Aquí sí se aplica eso de que el amor puede surgir hasta de debajo de las rocas.
En California, es común encontrar todos los días a familias paseando por los bosques de la ciudad, caminando o montando bicicleta, es una actividad común que no suele traer sorpresas consigo.
Pero un día, una familia se encontraba en su paseo rutinario cuando de repente escucharon el maullido de un cachorro desesperado, rápidamente se apresuraron a seguir los maullidos del pequeño y pronto se encontraron un perrito de no más de tres meses atrapado debajo de un montón de rocas, kilos de tierra y cemento.
No se sabe porqué el pequeño perrito se encontraba en esa situación, ni tampoco cuando tiempo llevaba allí, pero lo que si se sabía es que el chiquito se encontraba solo y temeroso, sus maullidos de dolor y desesperanzaba reflejaban la necesidad que el pequeño tenía de ser rescatado y atendido de inmediato.
El rescate comenzó
La familia que se lo encontró también estaba desesperada y muy conmovida por la angustía del peludito, sin saber que hacer, llamaron al 911 y de allí mandaron al lugar policías y bomberos de North Charleston, quienes acudieron al lugar prontamente con la esperanza de poder ayudar al peludito.
Cuando llegaron y vieron la situación en la que estaba el cachorrito, realmente se quedaron sin aliento, no veían al peludo por ningún lado, sabían en donde estaba porque sus maullidos no paraban, pero era muy angustiante saber que estaban tan cerca y aún así no podían verlo.
De repente un policía exclamó con emoción que veían una pequeña naricita asomada en medio de un montón de rocas, rápido todos se agacharon y la vieron. Ese fue el comienzo de una larga excavación.
El Capitán de bomberos, Bryant, se sintió muy comprometido desde el principio con el pequeño, así que rápidamente retiro los escombros y la tierra que estaba a su al rededor, sin embargo, el peludito estaba tan atascado que eso no fue suficiente. Bryant, atormentado por el estado del cachorro, se apresuró a agarrar una pala y se puso en la tarea de excavar toda la tierra que rodeaba al perrito, luego de varios minutos en la tarea, el animalito logró salir.
Una historia de amor comienza.
En cuanto el peludo fue liberado, no podía dejar de saltar de la alegría, tampoco de lamer la cara del capitán en señal de agradecimiento.
De inmediato Bryant se enamoro profundamente del cachorro y quiso darle un nombre, ese sería Rocky.
La familia que había encontrado al perrito, quiso llevarse al cachorro a una revisión veterinaria para asegurar que no tuviera ninguna afectación de salud por lo ocurrido, también para descartar si el perrito portaba algún microchip que le permitiera reencontrarse con su familia.
En cuanto se llevaron al perrito, el capitán no paraba de pensar en Rocky, no sabía exactamente que sentimiento era el que se apoderaba de su cuerpo, pero de lo que si estaba seguro, era de que no quería separarse de aquel cachorrito inquieto.
De todas formas Bryant, comprendía que si Rocky tenía una familia, debía reunirse con ella, así que lo único que pudo hacer fue pedirle a las personas que se lo llevaban a la veterinaria, que estuvieran en comunicación con él. Ahora sólo le quedaba esperar.
La familia que había acogido a Rocky, pronto se comunicó con él, le informaron que el perrito no había sufrido ninguna lesión y que se encontraba muy bien, pero que no sabían que hacer con él, pues la veterinaria no le había encontrado microchip, lo que significaba que no tenía una familia.
Bryant, en ese momento sabía exactamente lo que tenía que hacer.
Un reencuentro lleno de besos y sonrisas.
Rocky había sido llevado a Charleston Animal Society, allí se encontraba retenido mientras se decidía que hacer y aunque a penas había pasado unas horas, Bryan se sentía ansioso y deseoso de volver a ver a su amigo.
En cuanto llego al instituto, él no podía contener la felicidad y Rocky, bueno, en cuanto Rocky lo vio se volvió loco de la felicidad, él desde que lo había rescatado, ya lo consideraba su papá.
Bryant no tenía ni la más mínima duda de que Rocky se iría a casa con él, sentía que ya lo amaba y que si él fue llamado para su rescate, era porque indudablemente el destino quería unirlos.
Una familia completa y feliz.
Bryant siente que ahora su familia está completa, que Rocky era el personaje que le faltaba en su vida, él siente que ahora con el perrito, él le proporcionará una experiencia inolvidable, llena de pelos, besos babosos, amor y compañía incondicional. El peludito ya se encuentra instalado en su nuevo hogar y está feliz.
Es un perro muy enérgico y le encanta jugar con sus nuevos juguetes, – dijo Bryant. Siempre está a mi lado, nunca me deja salir de la habitación sin seguirme. – Finalizó.
Bryant no se puede sentir más feliz y satisfecho con la decisión que tomó, las personas que estuvieron involucradas en el rescate también se conmovieron mucho y se alegraron de que ambos amigos estén unidos y dichosos. Todos aquellos que conocen su historia aseguran que ambos estaban destinados a encontrarse y así cambiar la vida del otro, también que a veces, es necesario sufrir un poco para poder lograr el punto más alto de felicidad.
Fuente: NorthCharlestonFireDepartment.