Tuvo que volver a su país a pie porque rescató dos perritos y nadie lo llevaba


Un animalista jamás deja a un amigo de cuatro patas atrás.

Lucas, un joven de 24 años y su novia Sol salieron en bus desde su país natal, Argentina, para visitar Chile, un país vecino. Los dos aventureros estaban felices de hacer este viaje y abiertos a lo que el camino les deparara, para nada llegaron a pensar que vivirían días tan excepcionales que su historia llegaría a las redes sociales y uniría a varios desconocidos para formar una cadena de solidaridad en el intento de ayudarlos a regresar a casa.

Dos callejeritos se cruzan inesperadamente en su camino.

Lucas y Sol estaban por finalizar su viaje y se disponían ya a regresar a su casa en Mendoza, cuando él vio a dos preciosos perritos que vagaban solitos por ahí. Por supuesto, su reacción inmediata fue acercarse a ellos y brindarles algo de comida, los peluditos eran muy tranquilos y dulces por lo que la pareja se encariñó rápidamente con ellos y luego de unas horas a su lado ninguno de los dos se sintió capaz de dejarlos a su suerte nuevamente, por lo que decidieron adoptarlos y llevarlos con ellos.

Los llamaron Pilsen y Serena.

Un mal encuentro.

La pareja y sus dos nuevos perritos estaban felices de ir por la vida los cuatro juntos, estaban ya organizando su retorno cuando unos desconocidos los abordaron y los despojaron de todas sus pertenencias, se llevaron su dinero, sus maletas, sus teléfonos celulares y lo único que les quedó fue la ropa que llevaban puesta y sus dos perritos.

«En Abra Pampa, Jujuy, les robaron todo. Lucas y su novia se quedaron sin dinero, sin celular, sin ropa, sin nada. Solo con los perros». – Le contó Agustina, la hermana de Lucas a El Tucumano, un medio de comunicación chileno.

Sin dinero y tan lejos de su hogar la pareja no sabía qué hacer, optaron por llamar al padre de Sol para que los auxiliara. Él viajó tan pronto supo de la lamentable situación en que se encontraban, le tomó algún tiempo llegar porque el recorrido lo hizo en bus, pero al fin los alcanzó con dinero suficiente para pagar sus boletos de regreso a casa.

La pareja sonrió al ver a su rescatador pero cuando llegaron a la terminal de transportes para tomar un bus, las cosas nuevamente se pusieron en su contra.

Un nuevo obstáculo confabula para impedir que Lucas viaje con Pilsen y Serena.

Resulta que todas las empresas de buses tienen como norma no permitir el ingreso de animales a los vehículos que recorren largas distancias por las incomodidades que suponen para los pasajeros, lo que quería decir que nadie dejaría que Lucas y Sol viajaran con sus perritos.

En ese momento se encontraron ante un camino que parecía no tener salida, pues la única posibilidad aceptable aparentemente era dejar a los peluditos abandonados y solitos en aquella terminal de trasportes para así poder abordar un bus y regresar a su hogar. Muchos hubieran tomado esta opción, pero Lucas no, jamás.

Según las palabras de Agustina, su hermana, Lucas es un joven de generoso corazón, incapaz de hacer daño y mucho menos de abandonar a un animalito, un ser indefenso, que no tiene a nadie más en el mundo que a él, por lo que sin dudarlo les dijo a su novia y el padre, que no se preocuparan, que regresaran ellos y que él iría a pie con sus dos perritos.

Fue una decisión difícil pero él la tomó con una sonrisa en el rostro.

El largo camino a pie de regreso a casa comienza.

Fue así como se encaminó siempre al lado de sus peluditos, hacia las vías que tarde o temprano lo llevarían nuevamente a su hogar.

Sol tan pronto llegó a Mendoza se comunicó con la familia de Lucas y su hermana y su madre no tardaron en subir a Facebook y Twitter una publicación en la que narraban lo sucedido al joven en su viaje a Chile, pedían a todos los que vivían en la zona donde él en ese momento se encontraba, que si lo veían por favor lo acercaran tanto como pudieran para ayudarlo a regresar al lado de su familia que con gran preocupación lo esperaba.

No obstante, se sentían orgullosos de los acciones de Lucas, que con valentía prefería recorrer a pie cientos de kilómetros, días y días de caminar y caminar, antes que abandonar a sus pequeños que con amor y esperanza se aferraban a él.

Una cadena de solidaridad se forma para ayudar al joven.

Gracias al poder de las redes sociales y cuando el chico ya tenía ampollas en sus pies de tanto caminar, la historia se comenzó a difundir y varias personas que transitaban por la vía que comunica a los dos países, se toparon con el trío y de a poco los fueron acercando más y más a su destino final.

Agustina Fonseca

Un día, dos hermanas llamadas Ninoska y Evelyn que habían visto la publicación de la familia del joven en un grupo de animales, lo reconocieron caminando por la vía y sin dudarlo pararon para recogerlo.

Lo llevaron tan lejos como pudieron, le dieron dinero, algo de comida y mucha agua fresca para los perritos que ya estaban visiblemente agotados del largo viaje.

«Le ofrecimos llevarlo en el auto porque nos contó que ya estaba ampollado y los perritos estaban cansados. Les dimos agua, galletas, ayuda económica, algo para él. Así piensa viajar hasta Mendoza. Los perritos son súper educados, se sentaron sobre la alfombra de manera ordenada, tranquila, no ladraban, hermosos». – Publicaron en Facebook las hermanas.

Este encuentro fue reconfortante para Lucas, pero aún estaba muy lejos de casa y el peso de caminar a sol y lluvia durante tantos días, el no poder dormir bajo un techo y el comer lo que se podía, ya empezaban a ejercer un peso difícil de soportar para los tres caminantes.

Agustina Fonseca

Por su parte Ninoska y Evelyn no los podían sacar de sus mentes, los imaginaban solos y cansados al lado del camino y esto les acongojaba el alma, por lo que decidieron no quedarse de brazos cruzados y en compañía de su madre en la noche salieron a buscarlos nuevamente para llevarlos a su casa y permitirles que pasaran la noche allí.

«Cuando estaba buscando un arbolito para que pasáramos la noche ahí porque ya tenía los pies ampollados y los perritos estaban cansados, apareció de nuevo Ninoska, su hermana y su mamá». –  Contó Lucas.

Este fue sin dudas, un oasis en medio del desierto, por fin pudieron descansar bajo la seguridad y confort que un techo sobre sus cabezas ofrece, Lucas tomó una deliciosa ducha, cenaron junto a la amable familia que por esa noche los acogía y los tres recobraron fuerzas para continuar.

La aventura llega a su fin y el trío logra llegar a casa!

Felizmente Natalia Ponce, otra persona que se encontró con la historia en Internet, fue en busca de su ayuda. Un familiar viajaría ese día de Tucumán hasta Mendoza y estaba completamente dispuesto y complacido de llevar al joven y sus dos perritas hasta allí para que pudieran ponerle fin a la larga aventura.

Así sucedió, los recogieron en medio del camino y los llevaron hasta su hogar, donde todos los esperaban con gran emoción.

Pilsen y Serena, están muy cómodos en su nuevo hogar y a nadie le cabe ni una sola duda de que este joven cuidará bien y para siempre de ellos dos.

Fuente: Lidia Spitalier, Agustina Fonseca, ElTucumano.