Parece que esta chiquitina no se anda con rodeos.
Esta gatita en un parque de Japón, se encontraba deambulando solita por las calles, tenía mucho frío, miedo y hambre, no sabía qué hacer ni a donde dirigirse, pues era muy pequeña y a penas estaba descubriendo el mundo, había nacido en la calle, lo que la obligó a mantenerse escondida en un pequeño refugio en donde su mamá gata la dejó, después de que ella no volvió, el hambre y el frío le ganaron, estaba dando sus primeros pasos en busca de comida, pero al sentirse tan sola y desprotegida, estaba buscando también alguien o algo que le transmitiera calma y protección, algo que le hiciera sentir que todo iba a estar bien.
Y lo encontró, ella se aferró a este niño, suplicándole que por favor la llevara consigo, expresando en su mirada que ella era muy chiquita e inexperta y que necesitaba de su amor.
La gatita se veía realmente desesperada y aunque el niño entendía su necesidad, no sabía qué hacer, nunca había tenido antes un gato, sin embargo, había un sentimiento que no lo dejaba avanzar, la gatita lo necesitaba y él sintió que ella lo había elegido, simplemente no podía dejarla allí y ser indiferente con una vida, sobretodo, con una tan chiquita.
En el siguiente vídeo puedes ver como la gatita no se da por vencida y lo trataba de convencer, paso que daba él, paso que daba ella, no lo iba a dejar ir, no hasta que él se fuera con ella, lo miraba y se restregaba en él demostrándole que ella era cariñosa y que estaba dispuesta a darle todo el amor del mundo si la salvaba.
せっかくなので、なぜか僕についてきたときの動画も置いておきますね。 pic.twitter.com/aZciLpeKl6
— ヨシオカユーキ@Pills the Candy Girl (@Kawasaki_Hina) September 4, 2015
Una cajita representó una nueva vida para la gatita.
El chico después de un minuto, sintió como su corazón se comprometía con ella, él empezaba a sentir que la amaba tanto como ella parecía amarlo por el sólo hecho de haberla mirado y consentido un poco, pues sus primeros días de vida fueron de pura indiferencia y soledad y él ahora representaba una esperanza de ser querida.
El chico después de dejarse llevar por sus sentimientos y emociones, agarró una caja que estaba tirada en el parque, se quitó su abrigo y le armó una camita dentro de ella, todo lo hizo con el fin de hacerle un espacio cómodo a la gatita, pues él quería que ella se sintiera bien mientras la llevaba al lugar que sería su hogar.
Después de llegar a casa, la gatita se la veía un poco más calmada, ya había entendido que el niño la había rescatado y la había llevado a un mejor sitio donde ella estaría segura y se podría sentir tranquila, sin embargo, aún tenía mucha hambre y necesidad de amor.
Lo primero que hizo el niño fue limpiarla un poco, pues como había estado en la calle, estaba muy sucia, después él le compró unas croquetas y un atún y le dio su primera comida.
Cuando la gatita ya se sentía satisfecha de comidita, vio que su nuevo papá se encontraba en una cama que se veía muy cómoda, ella se sentía agotada después de el impacto emocional que había vivido en la calle, por lo que decidió ir y acurrucarse junto a él.
A los pocos segundos se quedó profunda, su alivio y su felicidad le permitieron un largo y prolongado descanso.
Después de unos meses de adaptación y de la gatita sentirse muy feliz y agradecida con el niño que la salvó, él le hizo un regalo, le obsequió un collar que la identificaría como una gatita de casa.
Así fueron pasando los días, hoy la gatita tiene 4 años, ha sido amada y cuidada durante todo este tiempo, el niño no puede sentirse más enamorado de ella pues es muy cariñosa y agradecida.
Esos días de hambre, miedo y soledad, quedaron en el pasado y eso hace que el niño se sienta feliz de haberle salvado la vida, no logra tolerar la idea de imaginar ver a su gatita actualmente, en la situación que estaba hace unos años. A partir de ese sentimiento, promete que ella nunca volverá a pasar necesidades y que no habrá un sólo día donde ella no se sienta querida.
Fuente: Kawasaki_Hina.