El dinero no te hace feliz, el amor sí.
Ursula Musch, vivió en Alemania durante toda su vida estando a la cabeza de un negocio de transporte internacional, ese mismo que durante años le consumió la mayor parte de su tiempo, impidiendo indirectamente que tuviera un esposo y unos hijos.
Un viaje le cambió la forma de llevar su vida.
La historia inició hace alrededor de 20 años, cuando Ursula viajó a los Emiratos Árabes y allí tuvo la primera interacción con los camellos. Esos gigantes animales de casi dos metros de alto, que al mirarla fijamente a los ojos, le dieron la valentía y fuerza que la mujer necesitaba para tomar una contundente decisión.
Ella se enamoró profundamente de la personalidad dulce y tranquila de los mamíferos, algo que en el fondo de su corazón, la mujer había estaba buscando en su vida después de tantos años de vivir entre documentos, contaduría y afanes. Por lo que de inmediato decidió mudarse a vivir con ellos en la mitad de Dubái, en una granja que compró a más de 6.000 kilómetros de su casa.
Solo había una oportunidad de ser feliz y ella la aprovechó.
Ursula tomó una maleta ligera y emprendió un viaje sin regreso. A pesar de que su nueva casa, que en realidad es una granja, no tiene servicio de electricidad, ni agua, la mujer vive completamente feliz, rodeada de 40 camellos que cuida y alimenta diariamente.
Estoy casada con mi granja y mis animales. Mis amigos locales dicen que soy más beduino que ellos – Aseguró Ursula Musch a Europapress.
Para mantenerse económicamente, la mujer enseña a habitantes y turistas sobre cómo llevar la vida en una granja rodeada de camellos y adicionalmente, tiene una tienda beduina ubicada en el hotel Emirates Palace en Abu Dhabi, con la cual provee protección a personas en caso de una tormenta de arena en el desierto y la cual se ha hecho famosa por la historia de vida de Ursula.
La mujer asegura que vive feliz rodeada de los que ella cataloga como sus hijos y de compartir con ellos momentos especiales, pues a diario los animalitos le demuestran lo mucho que la aman y lo agradecidos que están de que ella se apersonara de su cuidado.
Aplaudimos esta desinteresada labor y esperamos que a su lado lleguen más camellos que puedan ser amados y cuidados por esta mujer que dejó atrás su convencional vida para dedicarse a ellos completamente.
Fuente: Kamel Uschi