Perrito domiciliario entrega los pedidos de la tienda de su familia humana

Conoce perfectamente su vecindario y le encanta recibir los mimos y recompensas de todos sus clientes.

Medellín es la ciudad de la eterna primavera, así es como la han nombrado por su cálido clima y sus personas amables que abren la puerta a cualquiera que llegue al territorio. Sin embargo, Eros es un perrito que lleva cuatro años demostrando que esa característica fraternal no es una cualidad exclusiva de los humanos.

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Un domiciliario responsable y amoroso de cuatro patitas.

Eros tiene ocho años actualmente y es un labrador chocolate muy noble que hace parte de la familia Botero. Su mamá humana, Natividad Botero, ha vivido toda su vida en la comuna 7 en el barrio Tulipanes y es allí mismo donde tiene el negocio Minimercado Porvenir, una tienda de abarrotes y verduras que hace parte de la vida de todos los habitantes del sector y a la que le han entregado su confianza para sus compras desde que el negocio inició.

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Aunque al principio la tienda se mantuvo solo como un negocio presencial, cuando Eros cumplió los cuatro añitos, Natividad ya llevaba varios años entrenándolo para llevar a cabo algunas tareas que le permitieran ser parte activa del negocio, básicamente, entregando domicilios a todos los vecinos a los que ya conocía muy bien. Desde ese momento, las entregas por parte de este tierno animal no han cesado y él se mantiene firme siendo el centro de atracción de quienes contratan sus servicios.

Una dinámica bastante sencilla.

Ya casi son cinco años en los que, como en cualquier otro día de trabajo, Eros acompaña a Natividad a la tienda y cuando hacen un llamado que requiera de domicilio, ella, con toda la paciencia lo acaricia y le explica hacia donde van los productos que hay que entregar antes de darle el canasto que agarra con sus dientes y que transporta hasta la ubicación exacta de la vivienda.

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Aunque podría parecernos increíble, Eros conoce tan bien a su comunidad que siempre llega con el domicilio al lugar indicado, probando su increíble inteligencia y bondad. Los vecinos que también lo quieren como a un pequeño integrante más de cada familia, se encargan de darle una caricia y un bocadillo como recompensa mientras que realizan el pago a la tienda por medios electrónicos.

Natividad que ve con orgullo como su perrito le ayuda en esta labor tan pacientemente, advierte que Eros no trabaja si no hay golosinas de por medio. Él adora llevar los productos mientras haya una recompensaba sabrosa de por medio. Esperamos que siga siendo así mientras tenga la vitalidad y la energía para hacerlo.

Aquí te dejamos un video de un día trabajando con Eros.

Fuentes: Telemedellín, Noticias Caracol.