El gobierno de Trump asume una postura definitiva que deja sin esperanzas al Polo Norte.
Hace 23 años, en 1996, se estableció El Consejo del Ártico, como respuesta al inminente cambio climático que desde esa época ya preocupaba a todos los países del mundo. Hoy, en su onceava versión, Estados Unidos, Rusia, Canadá, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia no pudieron llegar a un acuerdo respecto a las medidas que se deben tomar para salvaguardar la fauna y el modo de vida de la región. El fracaso de la cumbre se cierne como un mal agüero sobre el planeta entero.
Esta es la primera vez en la historia del Consejo en que los países miembros no lograron estar de acuerdo con lo hablado en la reunión y no pudieron firmar el documento que se escribe como fundamento para las directrices que se van a asumir durante los dos años que tiene de vigencia lo pactado.
¿Cuál es la importancia de proteger el Ártico?
Según los científicos el calentamiento global sucede en este lugar al doble de velocidad que en el resto del planeta, por lo que es de vital importancia para el equilibrio medioambiental que se vigile y sobre todo que se extremen medidas en esta zona, pues lo que ocurre allí repercute en el resto del mundo.
Eso en cuanto a la estabilidad del planeta, pero ocupándonos del tema de los animales el asunto es aún más serio y preocupante, pues especies como la del oso polar se han visto dolorosamente afectadas por el cambio climático, especialmente por el aumento de la temperatura que ha derretido el hielo en el que estos enormes carnívoros viven, reduciendo dramáticamente sus territorios y mermando a tal punto la fauna de la que se alimentan que prácticamente ya no tienen que comer.
No sólo el osito polar está en crisis, casi el cien por ciento de las especies que habitan el Ártico lo están.
¿Hay un culpable de no haber firmado el acuerdo?
Aunque los representantes de los países miembros del Consejo del Ártico no quisieron señalar a nadie, según ciertos delegados, Mike Pompeo, Secretario de Estado estadounidense, no quiso hablar sobre el cambio climático y enfocó su discurso a acusar a China y Rusia de querer manipular información para crear una cortina de humo que les permita aprovecharse de los abundantes e importantes recursos naturales del Ártico y así fortalecer sus economías y roles en las dinámicas internacionales entre los países preponderantes del mundo.
El desacuerdo de Estados Unidos con China y Rusia y la evidente evasiva del Secretario de Estado a hablar sobre el cambió climático, serían entonces las razones principales para que no hubiese existido unanimidad para firmar el acuerdo.
Victoria Herrmann, presidente del Arctic Institute, un centro de investigación no gubernamental estadounidense, comentó lo siguiente respecto a la posición de rechazo a firmar el acuerdo tomada por su país:
La administración Trump debería preocuparse más por la amenaza inminente a la que expone a los estadounidense con su falta de acción en el área climática, que a las ambiciones chinas y rusas.
Como si fuera poco, el presidente Trump ha manifestado en repetidas ocasiones su interés en retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París, importante asociación que establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global, reafirmando una vez más su desdén y falta de compromiso con los temas medioambientales.
Un pequeño texto remplazó el importante Acuerdo.
Finalmente un pequeño acuerdo de no más de 27 líneas quedó firmado por los ocho países miembros del Consejo del Ártico en el que se comprometieron a “mantener la paz, la estabilidad y la cooperación constructiva en el Ártico” y a proteger “el desarrollo sostenible y la protección medioambiental“.
En el escrito redactado por el Consejo, el tema del cambio climático ocasionado en gran medida por las actividades de las corporaciones comerciales en la zona, quedó completamente excluido y no se nombró ni siquiera una vez, dejando de esta manera un grave vacío en cuanto a protección de los animales y medio ambiente se trata.
Lamentamos profundamente que en la agenda de los líderes políticos más preponderantes del mundo, los animales y la naturaleza estén lejos de ser una prioridad.
Fuente: TheWashingtonPost.