El refugio dice que por intereses comerciales una fundación quiere desalojar a los más de 1500 perros y 36 gatos que viven allí.
Hace muchos años, Don Antonio Haghenbeck, un señor adinerado, amante de los animales, le entregó una gran propiedad, ubicada en Lomas de Vista Hermosa, Santa Fé, México, zona que hoy goza de una alta valorización comercial, bajo la figura jurídica de comodato, al Refugio Franciscano AC, organización sin ánimo de lucro que desde hace más de 40 años ha ayudado a miles de animales víctimas de abandono, crueldad y abuso, rescatándolos de la calle, rehabilitándolos y dándolos en adopción.
40 Años de trabajo por los animales.
Durante dicho periodo, el refugio siempre ha ejercido la posesión de la propiedad y, aunque esta fue otorgada en comodato, lo que quiere decir que le permiten ocuparla sin ninguna retribución económica a cambio para los propietarios, no es el dueño oficial y si estos la piden de regreso, el refugio está obligado a devolverla, también han cumplido a cabalidad la voluntad de Don Antonio Haghenbeck, quien expresamente dijo en su testamento que la propiedad debía utilizarse exclusivamente como refugio animalista, con ningún otro propósito que ayudar a los animales más necesitados, incluyendo unas golondrinas que siempre han vivido en la propiedad.
Sin embargo, el Refugio Franciscano AC asegura que desde hace más de ocho años la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P. viene adelantando trámites judiciales con el argumento de que es esta organización la legítima propietaria del inmueble y no el Refugio Franciscano AC a quien solo se le permitió hacer uso de las instalaciones bajo la figura de comodato, por lo que habían decidido que era el momento de que la propiedad les fuera devuelta.
El proceso jurídico ha tenido su devenir a lo largo de todos estos años, sin embargo, recientemente, un juez falló a favor de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P. ordenando el desalojo del Refugio Franciscano AC y los más de 1490 perritos y aproximadamente 36 gatitos que ocupan la propiedad. Situación que preocupa en extremo a la comunidad animalista.
No obstante, los señalamientos que hace el Refugio Franciscano AC en contra de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P. en el sentido de que el propósito de sacar al refugio y a los animales de la propiedad, está movido solo por su interés de desarrollar en el lugar un proyecto inmobiliario de gran envergadura, en una zona que actualmente es considerada una de las más costosas de México, contrastan con las versiones dadas por la fundación, quien asegura que lo único que ellos persiguen es la restitución de su propiedad y resaltan al mismo tiempo que no se ha tomado ninguna decisión respecto al futuro del inmueble, así como tampoco de los animales que en él viven.
También la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P. ha asegurado que de tomar la decisión de vender la propiedad, construirá en otra zona del país un refugio al cual los animalitos serían trasladados, afirmación que el Refugio Franciscano AC rechaza alegando que no existe garantía sobre la ejecución de dicho proceso y que además nada les puede garantizar que ese nuevo lugar estaría dotado de las instalaciones adecuadas para el mantenimiento de los casi 1500 animales que actualmente están bajo su custodia.
En la siguiente publicación puedes encontrar el comunicado del Refugio Franciscano AC sobre el asunto:
También puedes leer el comunicado de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama I.A.P. en su perfil de Facebook:
Lo único importante es que los peluditos no pierdan su hogar.
Más allá del asunto legal lo que nos preocupa en extremo es la situación de los animalitos, ellos no pueden, ni por un segundo, regresar a las calles de donde fueron rescatados, recordemos que no son capaces de valerse por sí mismos y las personas debemos ser quienes velemos por su integridad, por lo que esperamos que las autoridades primen este principio por encima de todo y sea a quien sea que se le otorgue el titulo de la propiedad del inmueble se establezca, inamoviblemente, que los animalitos no sean desalojados de su casa ni corran ningún peligro, tal como lo quiso en vida Don Antonio Haghenbeck.