Qué vergüenza 🤦 entre más gordito más bonito pero también más flojito.
Floyd es un perrito muy gordito, pesa 86 kilogramos y no es para nada un amante de las excursiones. Prefiere estar en casa, calientito, cómodo, tomando una buena siesta durante tooooda la tarde. Sin embargo, su humano preocupado por su exceso de peso y ánimo sedentario, se decidió a llevarlo a una larga caminata a la montaña en Salt Lake City – Estados Unidos.
Él hace senderismo y sabía que si su perrito lograba volverse más activo, su salud y calidad de vida mejorarían, sobre todo, de cara al futuro, cuando los años más adultos vinieran a complicarle la vida.
Una dura cuesta que subir.
Al comienzo de la subida a la montaña, los ánimos iban muy bien, Floyd estaba entusiasmado y aunque seguro prefería estar en casa, el paseo no le era del todo desagradable, el problema fue que su humano no midió bien las distancias ni la capacidad limitada que tenía su perrito de caminar, teniendo en cuenta que estaba acostumbrado a moverse poco y que tenía mucho peso de más.
Subieron, subieron y subieron…, el perrito se portó como un campeón y logró llegar hasta la cumbre, sin embargo, luego de una pausa para admirar el paisaje, cuando iban a retomar el camino, esta vez de bajada, para regresar a su hogar, Floyd dijo: ¡Basta! ¡No pienso dar un paso más! y así fue. Se acostó y por más intentos que su humano hizo, no fue posible hacer que se levantara de nuevo y emprendiera la marcha.
Luego de un buen rato y sin saber ya qué más hacer, el humano del perrito, llamó a emergencias y les contó la situación. El fantástico equipo de Salt Lake County Sheriff’s Search and Rescue no iba a permitir que un animalito gordito corriera riesgos innecesarios en la montaña, por lo que le dijeron al hombre que ya iban en camino para ayudarlos, que solo fueran pacientes y permanecieran en el lugar.
Un perrito nos necesita, al rescate!
Sin tardanza, el equipo hizo su épica aparición: con camilla, cobijas, poleas, bebidas calientes y cascos llegaron al lugar. Les preocupaba que la temperatura descendiera demasiado, como suele ocurrir cuando cae la noche y que al perrito le diera hipotermia, por lo que se apresuraron y lo subieron a la camilla.
Una vez estuvo bien sujetado a la camilla, comenzaron el descenso de la montaña. Floyd muy fresco y muy majo, se acostó en la camilla y disfrutó su trato de realeza, jaja, así si le gustaban los paseos, definitivamente cargadito era mejor que ir caminando.
El humano de Floyd estuvo muy apenado con el equipo de rescate, pero ellos se tomaron a bien la situación y aclararon que lo importante era salvar vidas, no importaba si eran humanas o no, ese era su trabajo 😍