Empresas turísticas que mantenía 2000 elefantes cautivos entró en bancarrota y los activistas se encargaron del resto, felicitaciones por este gran proyecto.
El Coronavirus y su llegada inesperada al planeta, ha hecho que muchos de los sectores económicos tengan grandes pérdidas y se declaren incapaces de sostener sus operaciones.
Uno de los más grandes afectados por esa crisis es el turismo, que ha tenido que soportar en silencio el aislamiento generalizado en todo el mundo. A pesar de querer sobrevivir, muchos de los negocios que están directamente enlazados con el sector han cerrado y muchos otros no ven una salida fácil a la situación.
A pesar de esta crisis económica, no todo lo que vincula al cierre del turismo es malo y algunos ven en este cese de actividades, la oportunidad de obtener su libertad. En Tailandia, un grupo de alrededor de 1.500 elefantes ha sido liberado debido a la incapacidad de campamentos comerciales para mantenerlos a causa de sus enormes fugas de capital que no permitieron alimentar a una cantidad tan grande de ejemplares de la especie.
Volviendo a los orígenes.
Desde abril, varios de los santuarios comerciales que sometían a los elefantes a trabajos forzados con el propósito de búsqueda de entretenimiento para los turistas, han tenido que cerrar sus puertas al verse inhabilitados para seguir manteniendo sus terrenos, empleados y la alimentación de cada uno de estos pequeños que pueden llegar a consumir más de 200 kilogramos de comida al día individualmente.
La preocupación se ha hecho notoria para cientos de fundaciones animalistas alrededor del mundo, en especial para Save Elephant Foundation, una organización que se dedica a salvar a cientos de elefantes asiáticos desde el siglo pasado.
Por esta misma razón, unió fuerzas con otros parques naturales que buscan proteger a la población de esta especie para distribuir esfuerzos y poder apadrinar a 1.476 ejemplares que retornaron poco a poco a sus aldeas de origen o parques naturales donde conviven sanamente con los habitantes humanos.
No sabemos cuándo desaparecerá el COVID-19. Así que esta es nuestra tarea, ayudar a alimentar a los elefantes que fueron despedidos a causa del brote. -Dijo Sangdeaun Lek Chailert, fundadora de Save Elephant a AP.
La vida que siempre merecieron.
Los propietarios de elefantes que han decidido liberarlos hacen un último proceso de identificación y solicitud de fondos para su alimentación a la fundación, la cual se encarga de recoger el dinero proveniente del gobierno. Cuando el procedimiento es completado, los elefantes son liberados de sus ataduras y sus trabajos para proceder a caminar por largos senderos hasta el terreno o parque natural al que han sido asignados.
Desde el momento exacto en el que la gigantesca operación fue lanzada en todo Tailandia, los elefantes han regresado poco a poco a espacios verdes llenos de vida donde han sido apoyados por estos fondos alimenticios mientras encuentran su camino para volver a ser autosuficientes.
Hoy, están divididos por zonas en el país, siendo el norte, con 516 ejemplares, el lugar que más ha recibido.
Aunque la misión aún no termina y se busca la forma de sacar a otros cientos de ejemplares del negocio del turismo, muchos de ellos retornaron a la vida que soñaban desde que fueron raptados, otros nunca conocieron un panorama diferente al trabajo forzado y gozan sus días de libertad sintiendo la alegría de ser animalitos sin ataduras.
Bravo a la misión de esta increíble fundación que nos enseña que de las malas situaciones también se pueden obtener resultados muy buenos.
Fuentes: Elephant Nature Park, AP.