El regalo más lindo que pudo encontrar su inocente corazón.
Baloo, es una adorable gatita que le gusta manifestar su amor dándole cada mañana un regalo a su papá, ella al ser tan inocente, creía que lo mejor era darle algo que a ella le gustaría que le regalarán, por lo que comenzó a cazar ratoncitos o pajaritos pequeños, sin embargo, después de notar que a su papá no le gustaban, comenzó a regalarle cada mañana la hojita más grande y bonita que encontraba en el patio de su casa.
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Los animalitos que ella inicialmente capturaba para su papá, nunca los lastimó, todo lo contrario, ella los trataba con mucho cuidado y cariño, pues trataba que llegarán bonitos para que a su humano le gustarán y los pudiera disfrutar.
Ben, su papá, nunca tuvo claro si lo que hacía lo hacía con el fin de intentar alimentarlo o simplemente era un regalo, de igual forma, fuera lo que fuera, él apreciaba la intención pero no estaba de acuerdo con ver a los pequeñitos animalitos aterrados por ser cazados por su gatita, por lo que después de que ella se los llevaba, él inmediatamente los cogía y los liberaba fuera de su casa.
Baloo estaba muy triste e inconforme con las respuestas de su papá antes sus regalos, pues ella era muy juiciosa y amorosa al madrugar antes que él e ir cada mañana al patio a buscar un regalo, nadie regala algo todos los días, ella si y consideraba que debía ser apreciado su esfuerzo.
Después de que mostraba su inconformismo y su cara de brava, también se ponía triste, pues realmente no entendía por qué su papá no le agradecía y se ponía feliz de sus amorosos regalos.
Ella siempre se veía tan confundida y triste, lo que me hizo sentir bastante mal. – Comentó Ben a The Dodo.
Baloo a los días empezó a notar que Ben la quería mucho, no era que la despreciará, simplemente sus regalos no eran de su agrado, por lo que se ideo un nuevo plan, iría nuevamente cada mañana al patio a buscar regalitos, pero está vez no serían animalitos sino hojitas, quería intentarlo, depronto con estos su humano si se levantaría feliz cada mañana.
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Efectivamente Ben se alegró mucho con la nueva idea de Baloo, sobretodo la primera mañana, pues él se levanto sonriendo y riéndose de la insistencia de su gatita, además de su cariño y dedicación por hacerlo sentir querido.
Me llevó un par de meses rechazar sus regalos para que ella empezara a traerme hojas. Siempre fueron hojas grandes, hojas bonitas. Fue un gran alivio para los ratones vivos cada mañana que yo demostrara mi gratitud tomando la hoja y jugando con ella mientras ella se sentaba en mi pecho. – Añadió Ben a The Dodo.
Para variar, a veces Baloo reemplazaba su hojita diaria por una ramita, pues quería demostrarle a su papá que era creativa y que se esforzaba por sorprenderlo.
La rutina diaria de regalitos se vio interrumpida cuando Ben y su gatita se vieron en la obligación de mudarse a una casa más pequeña que no tenía un patio del cual Baloo pudiera escoger y capturar su regalo diario, así que la peludita sin intenciones de renunciar a sus manifestaciones de amor, se ingenió una nueva manera de hacer feliz a su humano cada mañana, así que al despertar cogía a su papá a besos y ronroneaba incansablemente. Es cierto, ya no podía regalarle algo físico, pero si podía regalarle algo que saliera de su almita y de su corazón.
Me consuela cuando me siento mal. Ella no es una gata antipaticade ninguna manera, cuando estoy enojado o nervioso ella salta sobre mí, me empuja hacia atrás para que me acueste y luego ella simplemente se sienta en mi pecho ronroneando como loca y acariciando mi cara con su nariz. Es una gata muy cariñosa. – Finalizó Ben a The Dodo.
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