Del cautiverio a la clonación, ya México se dio cuenta que fue muy tarde para intentar salvarla.
La vaquita marina es la especie de marsopa más pequeña del mundo y el animal considerado más escaso del océano, pues actualmente es la especie marina más amenazada del planeta. Desde hace varios meses, se conoce la triste realidad de este animalito, pues según algunas investigaciones quedan aproximadamente 10 ejemplares.
No obstante, recientemente el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) dio el comunicado de que se iba a iniciar la clonación de la especie, sin embargo se ha observado que cumplir con el propósito no es algo tan sencillo.
Después del nacimiento de la oveja Dolly en 1996, el cual fue el primer animal clonado en toda la historia, los científicos de todo el mundo avanzaron en la reproducción de otros animales a través de la clonación, fue tanto el éxito que la Fundación de Investigación Biotecnológica Sooam, con sede en Corea del Sur, logró hacerlo con más de mil perros con una duración de 12 años. No obstante y lo triste de esta situación, es que la clonación no está en la capacidad de salvar de la extinción a toda una especie, como lo requiere en este caso la vaquita marina.
Aunque estamos anunciando un notable éxito en la capacidad para salvar células de cultivo de tejidos viables de dos vaquitas, debemos reconocer que este pequeño paso no nos permitirá salvar a la especie. Nos entristece pensar que algún día estas muestras de tejido pueden ser todo lo que queda de este animal. – Explicó al medio de comunicación Milenio, Oliver Ryder, director de Genética de la Conservación del Zoológico de San Diego.
Se lograron obtener dos tejidos con células vivas.
Bajo la presión de la comunidad y tras una visita a México del actor y ambientalista Leonardo DiCaprio, el gobierno de México, liderado por Enrique Peña Nieto, inauguro el 13 de octubre de 2017, un programa para la conservación, protección y reproducción de la vaquita marina, denominado Vaquita CPR, integrado por 65 investigadores de nueve países, que se concentraron en el puerto de San Felipe, Baja California.
Aunque los científicos nunca habían trabajado con células de vaquita marina, el 18 de octubre del presente año, recibieron tejidos de dos vaquitas marinas que contenían células vivas, ambas vaquitas fueron capturados por algunas horas para poder obtener las biopsias requeridas, una de ellas era una vaquita joven, de aproximadamente 6 meses de edad, y la otra, también hembra, era un espécimen adulto.
Con dichas biopsias los investigadores lograron establecer con éxito las primeras lineas celulares, las cuales están actualmente bajo la protección del Frozen Zoo.
¿Es realmente posible salvar a una especie extinta o en peligro a través de la clonación?
La caza ilegal, acción donde los cazadores buscan principalmente capturar a totoabas, no perjudica únicamente a estas, pues las vaquitas marinas también se ven perjudicadas.
En las redes que lanzan, las vaquitas se quedan enredadas y antes de que los cazadores quieran o puedan liberarlas, fallecen ahogadas. Ante esta constante lucha en contra de la práctica ilegal, el gobierno federal centró sus esperanzas en la clonación de esta especie.
No obstante, el secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, expresó según el diario Milenio que: “espera que no se tenga que llegar al escenario de la clonación, pero ya está todo listo si es que se requiere, ya tenemos muestras de tejido”. Sin embargo, la realidad es que esas muestras congeladas pueda ser lo único que quede de la especie.
Pues según explica algunos investigadores, como lo es Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, desde hace décadas los científicos impulsan “la desextinción de las especies”, a través de técnicas, entre ellas la clonación, para volver a engendrar a un animal de una especie extinta, no obstante, nunca se ha tenido exitosos resultados.
En dos ocasiones pasadas, han intentado cronar las células obtenidas a través de biopsias de antepasados de la especie, como es el caso de las vaquitas marinas, no obstante, los ejemplares que han “renacido” a partir de esta practica, como lo fue con la cabra montes de Pirineos y la paloma pasajera, siempre fallecen a los pocos minutos.
Además del fracaso de experiencias pasadas, investigadores como Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, asegura que una clonación de vaquita marina no tendría éxito debido a que no se cuenta con suficiente diversidad genética.
La conclusión obtenida es que la clonación y otras biotecnologías se pueden aplicar para ayudar a la reproducción de una especie viva, preservar y restaurar la diversidad, de manera desafiante y difícil, pero posible, no obstante, para la recuperación de una especie casi extinta o completamente extinta, es un proceso imposible, por lo menos por ahora, puede que en un futuro se tenga los estudios y las tecnologías necesarias, pero actualmente, este no es el caso.
Con información de: El Espectador, Milenio.