hacer, no quería abandonar lo que ahora le significaba un sentimiento de seguridad y protección.
Sin embargo, el personal médico necesitaba revisar su estado de salud por lo que después de unos minutos y la insistencia por separarlo del hombre que lo había rescatado de la soledad y la incertidumbre, el peludito fue entregado a un militar a cargo y luego de un tiempo de cuidados, fue liberado de nuevo en su hábitat para poder continuar con su vida normal.
Creo que parecía aliviado de que lo encontrara y ciertamente mostró afecto hacia mí – Dijo Bill Blair a ABC Landline
Bill nos dio una muestra de que los buenos actos, por pequeños que sean, pueden traer significativos resultados. Él, ese día de fotografías aéreas, creó un vínculo con un ser hermoso al que tal vez nunca vuelva a ver pero al que siempre recordará con sus abrazos y su tierno agradecimiento.
Fuente: Bill Blair, ABC Sydney.