Una pésima noticia para los animales se desarrolla en el continente africano.
En el año 2014 el presidente de Bostwana, Ian Khama, consciente de que en su país habita un tercio de la población total de elefantes de la sábana africana, firmó una ley para protegerlos mediante la prohibición de la caza en todo el territorio de dicho país. El mundo aplaudió la decisión y una esperanza para estos animales nacía…
Sin embargo, durante estos cinco años intereses oscuros siempre han intentado derogar la ley, hoy lamentamos informarles que lo han logrado.
Un comité del nuevo gobierno de Bostwana acaba con la protección a los elefantes.
Hace casi un año, el actual presidente de este país africano, Mokgweetsi Masisi, estableció un comité de funcionarios para que revisara la norma expedida en el 2014 ya que constantemente su despacho recibía quejas sobre el impacto social que la ley había traído a la nación.
Los opositores a la protección argumentaban que los campesinos se estaban viendo afectados por el incremento de la población de elefantes que comenzaban a ocupar nuevas zonas que ya eran utilizadas por los agricultores, destruyendo en su migración, los cultivos de los que cientos de familias dependían en su totalidad.
Adicionalmente, afirmaban que la medida había dejado sin sustento a los cazadores, quienes durante toda su vida, incluso durante generaciones, habían basado su economía familiar en la caza de elefantes y que no hallaban ninguna otra actividad que pudieran realizar para ganarse la vida.
Fue así como en Febrero de este año, el comité, luego de revisar los argumentos citados anteriormente, aconsejó al presidente derogar la ley firmada por el gobierno anterior en favor de los ciudadanos de Botswana.
Tres meses después de emitido el veredicto del comité, el presidente Mokgweetsi Masisi, levantó la protección y declaró que desde este momento la caza de elefantes dentro del territorio de su país, será una actividad considerada legal.
Anunció también que la transición desde la prohibición hacía la legalización se hará paulatinamente y de una forma ética.
Los conservacionistas y animalistas del mundo lloramos hoy por los elefantes.
Tal vez una de las partes que más indigna del anuncio del gobierno de Bostwana es la parte de hacer “ética” la caza de elefantes, porque no existe tal cosa. No hay ninguna manera posible en que atentar contra un animal sea algo ético, más cuando se trata de una especie cuyo altísimo nivel de auto-consciencia y desarrollo familiar está más que probado por etólogos de todo el mundo, lo que convierte el concepto utilizado por el gobierno en nada más que una falacia, o en el mejor de los casos, en un eufemismo para justificar lo injustificable.
Y aunque algunos políticos digan que el derecho de regular la vida salvaje de cada país en pro del bienestar de sus ciudadanos debe ser respetado, sus argumentos palidecen frente a cuestionamientos como: si el gobierno protege a las personas que hacen parte de un país, ¿quién protege a los animales que pertenecen al mismo?, ¿es verdad que el gobierno actúa en pro de los cazadores que ganan centavos por su “trabajo” o están, más bien, legislando a favor de millonarias organizaciones que se mantienen en la sombra mientras mueven los hilos del poder?
Sea lo que sea que esté pasando al interior de Bostwana, lamentamos profundamente la decisión tomada por el gobierno, pues consideramos que nada justifica atentar contra una especie en peligro, mucho menos, cuando el medio ambiente y los animales que en él habitan, piden a gritos protección.
Ante estas tristes noticias, en ZooCloud ratificamos nuestro compromiso de hacer de estas páginas el lugar desde el que alzamos nuestra voz en favor de todos los animales del mundo, porque ellos no tienen voz pero si voceros.
Fuente: National Geographic.