Esta escena parece salida de la más tierna fábula.
Los tres protagonistas de esta divertida escena ya fueron tendencia en algún punto del año 2013, del que datan esta serie de postales del profesor de educación física y fotógrafo empírico finlandés, Valtteri Milkahaiunen.
Sin embargo, el tema volvió a ser discutido en redes sociales cuando este hombre detrás de la autoría de las originales imágenes, las compartiera de nuevo por medio de Instagram, todo esto en el contexto de otra foto que causa sensación por estos días: dos ratones peleando por comida en una estación del metro de Londres.
Auténticos bebés disfrutando la vida.
La foto realmente nos muestra un panorama poco frecuente por la cercanía que hay entre sus tiernos protagonistas y quien capturó la escena. Según Milkahaiunen, estaba en el lugar y momento correcto para captar con su cámara esta maravilla que, al principio, pensó que se estaba imaginando.
Los cachorros se comportaron como niños pequeños. Estaban jugando e incluso peleándose de manera amistosa. Me sentí como si estuviera en un patio de colegio frente a mi casa – Comentó Milkahaiunen.
Valtteri Milkahaiunen, que lleva 10 años dedicado a la fotografía de naturaleza en su país natal con paisajes llenos de colores fríos y bosques vírgenes, nunca se ha vuelto a encontrar con una escena que lo haga romper tanto los protocolos como esta.
Al ser una especie salvaje presente en la gran mayoría del territorio finés, los que se dedican a este hermoso oficio, han decidido mantener las medidas de precaución en caso de algún tipo de inconveniente o ataque. Sin embargo, el 3 de junio de 2013, mientras exploraba la taiga o bosque boreal cerca de la ciudad de Martinselkonen, se encontró con una osa y sus tres hijos y no se despegó de ellos en ningún momento, siempre a 50 metros de distancia, pero, cuando el momento épico llegó, la seguridad quedó a un lado.
Ni pánico escénico, ni miedo a los reflectores.
Mientras el momento estaba a punto de llegar y Milkahaiunen ni siquiera se daba por enterado, los oseznos hicieron lo que cualquier niño: corrieron, jugaron y cansaron a la madre que se acostó a su lado mientras ellos encontraban el lugar perfecto para un rato de esparcimiento. Todo cambió, sin embargo, cuando los tres pequeñitos en un acto de tremenda coordinación se pusieron en pie sobre sus patas traseras, se tomaron de las manos y empezaron a correr en círculo como si se tratara de cualquier juego infantil grupal. De ahí viene esta foto que pone a suspirar a cualquier amante de la naturaleza y que, al mismo tiempo, nos hace pensar en la importancia de la conservación del hábitat de las especies salvajes que pueden estar amenazadas por la caza indiscriminada.
Por lo pronto, tenemos certeza de que si nuestra responsabilidad con la lucha por protegerlos está presente, podremos seguir teniendo estas imágenes para la posteridad.
Fuentes: Valtteri Milkahaiunen, Lad Bible.