Ella no quiere alejarse de la puerta hasta ver cruzar una vez más al hombre que más ama en el mundo.
Katie Snyder ya lleva varios años viviendo por fuera de la casa de sus padres junto con su perrita Leia, una pastor alemán que la ha acompañado con total lealtad, sin embargo, el espacio que ambas comparten se queda pequeño para la peludita que también necesita divertirse al aire libre, por eso, en abril, Katie y sus padres estuvieron de acuerdo en que pasara un tiempo corto de vacaciones en la casa de sus abuelitos.
Inicialmente, la medida era temporal y Leia volvería con su mamá después de un corto descanso con ellos que, de seguro, la iban a consentir y mimar como nunca, sin embargo, la pandemia y el aislamiento que generó, cambió todos los planes.
Con la vida en esa puerta.
Según Katie, Leia siempre ha sido una perrita independiente que, aunque demuestra de múltiples formas su cariño, no es muy afectiva físicamente, sin embargo, siempre le ha hecho saber a sus cercanos que los ama y con sus abuelitos nunca fue la excepción.
A pesar de que la mujer sabía que seguramente la estaba pasando muy bien en su tiempo de descanso, nunca llegó a imaginarse la conexión tan fuerte que había generado con sus padres en los meses de estadía allí.
Leia no es el típico perro de peluche. Ella es muy independiente y relajada. Leia ama a todos sus humanos a su manera. Ya sea acostada cerca de ti durante la noche de cine o sentada afuera de la puerta del baño esperando que termines. – Dijo Katie a The Dodo.
Sin embargo, Leia pudo demostrarles a todos en la familia cuánto amaba a sus abuelitos cuando una prueba muy difícil llegó a principios de septiembre.
El señor Snyder ha tenido durante varios meses un cáncer bajo remisión médica, por lo cual, venía pasando buenos momentos sin ser afectado por los dolores o las consecuencias del mismo, pero, una noche tranquila, la pareja celebraba su cuarenta aniversario con una cena en casa cuando el hombre empezó a manifestar complicaciones derivadas de la enfermedad.
De inmediato, la pareja se encargó de llamar a una ambulancia para que él fuera trasladado al hospital, esta vez sin su esposa que no podría acompañarlo en todo el proceso debido al Coronavirus y las restricciones impuestas por cuenta del brote.
A pesar de la angustia que generó en la mujer, había otro miembro de la familia igual de nerviosa y preocupada: la pequeña Leia no podía despegarse de la puerta, esperando a que su abuelito llegara de nuevo.
Fidelidad a prueba de todo.
la perrita tenía la cabeza agachada y sus orejitas en la misma posición y la madre de Katie sabía que estaba tan angustiada como ella y esperaba el regreso del amado hombre. En ese momento, la nostalgia la invadió y decidió compartir una foto de la peludita con su hija. El resultado fue llanto de agradecimiento en medio de la preocupación.
Cuando me envió esa foto, inmediatamente rompí a llorar. Me mató absolutamente. Pude ver cuánto realmente amaba a mi papá y que lo extrañaba. –Comento Katie a The Dodo.
A pesar de toda la exaltación que hubo esa noche, la salud del hombre no estuvo comprometida gravemente y pudo volver a casa el día siguiente en medio de su felicidad y la de Leia de volver a encontrarse con ese abuelito que tanto ama.
Este hecho, fue la cereza del pastel para Katie que, desde meses anteriores, venía pensando en hacer permanente la estadía de su peludita en la casa de quienes se han convertido en la razón de su vida.
No tuvo que darle más vueltas al asunto y, desde la semana pasada, Leia pasó a vivir de manera permanente con sus amorosos abuelitos. El vínculo, en especial con el señor Snyder, ha hecho que las cosas cambien pero la familia siga unida.
Cuando se trata de lealtad, ella es la verdadera definición de un perro. Él es su humano ahora y mi mamá se ha acostumbrado a que otra mujer lo bese en la mejilla. – Concluyó Katie para The Dodo.
Fuente: The Dodo.